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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1937.


 
Mensaje radiado a todos los Españoles.

01 de octubre de 1937.

En este día, aniversario de mi exaltación a la Jefatura del Estado y al Mando supremo de todos los Ejércitos de tierra, mar y aire, quiero dirigir un mensaje a todo el pueblo español, a los Generales, Jefes, Oficiales, Clases y Soldados, a los voluntarios de nuestros heroicos tercios y banderas, a nuestras juventudes de Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S., a los servidores de la Administración pública, a todos los españoles, en fin, hermanados en, el vínculo eterno de la unidad de la Patria, a la nación entera, hecha hoy y para siempre milicia, servicio y sacrificio. No voy a repetir el halagüeño balance del año transcurrido desde que recibiera mis investiduras aquí. Precisamente están los hechos en el recuerdo de .todos y consignados quedan en mi discurso del 18 de julio. Con posteriori- dad a los que allí se fijaron acrecientan nuestro haber de hoy las victorias de Santander y Asturias. Hoy el frente del Norte está en trance de supresión inmediata y total.

En el día de hoy ha sido clavada nuestra bandera junto a la Cruz de Covadonga, como nueva afirmación del poder y del triunfo del Ejército. La guerra terminará victoriosamente en el Norte. Ganamos día a día la guerra, con paso firme y seguro, como ganamos y ganaremos la paz para España. La doctrina, oportunamente señalada en nuestro Movimiento Nacional. no será ya más artificio verbalista, sino categórica realidad. Empieza a serlo ya y ahí tenéis el Consejo de Ordenación del Servicio Nacional del Trigo, primera gran batalla de la retaguardia, digna de las que se riñen en la vanguardia, que estoy dispuesto a ganar, que ganaré sobre todo y por encima de todo. Solemnemente os lo digo, labriegos de tierras españolas, cimiento permanente de la riqueza nacional. Hoy son los triguero s objeto de esta atención política del Estado. Muy pronto lo serán los ganaderos y los pescadores, que nuestra España a nadie olvida, y a todos dará la justicia prometida.

En esta hora en que España me expresa su adhesión unánime estoy seguro de poder rendiros su plenitud histórica, caminando por el cauce anchuroso que abre a su mañana imperial y católico esta juventud que alza los brazos y la mirada al cielo, desde donde nuestros mejores nos vigilan.

En los primeros días de la guerra, cuando carecíamos de todo y nuestra empresa parecía imposible al mundo, a un mundo que no ponderaba con debido rigor las riquezas heroicas de una raza inmortal, yo, desde el otro lado del mar, dirigiendo la mirada hacia esta tierra bendita de España, dije a todos: Fe ciega en el triunfo. La tuvimos. Removimos con ella montañas de dificultades y obstáculos, y hoy la victoria ya es nuestra. Con harta más seguridad digo ahora a la juventud, y con ella a toda la España del alma limpia, capaz de vivir al compás de la fecundidad de tantos sacrificios, de tanto dolor y de tanta gloria: Seguridad firmísima en que su fruto cierto y espléndido que nadie osará dañar, hará de nuestra España Una, Grande y Libre, Patria de trabajo y de justicia para todos sus hijos que la merezcan. Digo que la merezcan porque quiero en esta hora advertir que nadie dé oídos a las voces de mediación que los capitostes de la España roja otra vez lanzan y las fuerzas secretas internacionales estimulan.

Sólo la victoria, la gran victoria final, es nuestra meta y a ella vamos constantemente sin menospreciar la generosa sangre derramada, que es la mejor prenda de nuestro triunfo. Vengan enhorabuena a nuestro campo cuantos españoles sean capaces de sentir de buena fe el nuevo Estado, que se ha cansado de ser pequeño y ha de volver de nuevo a su grandeza. Porque cuenta con una despierta juventud que cerrará inexorablemente el paso a todo intento intrigante, falaz o mezquino de los que un día la sumieron en el oprobio y en el infortunio.

En el decreto de hoy aludo al mérito nacional de las flechas de nuestros Reyes Católicos y quiero que ellas sirvan de homenaje a nuestros héroes y de ejemplo a nuestros cruzados que las llevan prendidas sobre su corazón.

Juventudes de España: 

¡ARRIBA ESPAÑA! ¡VIVA SIEMPRE ESPAÑA!


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