Mayo de 1937.
VIZCAÍNOS:
La suerte de las armas os ha sido versa
desde Irún hasta Durango; el Ejercito nacional
ha vencido en cuantos combates se han librado. Ni una sola
victoria puede apuntarse vuestro ejército. Os han
arrastrado a una guerra contra vuestra voluntad; os han engañado
un día tras otro, mintiéndoos ; triunfos; os han aliado con los
enemigos de nuestra Religión y de vuestras tradiciones. La
realidad se os ofrece hoy con caracteres trágicos; estamos a las
puertas de Bilbao; media provincia ha caído ya en nuestro poder.
Entablada la batalla, nada podrá detenerla, y a las destrucciones
inevitables que la guerra apareja, se unirán las provocadas por
elementos rojos enemigos de vuestra riqueza. Os engañan quienes
quieren prolongar vuestra resistencia amenazándoos con falsas
leyendas de prisioneros sacrificados; nada tienen que temer de la
España Nacional los que voluntariamente se entregan: Os ofrecemos
la paz, una paz justa y generosa, sin rencores ni pasiones; una
paz católica. Respeto de la vida para cuan. tos se entreguen de
buen grado, la libertad para los com. batientes que no tengan
responsabilidad de crímenes o desmanes que someter a los
Tribunales de Justicia, y el castigo sólo a los que aparezcan
responsables de aquellos delitos; y en el orden político y
social, disfrutar de .la propiedad del nuevo Estado, con una labor
descentralizadora y de respeto a las peculiaridades y tradiciones
comarcales, con su justicia-social efectiva y rápida, con un
sentido católico y tradicional y con ese espíritu dinámico de
nuestras juventudes, ansiosas de crear una España unida, grande y
libre, que es característico del nuevo Estado. Aun es tiempo de
evitar mayores mayores; deponed las armas antes de que,
conquistada Vizcaya por la fuerza, tengáis que someteros a los
severos dictados de los vencedores.