Salamanca,
02 de mayo de 1937.
PUEBLO
salmantino, españoles todos: Hoy celebra de nuevo España el Dos
de Mayo, fiesta dé la Independencia, fiesta de la entraña de
España, del pueblo español, que representado en el pueblo
madrileño, como vosotros se alzó en armas un día para combatir
lo que no era español. y sí extranjero. Lo mismo que en aquella
fecha que hoy se conmemora se unieron los hijos de Madrid, así se
unen hoy todos los españoles para salvar a nuestra querida
Patria. El Dos de Mayo de España nos lo habían arrebatado, y
aquella fiesta nacional tan española había desaparecido, y tuvo
que surgir un 17 de julio glorioso y un nuevo y santo Alzamiento
nacional, para que volviéramos a ser españoles, para que
surgiese nuestra fiesta, la fiesta de la Independencia de España,
del buen pueblo español, del que se alzó en contra de los
invasores, del que atesora aquellas mujeres que morían en las calles, animaban a sus hombres o curaban a
sus heridos, y hasta esgrimían las armas cuando aquéllos sucumbían;
mujeres como las de hoy, las animosas que dan sus hijos a España,
las que les empujan a alistarse en nuestras banderas, las que
mueren martirizadas por las turbas rojas proclamando su fe en
Dios; para mantener y afirmar nuestra fiesta nacional, para
perseverar en el engrandecimiento de la Patria, fiel expresión de
la unión de todos los españoles, con el corazón en alto, con el
pensamiento en el pueblo, con el norte de la justicia social, de
la fraternidad cristiana y de la fe católica, de toda esa
grandeza que intentaban arrebatarnos y que está en el
pensamiento, de los que luchan en los frentes por España, por
España y por España:
¡ARRIBA ESPAÑA!
¡VIVA ESPAÑA!