Mensaje
de Año Nuevo.
Este primer día del nuevo año, bajo el
signo de la victoria que en tierra aragonesa acompaña a nuestras
tropas, mi recuerdo se dirige a los que vivieron bajo el cerco de
Teruel días intensos de heroísmo y sacrificio; a los que en su
socorro, corriendo sobre los campos cubiertos de nieve, vencieron
y destrozaron a las fuerzas rojas; a los que en parapeto
inclemente y silencioso, viven estos días familiares; a los que
atrás lloran la falta de seres queridos y a los que en el campo
rojo esperan su liberación de nuestras fuerzas, a todos acompaño
y acompaña instante tras instante mi espíritu en esos días históricos
en que forjamos nuestra España Imperial.
Un año para nosotros colmado de
victorias, de derrotas y fracasos para nuestros enemigos; un Ejército
en el Norte, vencido, despedazado y cautivo; fantásticos
cinturones de hierro rotos y derrumbados por el empuje heroico de
nuestras tropas; ingentes y fabulosos reductos asturianos
reducidos por nuestras columnas victoriosas; cuatro nuevas
provincias redimidas del terror rojo; nuevas comarcas incorporadas
al orden y a la paz; ricas zonas mineras e industriales que
completan nuestra ya envidiable economía. Pan para todos.
Naciones extranjeras que entreabren los ojos a la luz de nuestra
verdad, esto fue para España el año que terminó ayer.
Lo que yo ahora os ofrezco no es sólo el
fin de una guerra con la victoria cercana y definitiva, son las
victorias de la paz, que han de irse produciendo con una exactitud
perfecta; victoria del trigo que ganamos para nuestros campesinos,
victoria de la carne que redimirá a nuestras clases ganaderas,
victoria para los trabajadores del mar que estamos ganando contra
todos los que pretendan oponerse a la implantación de los
principios del nuevo Estados ya luchando contra la Patria, ya
regateando el pan o negando la justicia; pero que nadie interprete
estas palabras en el sentido frágil, de que vayamos a vivir días
cómodos, despreocupados. Hay larga tarea para todos después que
las armas cedan su puesto a los arados, hay trabajo largo y penoso
tras el cual alumbra el destino de la Nueva España cuya gloria y
cuyo Imperio no se forjó tampoco en los días fáciles del
pasado, sino en los de trabajo y sacrificio, cuando nuestros
caudillos y nuestros pensadores trabajaban en vigilia tensa y con
austeridad ejemplar.
¡Españoles todos! Tened la seguridad de
que este nuevo año que hoy empieza, nos congregará a su fin en
nuestros hogares junto a las grandes tareas que den a nuestra España
la gloria, la potencia y el rango que nos otros queremos para
ella.
¡Combatientes! No está lejos el día en
que cambiéis el fusil por el libro o la herramienta, para
colaborar con quienes ya planean
afanosamente la gran obra que ha de hacer que España sea ya
siempre Una, Grande y Libre.
¡ARRIBA ESPAÑA! ¡VIVA ESPAÑA!