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Santander -
La
delegación del MCE y AJE se alojó en Ampuero, donde pudo disfrutar
de la acogida y hospitalidad de los camaradas del lugar, así como
contemplar magníficos paisajes de la costa y de la montaña
vasco-cantábrica. Aquí, junto a la Cruz de los Caídos de Ampuero.
En su término municipal se encuentra el Santuario de la "Bien
Aparecida", patrona de la diócesis santanderina, idílico lugar
entre montañas donde se celebró una concurrida comida de hermandad.
Francisco
José Rodríguez de Velasco, presidente de una entidad cultural
palentina, entregó en nombre de la misma un diploma de reconocimiento
a la categoría patriótica de José Sáez Carrasco,
"Godofredo", organizador de estos actos. Se trata del premio
"Español 2004".
José Sáez correspondió agradeciendo a cuantos le
enseñaron a amar a Dios y a España, empezando por su padres. Y a los
grandes maestros, como José Antonio y Franco, o Blas Piñar. Y a las
publicaciones como "Fuerza Nueva", "El Alcázar",
"Iglesia-Mundo", "La Nación" y "Siempre
p'alante".
José Luis Corral explicó que el 18 de Julio no fue sólo
una reacción contra la tiranía, sino el intento de poner fin a los
males de España construyendo una nueva nación. Para ello tenía la
doctrina nacional-sindicalista y la tradicionalista. Pero una era pretérita
y otra inédita. Una había funcionando hacía siglos, en condiciones
muy distintas. La otra no se había puesto nunca en práctica. Pero
como Franco era un hombre que sabía escuchar dejaba que le expusieran
las diversas soluciones para aplicar esas doctrinas. Por eso, aunque
un punto de Falange dijera que había que trasladar a otras regiones a
quienes vivieran en zonas improductivas, yermas, viendo que eso suponía
una deportación masiva, prefirió llevar el agua, las simientes y los
cultivos a las zonas secas. Así nació el Plan Badajoz y tantos
otros. Satisfacía así la intuición joseantoniana que decía que
"no tenemos un programa, sino un espíritu que nos irá diciendo
en cada momento lo que hay que hacer".
Del mismo modo, escuchó a los tradicionalistas hasta
instituir una Monarquía Católica, Tradicional, Social y
Representativa. Precisamente el último Rey Carlista, D. Alfonso
Carlos I, moría a últimos de septiembre del 36, justo cuando era
elegido Franco como Generalísimo y Caudillo, haciéndose la
proclamación el 1 de Octubre. Se anudaban e hilaban así ambas
legitimidades, la de una España que se resistió secularmente al yugo
liberal y masónico con la España del Glorioso Alzamiento Nacional,
constituida ya en Estado Público de Derecho. Pero otras exigencias,
nacidas de visiones más que discutibles, como unos fueros que no se
sabía precisar muy bien en qué consistían y que en su tiempo suponían
fronteras, aduanas, alcabalas, distintas monedas y distintos pesos y
medidas, no podían aceptarse. Ni se podía aceptar el desmantelar el
aparato del Estado y el mismo Movimiento para dejarnos indefensos
frente a la subversión. Ni considerar a España como una finquita que
hay que devolver a unos supuestos dueños que se dicen reyes de la
misma.
Por eso, a muchos que alzaron banderas de
"purismo" sólo para oponerse sectariamente, habría que
decirles lo mismo que un Obispo a las monjas jansenistas de Port-Royal:
"sois puras como los ángeles y soberbias como los
demonios". Pues contra esos sectarismo, como contra los
oportunismos que pretenden que arriemos nuestras banderas, olvidemos
nuestros símbolos y dejemos estos actos, seguiremos celebrando por
todo lo alto el 18 de Julio y las demás festividades patrióticas.
Miguel, secretario de la Fundación Nacional Francisco Franco,
opuso las virtudes del Régimen, castidad, pobreza y obediencia, con
el pansexualismo, el materialismo y la anarquía del momento presente.
Recordó el "Epílogo" de los heterodoxos de Menéndez
Pelayo e insistió en la necesidad de tener una fundada esperanza
cristiana, sin dejarnos vencer del desánimo.
Para avalar esa esperanza surgen testimonios del
frente contrario. Como un Stanley Paine, tan rabiosamente
antifranquista en etapas anteriores y que ahora asegura que Franco era
un moderado y que la culpa del proceso revolucionario la tuvieron las
izquierdas. O un Pío Moa, auténtico converso desde su militancia
terrorista en el GRAPO y que dice "sin despeinarse" las
grandes verdades que nosotros siempre hemos defendido.
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El acto, que había
comenzado con el "Yo tenía un camarada", finalizó
con el "Cara al Sol" y el Himno Nacional. |
Entre los asistentes, la
editora Gladys della Costa, con un puesto de las publicaciones
de "Nueva Hispanidad". La juventud necesita
especialmente formarse con buenas lecturas. |
Por la tarde se celebró la Santa Misa en la Parroquia
de San Francisco, de Santander.
Al terminar la Misa, se formó una comitiva con banda de
música, coronas de laurel y banderas, hasta la estatua del Generalísimo,
sita en la Plaza del Ayuntamiento.
En torno a la misma se congregó numeroso público para
escuchar los himnos, presenciar la ofrenda de las coronas, escuchar las
arengas y cantar los himnos.
Tras un responso rezado por el Padre José Ramón
Angulo, hablaron José Sáez Carrasco, José Luis Corral y Miguel, que pronunciaron sentidas y vibrantes arengas en homenaje a
los Caídos, Franco y el 18 de Julio.
Con el "Cara al sol" y el Himno Nacional,
seguidos brazo en alto, se puso fin a la jornada.
® Información facilitada por AJE.