AL CORAZÓN DE LOS LECTORES

                                                                                                                        Gustavo Pérez Puig.

    Es imposible decirle adiós a un amigo de tantos años, de tantas cosas buenas, y de tantos recuerdos imborrables, sin que la pluma se resista a despedirle. Fernando era, además de un abogado impresionante, un escritor de tal conexión con los lectores, que de los diez libros más vendidos por la editorial Planeta en toda su historia, cuatro llevaban su firma. Sobre todo era un hombre bueno, un amigo entrañable, un personaje leal siempre a sus ideas. Alguien que, además de un talento fuera de lo normal, tenía siempre a flor de labio la frase oportuna y el elogio deseado. Es de los únicos casos que he conocido en que los escritores le elogiaban como tal y los abogados como jurista, cuando lo normal en este país sería lo contrario, para lograr su desprestigio en los dos campos. Fernando tuvo un secreto que jamás pudimos desvelar: dónde había más gente, si en la feria del libro solicitando su firma o en su bufete esperando turno.

    Fernando se habrá ido contento porque anteayer su Real Madrid ganó y su Valencia sigue acercándose al título. Hace apenas una semana que, al salir del quirófano después de una terrible operación, lo primero que dijo al despertar de la anestesia fue: "¿Qué ha hecho el Madrid?". Al decirle su hijo que había ganado, respiró tranquilo.

    Siempre me decía: "Lo único que nos separa como amigos es que tú eres del Atlético y del Murcia y yo del Madrid y del Valencia." Y yo le respondía: "En la vida unos ganan y otros sufren, tú te has apuntado a ganador y yo, ya ves ... "

    Tengo tantos y tantos recuerdos a cual mejor de mi amigo Fernando que es imposible agruparlo en estas líneas. Sus informes en la magistratura eran verdaderas piezas magistrales de oratoria y sabiduría, le lectura de sus libros, una auténtica gozada. Y su conversación destilaba, como él, bondad, gracia y talento por todos sus poros. Hoy al saber que nunca más disfrutaré de su amistad ni de su compañía las lágrimas me emborronan estas cuartillas y sólo me queda el consuelo de pensar que mañana mismo reanudará sus partidas de dominó con su amigo Buero Vallejo con quien durante tantos veranos jugó en el Hotel del Arcipreste, allá arriba de Navacerrada, muy cerca del cielo, donde estarán contentos de poder admirar de cerca a este hombre lleno de humor y de bondad.

La Razón. 3 de Noviembre de 2.003.

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