INICIO

LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 
Generalísimo Franquismo Guerra Civil Personalidades Historia Actualidad Difusión Enlaces
 

 Destruir "La Piedad" del Valle de los Caídos costó 29.000 euros


  La Gaceta. 10 de octubre de 2010.


En la imagen se aprecia el estado actual del manto de la Virgen tras los "arreglos", con los bloques de piedra mal colocados y las grietas en las juntas.

En abril de este año se iniciaron las obras de restauración de La Piedad del Valle de los Caídos. Antes, desde finales de 2009, Patrimonio Nacional había mantenido cerrado al culto y al turismo la basílica. “Las excusas esgrimidas no tenían sentido, ya que alegaban riesgo de colapso en la Basílica Pontificia, riesgo de atentado terrorista y otras teorías peregrinas.

Estos pretextos se agotaron por falta de credibilidad y decidieron meterse de lleno con la escultura de La Piedad. Ésta fue la nueva excusa para argumentar el cierre del templo”, explica Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC).

Los motivos que alegó Patrimonio Nacional, organismo dependiente de María Teresa Fernández de la Vega y de Presidencia de Gobierno, fueron referentes al estado de la escultura de Juan de Ávalos. Alegaban que la piedra sufría “estrés térmico” debido al contraste que sufre la roca, con mucho frío por las nevadas en invierno y excesivo calor en verano. Sin embargo, no hicieron caso de los informes de Patrimonio Nacional que ya destacaban el mal estado de conservación de estas estatuas desde 1990. Desde la ADVC admiten que “es cierto que está en malas condiciones, pero es por una evidente dejación de funciones de Patrimonio en cuestión de mantenimiento, labor que es responsabilidad de este ente público”.

Patrimonio Nacional consideró la renovación de La Piedad como obra menor, a pesar de que pesa 150.000 kilos. Por ello, no convocó concurso público para la reforma y se concedió el contrato a la empresa Eduardo Capa, líder en el sector. Esta mercantil, con sede en Arganda del Rey (Madrid), se constituyó en 1980 y está presidida por Eduardo Capa Sacristán. La sociedad, aparte de labores de restauración, divide su negocio entre una fundición y galerías de arte. El propio presidente y Julia Sanz Vaca, con un 30% cada uno, son los máximos accionistas de la empresa. Ángel Balao González, jefe del Departamento de Restauración, y Juan Carlos de la Mata González, director de Actuaciones Histórico-Artísticas de Patrimonio Nacional, fueron los encargados de supervisar las obras que Patrimonio decidió realizar en la escultura. El gerente de Patrimonio Nacional es José Antonio Bordallo Huidobro.

Según fuentes cercanas al organismo público, el montante destinado para retirar la obra fue de 24.000 euros. A los que hay que sumar 5.000 euros por un escaneado en tres dimensiones que se hizo de la escultura. El total asciende a 29.000 euros, una cifra “ridícula y maquillada a la baja para considerar este proyecto como obra menor. Por ejemplo, desmontar y desplazar la estatua de la plaza de Colón de Madrid 100 metros costó al ayuntamiento 400.000 euros”, puntualiza un portavoz autorizado de la ADVC.

Imágenes del proceso de restauración

Atentado artístico

La demolición de La Piedad fue parada a tiempo: “La tropelía se pudo frenar, ya que estaban dispuestos a realizar un atentado artístico. Los mismos técnicos que quitaban las piedras del manto de la Virgen sabían que estaban destruyendo una obra de arte y tenían claro que no iba a ser repuesta a su lugar una vez restaurada. Ellos mismos se daban cuenta de que lo que estaban haciendo no tenía nada que ver con arreglar una escultura, estaban procediendo a una demolición”, aclara el presidente de la ADVC.

Cuando se restauró la imagen montando los bloques de piedra a su lugar de origen, el desperfecto realizado no pudo ser subsanado. “Tal como está ahora, cuando llegue el invierno, la escultura puede acabar destrozada por completo, ya que se filtrará agua y nieve en las grietas que han quedado después del remontaje”, aseguran desde la ADVC.

“Cuando las imágenes salieron en prensa, se preocuparon. Si se añade la reclamación patrimonial por los daños causados a la escultura, interpuesta por el hijo de Juan de Ávalos, Patrimonio no ha tenido más remedio que parar la demolición”, prosigue Linares. El organismo se dio cuenta de que el desmontaje de una obra de esa magnitud, con bloques de piedra que pesan 1.000 kilos, era inviable. Por ello, a primeros de septiembre empezaron a recolocar las rocas que fueron arrancadas en abril.

“Como ha quedado es un crimen. Arrancaron unas estructuras integradas en su conjunto y al volver a montarlas dejaron la imagen destrozada: quitaron un puzzle para devolver un mosaico”, concluye Linares.
Juan de Ávalos, hijo del autor, comenta a LA GACETA que “el tema está en manos de la Justicia. Hice una reclamación a principios de verano por daños materiales y no puedo decir mucho. El asunto está sub iúdice y no estoy autorizado a decir nada más. Espero que cuando la gente vea las fotos, a más de uno se le caiga la cara de vergüenza”.

Desde Presidencia del Gobierno han confirmado a este periódico que “las obras se iniciaron en abril sobre todo por motivos de seguridad. Se procedió a cerrar el templo, con el apoyo de la comunidad benedictina, para salvaguardar la integridad de los turistas. Ahora mismo sólo se puede acceder a las instalaciones para ir a misa, y no se hace por la puerta principal, sino por la abadía. Ésa es la única forma de entrar”.

Presidencia

Presidencia reconoce que es un tema espinoso: “Los servicios técnicos de Patrimonio Nacional llevan tiempo siguiendo el grado de deterioro de las esculturas y en estos momentos se barajan distintas soluciones, siempre intentando buscar acuerdos con los monjes. Se habló de retirarla definitivamente, aunque los religiosos preferían restaurarla sobre la marcha. Cuando se afrontó la mejora, había riesgo de desprendimientos”.

Preguntado por el dinero empleado, el portavoz del ente público habla de austeridad: “Con esta época de crisis, el presupuesto era muy moderado porque hay una limitaciones obvias de austeridad presupuestaria”.
Por otro lado, los monjes benedictinos que viven y ejercen su labor espiritual en la abadía, con el abad al frente, desde que se iniciaron los problemas siempre han mantenido una postura de prudencia y de búsqueda de soluciones desde el entendimiento con Patrimonio Nacional.

Han planteado soluciones que casi nunca han sido valoradas, como retrasar las obras en La Piedad y que no sea trasladada, y asisten con asombro al cierre del templo.

 


ATRÁS



© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.010. - España -

E-mail: generalisimoffranco@hotmail.com