«No queremos el desmontaje de La Piedad, ya que corre riesgo de colapso. Protegeremos la obra yendo a los Tribunales. Estamos preparados para ello.
Es el único camino que nos queda, ya que Patrimonio no quiere negociar», anunció a este periódico el presidente de la Fundación, Juan de Ávalos Carballo.
Alega que no se puede correr «el más mínimo riesgo de que se destruya porque no se podría volver a hacer nada igual. Sería irrecuperable». La escultura, recuerda, «es única porque no se conservan los modelos originales, hechos en escayola y destruidos por la exposición a las inclemencias meteorológicas durante el montaje de cantería».
El presidente de la Fundación no quiere «pensar mal», pero se teme que detrás del cierre temporal de la Basílica pueda llegar el definitivo. «Esto puede ser el primer paso para cerrarlo de forma permanente. Creo que hay una voluntad encubierta... La mejor forma de hacerlo es ponerte a hacer obras en la entrada».
Salvaguardar el patrimonio
La Fundación Juan de Ávalos no está sola en esta lucha por intentar que La Piedad se restaure «in situ». La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos comparte el objetivo de la familia del escultor. Además, también anuncian que van a utilizar «todos los medios legales a su alcance para salvaguardar el patrimonio artístico del Valle de los Caídos en su conjunto».