Desmontaje
de la estatua de Franco.
La tribu contra
la democracia
«No existe ya ninguna
decisión de este Ejecutivo que no esté marcada por el afán
de revancha contra el PP. Romper con todo lo que implique
continuidad nacional es el objetivo para mantenerse en el
poder.» |
|
Toda la “política” del PSOE ha quedado reducida a
la expresión de Peces Barba. Nunca nadie tan iletrado
ha definido tan correctamente el tribalismo de Zapatero.
Los de mi tribu son los buenos. Los otros, los demócratas,
son los malos. Para el PSOE la política ya no es
fiabilidad en el adversario político, generación de
confianzas mutuas para solucionar problemas entre
fuerzas políticas, en fin, consecución de acuerdos
entre todos los actores implicados, sino estigmatización
del adversario hasta dejarlo reducido a enemigo. Peor aún,
el rencor y el resentimiento es la base para mantenerse
en el poder. El tribalismo es todo en la vida pública
española. El tribalismo del Gobierno de ZP está
poniendo en serio peligro las frágiles instituciones
democráticas.
|
El tribalismo del PSOE va más allá de la tradición totalitaria de
la que procede. Hay gente, sin embargo, que no quiere enfrentarse a
esa dura realidad. No quieren ver los problemas. No quieren ejercer la
ciudadanía. No quieren vivir intranquilos. Se engañan. La democracia
está bajo mínimos, o peor, la democracia ha quedado reducida a
propaganda, agitación y a una forma sutil de dictadura, que difícilmente
alcanzaría el nombre de comisarial. Esto más parece una dictadura
bananera que un régimen sujeto a normas democráticas. Detrás del
homenaje a Carrillo y de la retirada de la estatua de Franco no hay ni
una sola idea. Es como si quisieran repetir los primeros tiempos de la
transición pero con baba y resentimiento.
La crisis de gobernabilidad democrática no tiene precedentes en la
España postfranquista. Primero, insisto, porque el Gobierno no quiere
saber nada del partido político que representa a casi la mitad de los
españoles. Segundo, porque el Gobierno alcanzó el poder en
condiciones extrañas a cualquier proceso de normalidad democrática.
Pero, sobre todo, la democracia española no levantará cabeza
mientras el Gobierno de Zapatero no deje de tratar al PP como enemigo.
Asunto difícil de resolver, porque la supervivencia de ZP en el poder
depende de la capacidad del PSOE y sus medios de comunicación para
seguir estigmatizando al PP.
Estigmatizado el adversario todo es posible. Desaparece la claridad que
debe presidir las reglas de la democracia. En su lugar se instala la
ambigüedad. La política se hace esquizofrénica hasta quedar reducida
a agitación y propaganda contra el partido de la Oposición. No existe
ya ninguna decisión de este Ejecutivo que no esté marcada por el afán
de revancha contra el PP. Romper con todo lo que implique continuidad
nacional es el objetivo para mantenerse en el poder. Precisamente, por
eso, la política de Zapatero no existe. Todo es movilización.
Propaganda contra el “poderoso-opresor”. Pero si no gestionan, no
gobiernan, no crean consensos, o sea odian la política, entonces están
terminando con la poca democracia que la transición había traído. Así
es. El tribalismo siempre ha matado a la democracia.® Libertad
Digital. 18 de Marzo de 2.005.-
© Generalísimo Francisco Franco.
18 de Marzo de
2.005.