Segunda carta pública a Ignacio Anasagasti


Por Pablo Gasco de la Rocha. 31/07/2012.


Vuelve a la carga, y aunque en esta ocasión no nombre la dinamita, como sí hizo en su primera intervención pública a tenor del tema que nos ocupa, entiendo que su propósito y querencia sigue siendo el mismo, volar la Basílica de Cuelgamuros y convertir en un erial el Valle de los Caídos.

Respecto de sus ideas y propósitos más íntimos, comprenderá que no tengo nada que decirle, salvo que se cumpla la ley. De la misma forma que entiendo, que usted tampoco tendrá nada que decir respecto de las mías, como sería la de ocupar militarmente Vascongadas con tres banderas de la Legión, auxiliadas, como no, por varias unidades de la Guardia Civil.

Partiendo, pues, de que cada cual tiene sus ideas, y hasta propósitos, si le diré que la única vergüenza es usted y quienes militaron y militan en el PNV, cuyas connivencias y afinidades con ETA son evidentes y demostrables, pese a que dicha complicidad no les haya llevado, al menos de momento, al banquillo de los acusados. Y en su caso concreto, tampoco las graves imputaciones e insultos dirigidos al Rey.

La fecha que usted califica de vergüenza nacional, el 18 de julio de 1936, sin apercibirse de que entre las vergüenzas de aquella fecha gloriosa estaban los "gudaris" de la mierda, a los que en circunstancias iguales o parecidos volveríamos a dar la misma caña, no dude que volverá a erigirse como una de las fechas más gloriosas de nuestra Historia nacional cuando este momento de España pase, cuya oportunidad máxima se nos presenta hoy, atenazados por la crisis que ha provocado en buena medida este sistema que usted también sostiene. 

Yo entiendo que usted no tiene vergüenza, es más, que es un perfecto amoral, pero, con todo, sí debería tener la prudencia de trabajar por la convivencia en paz de todos los españoles, no tanto formal, como real. Me refiero, como no, a que cualquier español, incluso quienes escribimos en esta Página, pudiéramos pasear tranquilamente por Vascongadas, aun sabiéndose cuál es nuestra ideología. Es decir, que pudiéramos hacerlo de la misma forma que usted lo hace por Madrid, en concreto por la Gran Vía camino del hotel Senator, sin que nadie le haya interrumpido su paseo y mucho menos le hayan partido la cara. Por no aludir a palabras mayores ni a dibujos de dianas... En eso debería ocupar su tiempo y sus energías que pagamos todos los españoles, si realmente tuviera vergüenza.

De momento, y antes de que ETA comience hablar, que lo hará, le conviene estar callado y, si puede, hasta hacer mutis por el foro. Al fin y al cabo le seguiremos pagando una estupenda jubilación. Aunque todo pueda ser susceptible de cambiar. Las cosas, gudari, sabes que van mal, y que cada vez va siendo más difícil mantener la impunidad de los actos.

Por mi parte, y sin otro particular... ¡Viva el 18 de julio de 1936!


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com