Por amor a la Patria: Ideas para un debate.
Por Pablo Gasco de la Rocha. 19/05/2012.
Nunca como hasta ahora hemos conocido una encrucijada peor, más grave y determinante en la que dos visiones se enfrentan de modo tan absoluto. Tan absoluto digo, porque a la quiebra de los valores y al fracaso del modelo de organización territorial diseñada en la Constitución, el escenario se complica aún más por una crisis económica que nos hace estar a expensas de los especuladores (capitales no regulados y grandes corporaciones) sobre la moneda única, que agrava las dos anteriores de forma inquietante. Por si fuera poco, añadamos a todo ello el problema de una inmigración desbordada y desbordante.
Para comprender mejor el marco de estos desafíos habría que añadir la irrupción del fenómeno de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. La revolución de Internet que transforma la sociedad en general. Lo que da lugar a que se esté alumbrando velozmente y casi sin darnos cuenta un nuevo Orden Mundial. Por eso el debate no sólo está en los medios de comunicación y en los analistas de las nuevas tendencias, sino en la sociedad en general.
El dinamismo que muestra la evolución del liberalismo globalizado y la complejidad de vinculaciones que establece con la sociedad civil contrasta marcadamente con la inexistencia de un nivel de concienciación con pretensión política. Y si este juicio refleja verdaderamente el estado en que se encuentra dicho pensamiento entre nosotros, los españoles, más precario resulta la falta de una formación política trasversal.
Nos esperan tiempos difíciles para hablar de futuro. Pero en un mundo que se transforma a una velocidad de vértigo lo importante es no perder el paso, estableciendo una diferencia respecto a lo que no se ha hecho hasta ahora, que pasa necesariamente por lo que se incluye. Porque en estos tiempos de incertidumbre y desconfianza yo sigo creyendo que, a partir de algunas premisas claras y sencillas, y de los viejos valores de siempre, se puede llegar muy lejos. Tanto como queramos.
Frente a las experiencias del pasado, hoy el patriotismo que se visualiza está en las gradas de los estadios de fútbol y tras las vallas que cercan el desfile de las tropas. No hay más. La Opción Nacional ni está ni se espera. Por eso, tras la experiencia frustrada y frustrante de AES, lo que se visualiza es la imagen apolillada de los "banderines de enganche" con su proclamas al viento y sus campañas en cuartillas fotocopiadas, cuyos promotores se nos presentan como si no hubiesen pasado los años por nuestras vidas. De ahí que ni siquiera se pueda ocupar el correspondiente nicho de mercado que correspondería en una sociedad moderna. Una actitud que demuestra que el discurso de la Opción Nacional siempre ha estado manejado por la palabrería altisonante, más efectista que efectiva, según la cual se prefiere una derrota a una victoria que no sea justa.
Se obvia que cualquier opción política ha de hacerse creíble y para ello debe recurrir a la elaboración de un discurso que la presente del modo más favorable posible, pues dicho discurso tendrá mayor o menor anuencia en la medida tanto del contenido como de su difusión.
Tres ideas se me ocurren para mantener ese discurso:
1ª. Rigurosidad en el debate, con un enfoque y método científico.
2ª. Regeneración, mediante un debate público de gran alcance sin exclusiones ni excluidos.
3ª. Estudio de las propuestas, como vertiente fundamental de un nuevo modelo de sostenibilidad política nacional desde una perspectiva trasversal.
Tres ideas para un programa sin poesía ni quepis, con un lenguaje accesible y claro, y una estética moderna y actual.
1º. Confesionalidad Católica del Estado español, sin perjuicio del respeto que se debe al resto de las religiones, exceptuando las sectas.
2º. Salida de España del Tratado de Maastricht.
3º. Reforma urgente de la Constitución en lo que afecta a la unidad de España.
4º. Restauración de las fronteras nacionales, con una nueva campaña de reivindicación sobre Gibraltar que necesariamente deberá abordar tanto la ofensiva diplomática al más alto nivel como las medidas que ayuden a coadyuvar el estrangulamiento de su economía, que como primer acto debería contemplar el cierre de la "verja".
5º. Afirmación de la españolidad de Ceuta y Melilla, para lo cual, y como primer acto escénico, se mandaría a toda la Familia Real un fin de semana en cada una de nuestras plazas.
6º. Expulsión masiva de inmigrantes.
7º. Soberanía nacional frente a la UE.
8º. Aplicación de la Ley Parot al conjunto de los presos de ETA y del resto de organizaciones criminales.
9º. Renuncia formal al capitalismo salvaje y al liberalismo cosmopolita, por una economía de mercado sujeta a los principios morales de la Doctrina Social de la Iglesia.
10º. Defensa y protección a la familia. Adaptación del nivel de vida a la productividad real. Cultura del esfuerzo, del mérito y la responsabilidad. E impulso del concepto de las obligaciones frente al de los derechos.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com