Sres. Obispos ..., ¡alto y claro!


Por Pablo Gasco de la Rocha. 04/08/2011


A propósito del despliegue mediático que hace Alfa y Omega en relación con la visita del Vicario de Cristo a España, Benedicto XVI

"Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte de haberle dado un día las llaves de la tierra" (Del Himno de Laudes del sábado).

Comienzo este artículo con unas líneas que considero apropiados para lo que me interesa resaltar, al hilo de ese despliegue mediático que hace "Alfa y Omega" con sus personajes de rigor, requeridos por costumbre, moda y etiqueta, en su número 744 (28 de julio de 2011) ante la inminente visita que el Vicario de Cristo en la tierra, Benedicto XVI, que no un anciano bueno, de formas delicadas y maneras exquisitas, hará a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Porque, inmersos en la cultura de la imagen y de la confusión, a beneficio del propósito sibilino y malvado que viene actuando desde el Principio de los Tiempos, carentes de formación necesaria, faltos de criterio, confundidos por las apariencias y proclives a actitudes y comportamientos de pura sentimentalidad, más propios de los niños o de los imbéciles, se escapa la dimensión real no sólo de la persona del Pontífice, sino de la misión que viene a realizar en España. Una misión eminentemente evangélica, como todo lo que hace el Pontífice de Roma. Una misión evangélica a esta España descristianizada e inmersa en un ambiente abyecto, al que se ha contribuido por acción, omisión y cobardía. De ahí que de la relación de personajes que el cuadernillo católico "Alfa y Omega" (que aprovecha para su distribución un soporte, ABC, que se autofinancia de la pornografía) retrata con sus correspondientes reflexiones para la ocasión, sobre la mitad de ellos.

Y centrándonos sólo en los tres importantes (Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón), dejando, pues, entre otros, al tal Nasarre, que dijo en cierta ocasión, que el bajo nivel cultural y moral de nuestra juventud "había quedado patente al no pedir el procesamiento de Pinochet", clasifiquemos a éstos a los que me he referido como importantes por su verdadera categoría moral a propósito de sus acciones. Ocasión que me da la oportunidad para recomendar encarecidamente que se lea el artículo de Blas Piñar: "Después de las pasadas elecciones" (Fuerza Nueva, núm. 1397, del 20 de mayo al 9 de junio de 2011).  

Jaime Mayor Oreja. Destacado militante del PP (que ha mantenido la Ley del Aborto, con la que está de acuerdo, y que no ha velado por la dignidad de la persona ni de la familia ni de la justicia y libertad), parlamentario nacional y europeo por su partido y miembro de su ejecutiva nacional, es lo que con toda puntualidad conceptual y semántica damos en llamar un "fariseo". Cumpliéndose en tan destacado político las tres acepciones que de la palabra da el Diccionario de la Real Academia: Persona que afectada de rigor y austeridad elude los preceptos de la ley, pero sobre todo su espíritu. Hombre hipócrita. Caradura.

"En estos tiempos de crisis moral que vivimos, la cercanía del Papa y la guía moral que marcan siempre sus palabras deben servirnos como referencia e impulso en la necesaria regeneración de los valores que deben inspirar nuestra vida en sociedad. La defensa sin matices del derecho a la vida, de la dignidad de la persona, de la familia, de la justicia y de la libertad...".

Es decir, todo lo contrario de lo que ha hecho y hace, sin haber renunciado a nada. Que es como se despacha este fariseo que es motivo de escándalo para muchos católicos, pero que para el cuadernillo "Alfa y Omega" tiene patente de corso y categoría de un buen católico.

Esperanza Aguirre. Que como Presidenta de la Comunidad de Madrid nos ha dado varios disgustos al no prohibir representaciones y manifestaciones abiertamente atentatorias contra los más elementales sentimientos morales, destaca entre sus compañeros de partido, pues no en balde la testosterona del PP está en sus féminas, a la par de pasar por lo que pasa por comparación a la baja, que es el sentido de ponderación que hoy se hace de las personas.

Por eso, aunque con toda solemnidad y pompa proclame su seguridad que "los madrileños, y sobre todo los jóvenes, son plenamente conscientes de la importancia que para nuestra Región conlleva el honor de acoger esta celebración, que convertirá a Madrid, durante seis días en el centro de la cristiandad", para muchos, entre los que me incluyo, esta señora está en la categoría moral de los "pasivos".   

Es decir, la especie más numerosa del parasitismo humano, que son los grandes responsables de los males que aquejan a las colectividades y, en el caso que nos ocupa, a la cristiandad.

Alberto Ruíz Gallardón. Personaje suficientemente retratado, aunque a él le tenga sin cuidado lo que se diga, aceitoso "meapilas", que es en la categoría moral en la que le incluyo, y al que el cuadernillo Alfa y Omega también tiene entre sus fijos, y no precisamente por ser Alcalde de Madrid, sino por lo que el fulano dice, que bien mirado podría decirlo en cualquiera de esos dos grandes diarios que son Público y El País, pues este meapilas ejerciente no se compromete más que con lo políticamente correcto.

Así, de soslayo, sin comprometerse, que es su estilo, dice:  

"Los jóvenes son la mayor riqueza social con la que contamos. Es responsabilidad nuestra intentar que se integren en la construcción de un futuro mejor".

Qué más se puede decir. Pues entiendo que por mi parte nada más. Ahora entiendo que les toca el turno a los Sres. Obispos, nuestros Pastores en la Fe de Cristo Jesús, a fin de hacer ver que quien viene a España no es un anciano bueno (aunque también lo sea) de formas delicadas y maneras exquisitas, que para todos tiene una palabra de aliento y esperanza, que no es dañoso ni a nadie hace mal... Pues quien viene es el que representa a Cristo, al Señor, al Rey de Reyes.

¡Bienvenido Santidad!

¡Viva Cristo Rey!


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com