Al Señor Zapatero
Por Jaime Miguel Tur, antiguo Sargento Legionario. 27/02/2011
Señor:
Una vez más he de dirigirle unas letras, por la sencilla razón de que sigue ocupando el sillón Presidencial de mi país. ¡Increíble! Por tanto, mis palabras irán dirigidas, solo y exclusivamente, al político -usted- que zampa a dos carillos de nuestros impuestos. Ya que su condición personal fuera de la política me traen al pairo. ¿Quede claro?
Señor, es de total conocimiento, que su repelente y barrio bajero quehacer político, a los ciudadanos españoles de normal condición, les obliga a vomitar la primera papilla que les dio su querida y Santa Madre.
Es de conflicto mental llegar a entender el odio que le guarda al GENERALÍSIMO FRANCO. Y su enfermiza obsesión de hacer desaparecer, tanto su DIGNÍSIMO nombre como su MAGNIFÍCA actuación de gobernante. Es decir, todo su interés le lleva a destruir todo el digno trabajo que realizó durante su mandato.
Su obsesión por hacer desaparecer el Valle de los Caídos, así como sus estatuas representativas, y todo lo que haya sido creado por él, le obligan -si tuviera una mijita de vergüenza- a destronar a Su Majestad el Rey, que también fue traído por el GENERALÍSIMO, e impuesto por él.
¿A que no se atreve, CAGÓN? ¿A que seguirá baboseándole, lamiéndole el culo y llenando su faltriquera, como ha hecho hasta ahora? ¡Socialista de...! ¡Creador de políticas babosas y rastreras!
Por cierto, aprovechando su estúpida manía de quitar estatuas, ¿cuando veremos la desaparición de las dos que representan al par de asesinos y ladrones llamados Indalecio Prieto y Largo Caballero? Elementos que ayudaron a desvalijar todo el oro del erario público que había en las cajas del Banco de España; así como las joyas que tenían empeñadas en los Montes de Piedad la gente trabajadora y pobre. Dando pie a la creación de la España de las alpargatas, que encontró el GENERALÍSIMO FRANCO cuando subió al poder.
Tétrico tiempo en el que hubo que fabricar un artefacto llamado GASÓGENO, para que automóviles y autobuses pudieran funcionar mediante el carbón. Ya que no teníamos dinero con el que comprar el valioso e imprescindible combustible. Debido -insisto- a que nos robaron todo el oro que tenía el País, en las reservas del Banco de España, para llevárselo a Rusia y Méjico.
Hijos de perra, que obligaron a que desaparecieran casi todos los gatos que teníamos. Por mor de la hambruna que vivimos en la terrible postguerra. Sopas de ajo, puré de San Antonio y pan con aceite eran los suculentos manjares que nos dejaron aquellas pandillas de hijos de… ¡ya me entiende! Y que lo pasamos muy mal, hasta que el Plan Marshall americano vino con su ayuda, Ayuda que nos salvó de una hecatombe.
En fin, ese par de hijos… (¿?) Indalecio Prieto y Largo Caballero, promotores y participantes de la rapiña que nos hicieron del erario público, los tenemos en el centro de Madrid, en sendas estatuas, que Usted -Señor Presidente- protege como si hubieran sido unos héroes.
Cuando ambos pájaros: Indalecio Prieto y Largo Caballero -repito-fueron los responsables directos de la revolución asturiana en el año 1934. Pillaje, cuya idea fue la de acabar con la República Española, para instaurar un régimen comunista de la mano de Stalin que estaba en todo su apogeo.
Revolución que fracasó debido a que el Presidente Hazaña llamó al entonces GENERAL FRANCISCO FRANCO, que acabó con la birriosa revuelta en un periquete. Por lo que la Republica se salvó, gracias a la destreza y valor de los hombres que lucharon con ahínco a las órdenes de su muy querido jefe.
Y haber si se entera de una puñetera vez -cabeza de chorlito- de que el GENERALÍSIMO FRANCO nunca estuvo de acuerdo con el levantamiento militar que inició el General Sanjurjo; sino que tuvo que aceptar el mandato de todo el generalato existente, tras la votación que le obligaba a comandar la refriega, una vez fallecidos los Generales Sanjurjo y el que lo relevó, General Mola, muertos en sendos accidentes de aviación.
Algo que obedeció sin ganas, ya que más de una vez le dijo al General Sanjurjo, que había que tener paciencia a la espera de que los políticos lograran arreglar el conflicto que se organizó cuando Gil Robles de la derecha ganó las elecciones en el Parlamento. A pesar de las checas asesinas socialistas que se montaron en Madrid y el asesinato de Calvo Sotelo. ¡Mendrugo! ¡Inútil!
Bien, como ahora tenemos un nuevo marqués procedente del Dios balón, es de esperar que acuda solícito a refrendar el cachondo nombramiento, eligiendo un terreno en el que edificar el correspondiente caserón, con nuestros impuestos; para que el nuevo marqués luzca su regalado marquesado. Y nuestro buenazo Rey se lo agradezca et in secula seculorum. Y eso lo hará a pesar de los cerca de cinco millones de parados, muchos de los cuales no tienen ni para comer.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com