Pedro Pitarch

 

El funcionario de Defensa que se lo debe todo al PSOE


Por Pablo Gasco de la Rocha, 24/05/2010.


El teniente general por libre designación del ministro de Defensa de entonces, José Bono “Loto”, que no por escalafón o méritos militares, Pedro Pitarch, parece que ahora, en la soledad de la resera, reflexiona y se rebela contra la ideología socialista a la que tanto debe. Pues él, como su hermano José Luís, es un hombre de “profundas convicciones democráticas”.

Y aunque se había pasado por alto la reflexión que hizo en “La Tercera” de ABC (27-3-2010), que es a lo peor el único medio que le permite discrepar de la política de Defensa socialista de la que tanto participo, sin desencuentros, esta segunda discrepancia, por profunda y seria, no debemos dejarla pasar. Si quiera sea para poner en evidencia a esta clase de funcionarios que devienen críticos cuando no tienen nada que perder y después de haber hecho un daño gravísimo al Ejército, del que se han servido, y a España, a la que están obligado a servir. Lo que no quiere decir, pese a todo, que les falten palmeros, patrioteros de taberna y algarada.    

Una cuestión de rebeldía sobrevenida tras su pase a la reserva, la de este fulano que es Pedro Pitarch, que nos resulta difícil de admitir, por cuanto el señor de uniforme Pitarch, “un hombre de Defensa más que un hombre del Ejército” a juicio de sus compañeros, nunca discrepo de la política de defensa socialista. Ni desde su puesto de “carcelero” mayor del teniente general don Jaime Miláns del Bosch, por expreso deseo del entonces ministro socialista Narciso Serra (hoy en las altas finanzas del Reino), ni desde  el cargo de jefe del mando del Eurocuerpo. Todo lo contrario.

Y es que, si ya resultó repugnante leerle (“La Tercera” de ABC, 27-3-2010). “En Afganistán nuestros soldados desarrollan disciplinadamente unos papeles que no se entienden bien. Porque España no está en guerra, pero los españoles allí desplegados sí lo están. Se lo recuerdan los ataques de un enemigo que para el escenario madrileño no existe, pero que en el tablado afgano es tan omnipresente que no sólo condiciona la función, sino que frecuentemente la convierte en tragedia. Es difícil entender qué razón operativa impide que los combatientes puedan emplear todos los medios y formas que podrían legítimamente utilizarse en una guerra. Ni qué razón ideológica mantiene el embozo con el que la comunicación oficial disimula una guerra vergonzante y clandestina”. Mucho más resulta hacerlo ahora en relación con un tema tan fundamental (“La Tercera, ABC, 18-5-2010): “No es el mejor clima para una profesión y un oficio donde los valores morales son esenciales. Las Fuerzas Armadas de la España del siglo XXI no se merecen esto”.

Demasiadas responsabilidades y connivencias con la política de Defensa socialista para que ahora nos venga este jubilado dictándonos lecciones de honorabilidad y dignidad como las que parece querer darnos referente a la nefasta política de Defensa socialista, a la que el jubilado Pitarch aconseja ahora “respetuosamente cuidar” en “los modos y mensajes”.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com