Sobre el "Alakrana"


Por Pablo Gasco de la Rocha. 16/11/2009.


Por favor, general Pitarch, que manden a la Armada, aunque vayan todas esas marineras petadas de pantalones

Arrimando el ascua a la sardina que más le conviene, a la del Gobierno del PSOE (al que tantos ascensos y distinciones debe) y a la de su propia ideología política ("No hay que ser de derechas para ser militar", declaraciones del general Pedro Pitarch al periódico El País, 20-9-2007), el teniente general Pedro Pitarch argumentaba en la Tercera de ABC (5-11-2009): "Afganistán y la ecuación de lo confuso", que la falta de "apoyo nacional al que nuestras tropas tienen derecho" se debe, fundamentalmente, "al debate político" que mantiene el Partido Popular con el Gobierno de J.L. Rodríguez Zapatero respecto de las misiones en las que como dividendo de paz participamos. Cuyas críticas, incomprensibles para el general, trataba de contrarrestar con lo que para él es suficiente, la Ley Orgánica de la Defensa Nacional de 2005, "aprobada -según decía el general- con el refrendo explícito del Congreso de los Diputados", como si realmente eso fuera suficiente garantía de buen hacer por España y prueba de carencia de todo interés por parte de los grupos políticos representados en la cámara baja. Muchas veces demasiado baja.

Se equivoca el general, como se han venido equivocando todos los generales desde la Transición en estas y otras cuestiones, pues todos estos señores de uniforme al pasar del rancho gratis a tener que contentar a muchos, han venido perdiendo los papeles. Por eso, más que por una falta de estrategia clara y rigurosa para afrontar las misiones en el exterior, por parte de este Gobierno incapaz en todo, el general imputa la falta de anuencia de la población a la actitud del PP que, en su afán por cargarse a este gobierno, es capaz de adoptar actitudes tan irresponsables como la referida.

Claro que el señor general don Pedro Pitarch no sólo le debe mucho a este Gobierno, sino al PSOE, con el que ha venido manteniendo una buenísima relación desde 1983. Justo desde que Narciso Serra, a la sazón ministro de Defensa del primer Gobierno de Felipe González (para la historia "señor X") le nombró "carcelero" para trasladar al teniente general don Jaime Miláns del Bosch, que había solicitado acudir a Madrid, desde su centro de reclusión en Algeciras, para visitar a su padre enfermo.  

Pero se equivoca Pitarch, porque esa falta de apoyo nacional a las tropas de los Ejércitos y de la Armada yo creo que está más en la clave de dos interpretaciones. La primera, porque cada vez es mayor el número de españoles que no las hacen suyas, repletas como están de mercenarios en busca de la nacionalidad (uno de ellos detenido ayer mismo, 5-11-2009, como jefe de la banda de los "Dominican Don´t Play"). Y la segunda, por varias razones de peso: la presumible actuación de esas mismas tropas ante un conflicto respecto a la inequívoca españolidad de Ceuta y Melilla; el acoso que sufren las FFAA en determinadas regiones, cuyo hecho más evidente es el no poder celebrar el desfile anual en Cataluña o en Vascongadas, y por último, el caso del "Alakrana", que pone en absoluta evidencia a la Armada y a todos sus infantes.

Una situación, la del "Alakrana", que al día de hoy, 16-11-2009, es realmente dramática, aunque la jefa de Pitarch diga asegurar que "el Gobierno conoce con exactitud el lugar en que se encuentran nuestros compatriotas". Un situación, la del "Alakrana", que pone en evidencia los gastos militares que soportamos, y que a tenor de lo que está sucediendo tendríamos que plantearnos. Una situación, la del "Alakrana", que la opinión pública exige se resuelva como sea para garantizar la vida de nuestros compatriotas. Una situación, la del "Alakrana", que el Ejecutivo socialista no sabe cómo afrontar ni gestionar.

Por eso al señor general Pitarch habrá que recordarle, que cuando no se toman medidas preventivas pertinentes o las instituciones que conforman el Estado no saben el papel que juegan en el contexto de la Nación, no sirve luego rasgarse las vestiduras ante sus consecuencias. Por más que le disgusten a este señor de uniforme las críticas a su gobierno, al que está "plenamente subordinado", según dijo cuando fue nombrado (18-1-2006) jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército de Tierra delante del "sonriente" jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, José Antonio García, y del ministro socialista del ramo.        

Señor Pitarch, antes de pedir reconocimientos y cariños locos e incondicionales, la tropa debería demostrar por lo que se le da rancho, soldada y cama. Toda vez, señor general, que la Constitución es muy clara en cuanto al papel que asigna a las Fuerzas Armadas.  


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com