Negociación con ETA.
Por Pablo Gasco de la Rocha.
08/05/2008.
Conexión, relación o simple coincidencia entre la excarcelación del terrorista de ETA “Kurika” y la visita de Su Majestad el Rey al acuartelamiento de los Grupos de Acción Rápida de la Guardia Civil
Siempre supimos, aunque se nos garantizase que el Reino de España no caería en tal ignominia, que el final de ETA sería pactado. O más exactamente, que pasaría por el perdón que se ofrecería a los terroristas una vez que éstos se hubieran cansado de matar o porque tras permanecer algunos años en la cárcel decidiesen dejar de pertenecer a la banda marxista-separatista. Que ese ha sido el mensaje que desde los tiempos del gran espeleólogo Freire se le ha hecho llegar a ETA, argumento con el que siempre ha contado la banda. Una baza que ha hecho posible, que desde 1977 se halla venido excarcelando a muchos terroristas, incluso premiándoles de una forma vergonzoso como lo hizo el Gobierno de Aznar, que distinguió con la máxima condecoración del sistema, la medalla al “Mérito Constitucional” a los ex etarras Mario Onaindía, Mikel Azurmendi, Jon Juaristi e Iñaki Ezquerra entre otros, que naturalmente aceptaron el premio como merecedores de tal distinción, sin reparar, antes al contrario, que ellos han tenido mucha participación (Onaíndia incluso como autor material en dos asesinatos) en los 1.000 asesinados por ETA. Toda una demostración de la política anti-ETA de quien se califica así mismo como el hombre de “pensamiento fuerte”.
El paso del tiempo, el cansancio de los propios asesinos, muchos ya mayores, las enfermedades de algunos de ellos y una política judicial que por primera vez en treinta años viene actuando contra todos los frentes que el terrorismo etarra ha tenido a su disposición, ha hecho posible que hoy la banda se encuentre en una situación de franco retroceso y en repliegue de su propio discurso. Aunque bien es cierto que hablamos de la ETA oficial. Pues el mundo del terror seguirá actuando con más o menos virulencia por parte de los descolgados de las negociaciones. Tiempo al tiempo.
Digo, pues, que todo apunta a una negociación pactada, al uso y manera de las que ya se han intentado, por cuanto lo ocurrido el día 1 de mayo no me parece una coincidencia. Todo lo contrario. Pues los hechos apuntan a una realidad inminente que puede se esté negociando. Por una parte, un terrorista convicto de tres asesinatos y diversos delitos de estragos, Miguel Ángel Gil Cervera, alias “Kurika”, fue excarcelado de la cárcel de Zaragoza donde permanecía y trasladado a su domicilio de Pamplona después de que el juez decretara prisión atenuada a tenor de que el terrorista había expresado recientemente: “la lucha armada ya está desprestigiada y ahora lo que se impone es la lucha política por la independencia de Vascongadas”. Por otra, un jefe de Estado, el Rey, al que se pauta hasta lo vergonzoso, que ese mismo día, unas horas después, acudía en visita al Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, vanguardia de la lucha contra el terrorismo, con sede en Logroño. ¿Coincidencia?
Realidad que deja bien claro que nos encontramos ante el ensayo de una representación en la que los dos hechos forman parte del mismo argumento: la negociación con ETA. Y cuyos protagonistas, los personajes: el terrorista y el Rey, interpretan un guión prefijado. Pues ambos son protagonistas atados a un destino, el libreto al que se ha ceñido y sigue ciñéndose una y otra vez el Estado español ante al terrorismo de ETA con toda su maraña de conexiones, intereses y arrepentidos. Auque no por ello los personajes de ambos actos dejan de ser personajes neutros políticamente, ya que el propio discurso político que han mantenido les define y al mismo tiempo les defiende. Un discurso que encuentra una clara conexión entre la Transición y la forma en cómo se desenvuelve la realidad actual, en esta y otras cuestiones fundamentales para la vida de la nación.
Con todo, lo que más sorprende es la pasividad de unos espectadores que no invaden la escena. Porque si bien es cierto que el discurso en el que nos movemos nos determina, es igualmente cierto que no tenemos capacidad para re-escribirlo y actuar de forma diferente. Pues falta un sujeto político activo, realista y atento, capaz de repensar las historias que condicionan el futuro para alterar la fuerza integradora sobre otros mitos y otra ideología.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com