Las autonosuyas suaristas: 30 años de fiesta política.
Por
Luis Carlos.
20/11/2008.
Parece ser que la tremenda crisis económica que estamos atravesando sirve también para llamar la atención del ciudadano de a pié sobre el despilfarro llevado a cabo por los políticos al amparo del régimen autonómico vigente.
Adolfo Suárez fue el promotor de un sistema que se resumió en la tristemente famosa expresión de su ministro Manuel Clavero "café para todos". A los proyectos autonómicos del País Vasco y Cataluña se unieron los de Galicia, Andalucía, etc. al amparo de supuestos derechos históricos que no eran más que el producto de la "historia-ficción" fabulada por políticos que pretendían ver así colmadas unas mediocres ambiciones que, por capacidad o preparación no podían hacerse mayores.
Así se crea un mapa autonómico que atenta contra la Historia y el sentido común. Políticos profesionales, mediocres carentes de preparación para cualquier tipo de actividad profesional de cierto nivel fuera de la Administración vieron en este sistema la panacea en la que hacer carrera y dinero. Como había que mantenerse atornillado al sueldo fácil e iban llegando y presionando nuevas generaciones de profesionales de la política que reclamaban su parte del botín, se crean nuevos tipos de Alto Cargo, así como infinidad de asesores en distintas materias (hasta de aquellas de las que no tienen competencias). A esto había que añadir diputados autonómicos, Consejeros, Secretarios, Directores Generales y un largo etcétera, todos con derecho a Secretaria, coche oficial, chófer, etc...
Parecía que el Estado era capáz de soportar todo esto y más y así la bola de nieve crecía y crecía. Y así apareció la crisis económica. Miles de españoles vieron peligrar sus puestos de trabajo y asistimos al inicio de un proceso histórico irreversible en el que todos los avances sociales obtenidos en el transcurso de los últimos 70 años se cuestionan. Los políticos comienzan a cuestionar los seguros de desempleo y el sistema de pensiones, pero ninguno se atreve a hablar de 17 gobiernos inútiles, de una sociedad tecnológica en la que podría prescindirse de dos millones de funcionarios y de otras tantas políticas de recorte que supondrían un ahorro tal que permitiría mantener y mejorar las políticas sociales.
Francisco Franco dejó una España con 36.000.000 de habitantes y 600.000 funcionarios. La España de los 45.000.000 de habitantes de hoy cuenta con casi 3.000.000 de funcionarios cuando proporcionalmente tendría que haber 750.000. Sobran más de 2.000.000, que suponen un gasto público extraordinario de aproximadamente 48.000.000.000 de Euros (casi 8 billones de las antiguas pesetas). Además del mantenimiento de cientos de edificios públicos, parlamentos autonómicos, vehículos, etc.
A todo esto tenemos que añadir el daño que el sistema autonómico ha causado a la idea de Cohesión Nacional. Cada región o autonomía dice ser una nación y quiere administrar sus recursos naturales, una auténtica aberración. Imaginemos que Cantabria (antes Santander o la Montaña) cerrase el paso del Ebro a Castilla y León o que esta se lo cerrase a Rioja, etc. Castilla y León (otra aberración histórica) quiere administrar el Duero ¿negociaría así una región con Portugal?...¡aberrante!. Galicia promociona la enseñanza del gallego en la Sierra de Gata (Cáceres) por mantenerse allí un dialecto leonés parecido al gallego. Cataluña promueve la enseñanza y el adoctrinamiento catalanista en el oriente de Aragón, Baleares y Valencia, así como en los antiguos territorios del Rosellón y la Cerdaña en Francia. Ni Vizcaíno-Casas en el culmen de su inspiración hubiese imaginado tal tipo de aberraciones para su novela "las autonosuyas".
No querría terminar esta colaboración sin acordarme de dos casos ejemplares, el de un ex-ministro de Franco, Manuel Fraga Iribarne y el del hijo de Adolfo Suárez. Fraga Pretendió ser en los 70 y 80 el Churchill español, pero viendo que no podía ser Presidente del Gobierno español lo fue del más modesto gobierno gallego. Si bien inició su presidencia llevando a cabo políticas que sacasen a Galicia del vagón de cola del desarrollo español, al final y traicionando todos los principios que decía haber defendido a lo largo de su vida, excepto los de frustrado estadista, introdujo a la región en una deriva nacionalista sin precedentes, imponiendo la lengua gallega en los colegios y guarderias, recorriendo Hispanoamérica como Jefe de un Estado inexistente en el noroeste de España y llegando a ofrecer a Fidel Castro (con el que le llegó a unir una sólida amistad, fruto sin duda del gusto de ambos por el poder) un retiro dorado en Galicia. Sin miedo al ridículo volvió a intentar presentarse con 83 años pero no obtuvo la mayoría suficiente y una coalición de socialistas y nacionalistas (a los que dió alas y poder durante su mandato gracias a sus políticas de cesión nacionalista), le quitaron el sillón presidencial. En vez de retirarse dignamente a vivir sus últimos años de vida retirado de la escena política, insistió y consiguió un asiento senatorial desde el que siestea plácidamente una senectud vergonzosa, especialmente cuando afirma "lo peor de Franco fue que no supo retirarse a tiempo" (Fraga dixit). Aprovechando las oportunidades que a la mediocridad ofrece el llamado Estado Autonómico, el hijo de Adolfo Suárez también quiso apuntarse al carro del estadismo de boina presentándose como candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha. Pensaba que su apellido le abriría las puertas de la política debido al recuerdo que su padre inspiraría en los electores. El resultado fue tan patético que se retiró de la política.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com