Entre la ficción y el satanismo: "Crepúsculo", una película para adolescentes.
Por
Pablo Gasco de la Rocha. 10/12/2008.
"Crepúsculo",
una película que en Estados Unidos ha conseguido mayor recaudación que el mismísimo
"Agente 007", sin duda todo un record, nos muestra el arquito del mito
que se ha querido subliminalmente trasmitir. Pese a que dicho arquetipo se
encuentre dentro de unos registros alternativamente ambiguos, difuminados por
sucesivas significaciones y lecturas: políticas, sociales y morales. Aunque
subliminalmente como símbolo resistente del cristianismo.
Adaptada
de una novela, "Crepúsculo" pertenece a ese modelo de película diseñada
para satisfacer a su público potencial, introducir a los incautos y excluir a
los iniciados. Y es que, lo que nos importa reseñar, es lo que subyace como
mensaje, que no es otro que la seducción por el mundo de las tinieblas,
con toda su carga de significado y significante, en contraposición con el mundo
de la luz. Por eso la película, lejos de quedarse en una aparente
ficción de entretenimiento, tiene una clara intencionalidad de consideración
cognoscitiva.
La
película, que no pasará a la historia del cine, se mueva en las texturas del
Mal, aunque convenientemente vaciado de todo componente transgresor que lo
delate. Que es, precisamente, donde radica su mayor peligro. Peligro que se
concreta en el binomio entre la inmortalidad desde el Infierno o la muerte física
para compartir con Cristo la Gloria de la Resurrección.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com