Al recuerdo del joven Álvaro

 

Héroes y Villanos.


Por Pablo Gasco de la Rocha. 28/11/2008.  


Vale que somos un país de cobardes y de castrados, pero de ahí a calificar de héroe a un señor (al profesor Neira) que actúo como hemos actuado otros muchos en múltiples ocasiones a lo largo de la vida, considero que es todo un despropósito. Un despropósito que rebaja la verdadera calificación del héroe, en cuanto persona ilustre por sus hazañas y virtudes, y en extensión por sus acciones.

Sin embargo, tan falta estamos de prototipos, iconos, héroes o simples modelos que a poco se haga, nuestras autoridades lo elevan a las más altas cotas de la significación y del ejemplo.

Y así, frente a los héroes de pacotilla, están los auténticos villanos, que en este caso sí que lo son, los políticos. Unos villanos a los que no somos capaces de hacer responder de nada. Ni siquiera por la comisión culposa de delitos tipificados en el Código Penal. Un Código Penal que, sea dicho de paso, se modificó en función de considerarlo franquista, pero al que ahora se recurre timidamente como si nada malo se hubiera hecho

Por qué, vamos a ver, acaso piensa alguien que va a responder  por la muerte del joven Álvaro Ussía el señor Alcalde, la señora Presidente de la Comunidad de Madrid, el Conejal de Seguridad, la Delegada del Gobierno, o cualquier otro responsable de no haber tomado medidas respecto a una discoteca, el "Balcón de Rosales", con más de 50 denuncias por todo tipo de infracciones, apercibida por la Policía para su cierre y en la que, entre otras cosas, se servía alcohol a menores de edad.  

En este caso que nos ocupa, la muerte de Álvaro, yo confió en la reacción de sus compañeros para que no se dejen manipular por las Autoridades ni por sus profesores, y que reclamen que esas responsabilidades se cumplan. Porque, a poco que constituyan una Asociación, seremos muchos los que ingresemos esfuerzo y dinero para llevarles a todos estos villanos ante los tribunales de justicia. Porque aunque Álvaro ya no lo pueda ver, estaremos salvando la vida a muchos de nuestros jóvenes.

Aunque la pena es que la victima no hubiera sido el señor Ruíz Gallardón, Soledad Mestre, Esperanza Aguirre, el señor Calvo o el séñor Granados (o todos juntos, algo así como a la vez) responsables de la muerte de Álvaro desde esa relación de causalidad que existe en las omisiones culposas.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com