Zapatero, el Ejército y el fantasma del agüelo.
Por
Pablo Gasco de la Rocha.
30/05/2008.
Zapatero no es inteligente, pero lo que no suple su inteligencia, lo
rebasa con creces su sectarismo y su rencor. Ambas virtudes, devenidas
por culpa de Franco, que asesinó con sus propias manos a su pobre agüelo por
comunista y masón.
Desde estas dos apoyaturas, el sectarismo y el rencor, y como punta de
lanza, colocó a la Chacón al frente del Ejército español, de por sí
devaluado, y como las consecuencias también tienen una dimensión inmediata...
Ahí tenemos a las féminas soldadas –mandos y tropa- reclamando a la
ministra, durante la visita que hizo el pasado mes de abril al contingente español
en Bosnia, poder "conciliar" la guerra con la vida familiar, para cuyo
propósito se ha elaborado una lista con más de una docena de propuestas entre
las que destaca: que se regule el concepto "necesidades del servicio",
y que sea la ministra y no los mandos "quien delimite los criterios para
aplicarlo".
Y como aquí, en el Reino de las maravillas, quien no llora no mama, a
tenor de lo visto, digo yo, que por qué los que hicimos la mili bajo el
lema "Todo por la Patria" no formamos una asociación para reclamar daños
y perjuicios reales o hipotéticos, que esta precisión es indiferente para el
asunto que nos trae, que no es sino, "Todo por la pasta".
De momento, yo me apunto. Y que siga.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com