Cassinello, Andrés ..., licencia para amenazar.
Por
Pablo Gasco de la Rocha.
29/05/2008.
En
la entrevista que el periódico El País (18/05/08) hace al ex Teniente general
Andrés Cassinello, Director de los Servicios Secretos con Suárez, Jefe del
Servicio de Información de la Guardia Civil durante el 23-F, imputado y
exculpado en el "caso Gal" y, en la actualidad, Presidente de la
Asociación para la Defensa de la Transición, se me antoja conviene se hagan
algunas precisiones, si quiera, para que el anciano espía no siga engordando,
como parece por la foto que ilustra la entrevista, al hilo de sus sapienciales
silencios. Unos silencios que el anciano espía cree sólo conforman como
secretos en su mente.
Aunque
lo primero que debería consignarse, son tres cosas que como características
comunes se dan en todos los militares que han ocupado altos cargos políticos
después de la muerte de Franco, y de las que el anciano espía Cassinello no
está libre tampoco. En primer lugar, una obsesión casi patológica por
asegurarnos -mejor diría asegurarse- que él siempre ha sido leal... "Yo
–dice el Tte. General Cassinello- procedo de la lealtad a Franco". En
segundo lugar, una pretensión, sin duda que interesada, en presentarnos a
quienes hemos venido discutiendo todo el proceso político que se ha seguido
hasta aquí como descerebrados, gentes tan fuera de la realidad, que hasta creíamos
que Franco iba a vivir eternamente... "Pero no era tan tonto como para
pensar que el régimen era perdurable". Y, en tercer lugar, que todos
ellos, nada más retirarse, se hacen presidentes de alguna asociación
pacifista, solidaria o simplemente bucólica.
Con todo, centrándonos en lo que de verdad nos interesa, es
decir, en los "secretos de Estado" que el espía Cassinello guarda,
entiendo que sus respuestas tienen un aire de petulancia, que sinceramente creo
no se corresponden con lo qué de verdad se sabe, por mucho que al espía –en
esto no se distingue de ningún otro- le guste creérselo, porque la verdad, con
algunas precisiones de más o menos importancia, la conocemos a través de la
prensa y de los libros, únicos soportes que, salvadas las distancias, nos han
ido descubriendo las alcantarillas de la Transición. Por lo que no hace falta
que a estas alturas de la película amague con la consabida coletilla de todos
los espías que en la historia han sido... "Si yo hablara".
Pero
no sólo sus respuestas son petulantes, sino que en un alarde de erudición histórica
equivocada, nos intenta hacer pasar a Tarradellas –el patrocinador del
"golpe de Timón", la versión civil del 23-F- como un señor que
durante toda su vida fue digno del mayor encomio. Pues, sépase que Tarradellas
fue protagonista directo de una de las etapas más viles de nuestra historia, y
destacado masón.
Y
por lo que respecta al asunto del GAL, parte importante de la entrevista, al
menos por el número de preguntas que a propósito del asunto le hace Natalia
Junquera, ignoro si el señor Cassinello fue o no fue el jefe del GAL, ese grupo
de chapuceros que no sólo no logró amedrentar a ETA, sino que incluso
se cargó a varios inocentes, porque lo que de verdad nos importa saber, y
sabemos, es quién fue el jefe supremo... mister "X".
Finalmente, y ya dirigiéndome al presidente de la Asociación
para la Defensa de la Transición, decirle algunas cosas puntuales. Primera,
que no sienta vergüenza del 23-F –a no ser que sea por la parte que le
corresponde de no haberlo evitado, que esa es otra-, sino que no se consiguiera
si quiera acabar con ETA, a la que se siguió tratando como en la época de los
años aciagos; los años de la etapa que hoy tanto pondera... la Transición. Segunda,
que no se refiera al Tte. General Manuel Gutiérrez Mellado como a un "señor
mayor", pues entiendo que a él no le hubiera gustado, habida cuenta que el
enfrentamiento que tuvo con Tejero no fue por ser Ministro, sino por ser Tte.
General del Ejército. Tercera, que siga soñando, pues a su edad ya nada
se puede hacer o evitar y, en este sentido, que siga pensando que el llamado País
Vasco seguirá siendo parte integrante de España como lo es hoy Gibraltar. Cuarta,
que no me sorprende, ni creo que le sorprenda a nadie, que a usted le importe tres
rábanos que las mujeres formen en el Ejército y, que incluso, sea dirigido
por una mujer, pues un componente muy alto de las féminas que lo inundan son
hijas de mandos militares (al fin y al cabo es un puestecito seguro y de
por vida) Y quinta, que no amenace ("¿Fue usted el jefe del GAL?
–pregunta la periodista-... "Fíjate sí fuera verdad y tú lo hubieras
descubierto. Tu vida valdría sólo dos pesetas" –responde el espía
Cassinello-), pues a Dios gracias ni usted es el Padrino ni estamos en Sicilia.
Por cierto, señor Cassinello, guárdese esos nombres de los que presume tener suficiente información y que hoy todos sabemos o imaginamos, pero que ya no interesan a nadie ante los retos superiores que tenemos planeados, y que ellos, todos ellos, sean sus contertulios cuando le llega la hora de la muerte.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com