Tres visiones de España: Verdadero estado de la Nación.


Por Pablo Gasco de la Rocha. 23/04/2008.  


No se trata tanto de demonizar al Sistema, cuanto de desvelar las "evidencias" que determinan al Sistema. Un Sistema que estamos lejos de poder seguir soportando, a menos que se dé un giro de Timón a la nave para enderezarla. Y es que el Sistema que soportamos está echo de maniobras, tácticas y oportunismo partidistas, cuyo objetivo único es seducir con artilugios retóricos, mientras el Estado está desbordado por la política y sus gestores, que obvian las soluciones con evasivas.

Realidad virtual de la Corona

Después del juramento como Presidente del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero en solemne ceremonia ante los Reyes, la fotografía con la que todos los medios de comunicación abrían sus ediciones, era la que se veía, y muy sonrientes, al Rey, a Zapatero y a la Reina. Y como la disposición no me pareció de poco importancia. Refiero, que en el centro, y de espaldas, evidenciando la situación real en la que se encuentra ante la realidad, aparecía el Rey, que abraza al señor Zapatero, como suele hacer siempre, más allá de las formas, a todo aquel que tiene algo que ofrecer a la Monarquía. A su derecha, Zapatero, el primer actor de una Legislatura pasada, desquiciante y peligrosa, sin logros que ofrecer, salvo los del enfrentamiento con todos, y con un bagaje ciertamente patético echo sobre recuerdos de un abuelo, prejuicios juveniles y dogmas anticlericales. Y a la izquierda, puede que desde que es suegra de su única nuera, doña Sofía, la "profesional", tranquila y relajada, como sabiendo que el tinglado sigue durando, y que a poco que hagan los Príncipes de Asturias, la farsa puede durar aún más. 

Siguiendo el hilo conductor del razonamiento de José Antonio, yo también expreso hoy ese juicio de valor, constatación evidente del estado de postergación al que ha llegado la Corona, más preocupado por su supervivencia, que por el auténtico estado de la Nación. Pese a que se haya elogiado, más allá de lo normal, el discurso que el Rey ha pronunciado en la apertura de la   Legislatura.

El sincretismo que nos acecha

El sincretismo nos acecha. Esta ahí. Jugando sus cartas. Mientras que desde la otra orilla nadie es capaz de advertir el daño que se hace a las conciencias, sobre todo a las de los menos preparados y, sobre todo, a las de los niños, que crecerán en ese confusionismo que trata de conciliar la Verdad y la Mentira, a través de doctrinas religiosas diversas, y que nada tiene que ver con el Ecumenismo. De esta forma, tendrán ganada la batalla los enemigos de Cristo-Jesús, pues esos niños serán incapaces el día de mañana de concretar su opción religiosa por mor de una educación nefanda y nefasta.

Predicar en desierto, sermón perdido. Esa parece que es la realidad que nos invade. Pero más que esta realidad, lo que es más evidente, es no hacer lo que San Juan Bautista hizo, llegar hasta el palacio del rey para gritarle la Verdad.

Y es que, el juramento o promesa que hizo el día de su toma de posesión como Presidente del Gobierno don José Luís Rodríguez Zapatero, de cumplir y hacer cumplir la Constitución junto a un Crucifico y una Biblia, se nos antoja a muchos, y desde luego a mí, como un acto enmarcado dentro de esa liturgia profana propiciada por ese sincretismo mágico y telúrico en el que estamos inmersos. Pues, aprovecharse de los símbolos sagrados del Cristianismo, para mayor gloria de los intereses mundanos, es, cuanto menos, repugnante. Un acto sacrílego realizado por un enemigo de la fe Católica y ante un Rey que con su firma propicia toda suerte de leyes anticristianas.

Claro que luego, y a poco que realice algún acto de compensación, irán todos nuestros Obispos a presentarle sus respetos más entusiastas, y hasta llamarle Majestad Católica.

Y ¡ojo al dato! Que si el rey se arrodilla ante el Papa, también abraza a Ibarretxe o le ríe las gracias a Carod. Pues, el monarca, no nos engañemos, quiere serlo de todos y para todos, pero en función de la Corona.

Una anarquista, radical de izquierdas, al mando del Ejército  

He intentado sujetarme, y hasta casi lo consigo, pero hoy, definitivamente, rompo una lanza a favor del señor José Luís Rodríguez Zapatero, el bravo Bambi al que todos creían poder dominar, y que ha terminado por darle una cornada mortal al padre, ese enorme macho de espectacular cornamenta... Se cumple, pues, el refrán que tan certeramente nos advierte: "Dios me libre de las aguas mansas, que de las bravas ya me libro yo".

Les ha ganado a todos, y hay que admitirlo. Y es que, después de colocar al masón, al traidor y al rojo de su difunto abuelo (al que mis camaradas de otro tiempo no tuvieron más remedio que fusilar) en la cúspide de la dignidad, propiciando una Ley de Memoria Histórica simulada, sectaria y cainita; consentir que unos individuos-as afectados de una enfermedad congénita como es la homosexualidad (según estudios médicos al respecto) puedan ser considerados como normales en su desviada y patológica orientación sexual hasta llegar a legalizar sus uniones como matrimonio, y de retirar las estatus de Franco, incluso de la Academia General Militar de Zaragoza, sin que ningún cadete osase impedirlo, ha terminado por poner al frente de los Ejércitos y de la Armada a una ex anarquista, a una alborotadora de tiempos no tan pasados, a una individua que de no ser ministra, estaría formando en las barricadas de los okupas y de los "intolerantes", enfrentándose a la policía y rompiendo el mobiliario público, pero a la que tendrán que saludar militarmente todos los de uniforme. Aunque supongo que encantados si se les sube la soldada...

Pero era natural, y muchos lo hemos venido anunciando. Porque después de inundar el Ejército de mujeres, incluso de meterlas en los submarinos, algo que no ocurre en ningún ejército del mundo, aunque sea por puras razones higiénicas, y tener una tropa casi analfabeta, a la que, como recientemente se ha dicho, hace veinte años no se le hubiera dado un arma, ha terminado por tener que obedecer a una ex anarquista...

A este paso Zapatero terminara por hacer del Ejército lo que pretende y a anunciado, una tropa adocenada y sumisa como cuerpo auxiliar, no más de un batallón, en función de catástrofes naturales o provocadas, con base operativa dentro y fuera de nuestras fronteras naturales. 

Nunca un ejército llegó tan bajo. Jamás una nación abdico más de su orgullo. Presiento que nos queda poco para desaparecer.

Invasión y mestizaje

Durante casi toda mi etapa escolar del Bachillerato, seis años, fui postulante para el Domund. Es decir, pedí para esos pobres negros, chinos, sudamericanos y "demás" que pasaban necesidades.

Han pasado los años, y "esos" mismos de ayer, siguen teniendo las mismas o más necesidades que antes, con la diferencia de que ahora ya no "cuela" el argumento según el cual, todo era consecuencia de las injusticias de los blancos. Pues, tantos años después, siguen siendo absolutamente incapaces de prosperar sin el aporte de quienes otrora les descubrimos, descubriendo lo que realmente eran, primitivos. Y es que no es posible, si no fuera así, que todavía, a estas alturas, se sigan dando las hambrunas que se dan en África, siga habiendo gente que no tenga para vivir en China y en otros países asiáticos o que tengamos que proveer de alimento, ropa y educación a ingentes poblaciones de niños en Sudamérica, inclusive en países como Argentina.

Como consecuencia, pues, de esa incapacidad demostrada por quienes no son europeos, y también por mor del capitalismo, Europa viene sufriendo una invasión que terminará por destruirla. Y aunque, como digo, es un problema que tenemos planteado los europeos, en España la situación se agrava, por cuanto no tenemos una Política de Inmigración acorde con el peligro. Hasta el punto, que hoy tenemos el mismo número de inmigrantes de toda raza, cultura, etnia y religión que tiene Francia o Inglaterra, asumidos en menor tiempo que estas dos naciones.

Se impone, pues, y pese al deseo de quienes en pueblos y ciudades reclaman más manos de obra esclava, una Política de Inmigración que impida que gentes de fuera vengan a destruirnos, esquilmando nuestras economías y destruyendo nuestra cultura, nuestra religión y nuestra etnia. Aunque los florentinosperez, los fefes, los albertos y demás personajes de este patio de gallinas en el que se ha convertido España, nos acusen de racistas porque vean peligrar su legión de servicio doméstico. Sin olvidarnos de todos esos payasos que forman las ONG´s, que de otra forma tendrían que ponerse a trabajar. Pues de la inmigración han hecho todos ellos su forma de vida.

Y como, aparte de todo, se les ha consentido y se les consiente demasiado, el día 12 de abril del presente mes, los asaltantes negros de nuestras fronteras, los niños de mil guerras combatientes; esos mismos que vienen, y un día lo conseguirán, ha quitarnos el pan y la sal, se amotinaban en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche, al calificar dicha institución de racista y ser "un Guantánamo español". Cosa que los pobres no sabrían, hasta que no se les ha dicho.

Pero sin duda que lo más llamativo, incluso más que el hecho en sí, fue la fotografía con la que la prensa ilustraba la algarada, en la que se podía ver a dos mocetones negros, uno de ellos con una camiseta de la bandera de España (algo así como intentando dar pena), y en el centro de ellos, al cebo con el que se les alecciona ya en su misma África natal, a todos estos chicos que por su apariencia no parece que vengan de pasar hambre: "Otra forma de haceros españoles es casaros con alguna española, sobre todo si son feas, de esas que vienen por nuestros países africanos para mantener relaciones sexuales", que dicen sus panfletos de propaganda. 

No se trata tanto de demonizar al Sistema, cuanto de desvelar las "evidencias" que determinan al Sistema. Un Sistema que estamos lejos de poder seguir soportando, a menos que se dé un giro de Timón a la nave para enderezarla. Pese a todo, en el Sistema, el pueblo, titular único de la soberanía, otorga su confianza al gobernante. He aquí el dilema.   


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com