El Feminismo.


- al recuerdo de mi madre y de mi abuela -


Por Pablo Gasco de la Rocha. 07/04/2008.  


Como hay suficiente material a disposición de quienes quieran tratar el tema que nos ocupa, y como el tema sería largo para un artículo, me aproximare al Feminismo sólo desde la denuncia de lo qué realmente es su propósito. Pues, el feminismo, es uno de los frentes que se abrieron para destruir a las sociedades de Europa Occidental. Un fenómeno que, como todos los que ha planteado la izquierda marxista, se ha extendido internacionalizándose a todo el mundo.  Y ¡ojo! Que aquí no nos estamos refiriendo al nivel de dignidad que la mujer como ser humano, en igualdad en derechos fundamentales y dignidad al varón, tiene, y del que debe gozar. Nivel de dignidad que es fundamentalmente una propuesta cristiana.  

El Feminismo, pues, nada tiene que ver con la dignidad de la mujer ni como ser humano ni como género femenino. Porque es, antes que nada, una doctrina; más concretamente, una praxis de acción revolucionaria puesta en practica por el marxismo como forma, modo y manera de plantear la revolución a todos los niveles posibles en la destrucción de las sociedades conservadoras. Movimiento social, el Feminismo, que propugna la liberación de la propia razón natural. Por eso, aunque desde mitad del siglo XX se subsanasen muchos errores en cuanto al reconocimiento de los derechos de la mujer, fundamentalmente de los derechos políticos, el Feminismo ha seguido y sigue insistiendo en el desequilibrio social y cultura de las sociedades, en cuanto a desprenderse de todo vestigio que ampare el Derecho Natural. Y aunque sea un dato nimio, no deja de ser significativo, que cada vez existan más hombres afanados en los "fogones" y más mujeres en los cuerpos y fuerzas de seguridad de los estados. Sobre todo en España, que como en tantas lacras y contra-sentidos se sitúa a la cabeza de Europa.

La Jerarquía de la Iglesia Católica siempre ha denunciado el Feminismo, y hace algunos años nuestra Jerarquía declaró de forma determinante al Feminismo como el causante de muchos de los males de nuestra España: la baja natalidad, el aborto, el divorcio, las des-estructuraciones familiares, la delincuencia juvenil, etc., Todo era cierto, pero la Jerarquía no supo, como luego reconoció, exponer la denuncia para una sociedad laicista, agnóstica y materializada, demasiado combativa hacia todo lo que dice o sugiere la Iglesia Católica. Aunque no así respecto de lo que declare el primer emir que surja, y no digamos nada respecto a lo que dice o diga el Dalai Lama, porque entonces tal declaración se convierte en dogma de fe laicista. 

Sea o no cierto que la Iglesia Católica necesite emplear el marketing, como han reconocido algunos de nuestros prelados, lo cierto es que la denuncia era acertada, y estaba de plena actualidad. Y tan de actualidad, que han pasado algunos años desde aquella denuncia, y la situación es peor como consecuencia del desarrollo normativo de ese Feminismo.

Como el caso de Oriana Fallaci está ya muy manido, pese a lo apropiado que viene al caso, hoy voy a referirme a otra mujer, igualmente significativo del Feminismo, como es doña Eva Herman, una famosa periodista alemana que durante 19 años ha sido la presentadora del informativo más visto por los telespectadores alemanes, Taggeschau, hasta que su libro "El principio de Eva. Por una nueva feminidad" salió a debate y la convirtió en una "apestada", y como no, en una "nazi".

El libro, que es realmente lo que nos importa referenciar -que no la vida de esta activista feminista durante muchos años, hasta el punto de estar profundamente arrepentida del mal que ha hecho y que ella misma se ha hecho-, es un alegato a favor de la mujer como ser humano diferente al varón, madre y esposa, y siempre mujer. Un alegato a favor de la mujer, y no sólo de la mujer productora en el engranaje del sistema capitalista, pues, como la misma Eva Herman dice 

"Me saca de quicio que se considere que las mujeres sólo tienen valor si trabajan fuera de casa, dejando a sus hijos a los extraños y desentendiéndose de sus padres y de quienes las necesitan para atender los requerimientos de un jefecillo machista y estúpido, y llevar a casa unos dineros que pronto se comerá quien de verdad criara a su hijo".  

El Feminismo, que también ha creado el hedonismo, suscita enormes problemas, no siendo menores los de la violencia llamada "de género", que en muchos casos está provocado por él.

Por eso se impone que frente al Feminismo desnaturalizado y destructor, se abra pasó el Feminismo consustancial al género femenino, esa realidad que es propia de la mujer, y de la mujer como ser humano llamado a la trascendencia.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com