Carta al Rey de España.
- Majestad, rectifique, el aborto es constitucionalmente ilegal -
Por
Pablo Gasco de la Rocha.
15/01/2008.
A
raíz del escándalo de la red de abortos ilegales en Barcelona, práctica
mayoritariamente extendida en toda España, y tras veintidós años de vigencia,
unos y otros han puesto el grito en el cielo. El PP, por cuanto entiende que las
"condiciones" reguladoras para asesinar al feto deben cumplirse
escrupulosamente. Y los sectores pro-abortistas, esto es, el PSOE y IU, por
cuanto expresan su temor a que las revelaciones sobre las inhumanas prácticas
del aborto en los centros clausurados, puedan generan un estado de opinión
contrario al aborto libre.
Pese
a todo, unos y otros se pasan por el forro la legalidad constitucional vigente.
Legalidad constitucional cuyo incumplimiento vulnera de forma fragrante y
continua el Estado de Derecho, aunque ninguno de los Poderes del Estado sea
capaz de remediarlo. Un signo de identidad del estado de completa putrefacción
del Reino de España, pese a las pomposas declaraciones que Su Majestad hizo en
su tradicional discurso de Navidad, en cuanto al progreso alcanzando durante
estos años.
Y
es que no sólo el aborto libre es inconstitucional, sino que la misma Ley
(1985) que lo despenaliza en los tres supuestos reguladores lo es, por cuanto
contradice el artículo 15 de la Constitución que ampara el derecho a la vida.
Derecho que ampara, como no podía ser de otra forma, al nasciturus, como
reconoce la interpretación que del citado artículo 15 de la Constitución hace
el Tribunal Constitucional -cuyas decisiones deben vincular a todos los poderes
públicos y sujetos privados, al ser el órgano que interpreta la Constitución,
vértice del Estado de Derecho-, que califica como inconstitucional una "ley
que desprotegiera la vida del no nacido poniendo en manos de la madre la decisión
soberana de acabar con ella", que es lo que se está haciendo. Vida
que no sólo protege dicha interpretación, sino que ampara con normas penales.
Y cuya interpretación deja claro que la vida humana comienza con la gestación
y que se desarrolla como un "continuo" hasta la muerte, reconociendo
explícitamente, por tanto, que el feto es un ser vivo distinto de la madre. De
ahí que descarte un desamparo en la fase embrionaria.
Por
todo lo dicho, Majestad, rectifique y cumpla la Constitución.
Pablo Gasco de la Rocha
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com