Presentación de la Asociación Cultural Primavera.
Por
Isabel.
27/04/2007.
En primer lugar a mi también me gustaría daros la bienvenida y agradeceros vuestra asistencia. Como Leticia decía, vuestra mera presencia supone para nosotros un torrente de ánimo que nos da la fuerza para seguir adelante. Tampoco quiero olvidarme de agradecer a los amigos que no solo han hecho posible esta presentación, sino que día a día se han volcado con nosotras, en particular a José Manuel Tejada.
Realmente hay poco que pueda aportar después de lo que han dicho Inés, Leticia y Pituca. Por eso, con permiso de los asistentes y por la parte que me corresponde en esta asociación, me dirigiré en especial a los miembros de la asociación.
Miembros de Primavera:
‘Femina Fidelis Hispania’, este es nuestro lema. Expresa de algún modo ese compromiso, esa idea de que seremos fieles y nos mantendremos firmes en la defensa de nuestra Patria, tan amenazada hoy por todos sus flancos. La Patria no es un pedazo de tierra, no es una lengua, una literatura, una historia, es como decía J.A. una unidad de destino en lo universal. Una unidad que se fundamenta eso si, en esas cuatro cosas -entre otras-, que son por las que debemos mantenernos en guardia.
El éxito de esta asociación depende de la participación de cada uno de vosotros en pro de la misión que os habéis encomendado. Una misión que os habéis encomendado vosotros mismos a través del compromiso adquirido con la Patria. Hoy estamos nosotras tres hablando, pero nosotras no hacemos Primavera. Y si queremos que vuelva a reír tendréis que trabajar hombro con hombro con nosotras y entregaros para que entre todos este proyecto que hoy se presenta se convierta en una realidad efectiva.
Hay mil cosas por aprender y otras mil por hacer. Contamos con todos vosotros, los presentes y los que no han podido venir pero que están con nosotros de algún modo. Además, tenemos la suerte de tener guías que ya hicieron camino antes que nosotros, primero fue la Sección Femenina luego Nueva Andadura, que por desgracia se disolvió este año pero que con ilusión y alegría retomamos el testigo que nos ofrecen. Ellas fueron mujeres que hicieron la guerra, y luego, con la misma abnegación, se consagraron a las tareas de la paz. Estas muchachas se reunían para estudiar la manera de que las mujeres de España sean por siempre cristianas y españolas, ahora nos toca a nosotros.
La historia, la memoria del pueblo, forma parte del pasado, es cierto. Un pasado lleno de glorias y vicisitudes, con errores y aciertos. Pero sólo considerándolo para la experiencia lo superaremos y podremos entonces cumplir con el honor de servir a España hoy.
Es sólo teniendo conocimientos profundos, conociendo a la perfección a nuestro enemigo, como podremos plantarle cara. Los maestros muertos siguen explicando su lección eterna: que no será permanente un Estado que no se establezca sobre el Derecho y la Razón; que hay leyes universales que están por encima de la voluntad del César y de las mismas conveniencias de la Patria.
Nadie nos obliga a estar hoy aquí. Nadie nos pide que respondamos a la llamada del deber patrio. Nosotros solos, conscientemente, lo hacemos. ¿Pero de que sirve venir hoy si mañana no vamos a estar? Esta es una de las claves principales para el éxito de la revolución que anhelamos, la constancia.
No creo que nadie sea tan ingenuo de pensar que nuestra tarea será fácil y que saldrá adelante, sin más. Para empezar porque nuestra tarea nunca ha sido fácil y porque ya sabemos que en nuestro Movimiento no se cuenta con el descanso. Esto es así, nada triunfa si no es con trabajo y perseverancia. Y será precisamente la constancia la que nos empuje hacia esos ideales que todos compartimos: Dios, Patria, Justicia.
Estoy convencida de que no hay obstáculos cuando se tiene voluntad para una cosa. Claro que nos encontraremos trabas por el camino, algunas nos las esperaremos, otras no. Muchas veces el mayor daño es el que nos hacen los que teníamos por fieles amigos. No pretendo asustaros, mi intención es avisaros para que estéis alerta porque algunas veces las intrigas de la vieja política llegan a prender hasta en los mismos camaradas y estas si que desaniman. A todos nos ha pasado. Un día nos tiembla la mano por el desánimo, otro, perdemos las ganas de todo…pero tenemos la fe y la historia y es, yo creo, la mejor forma de recobrar el ánimo. La fe de que luchamos por unos fines justos, la fe de que algún día, tal vez no muy lejano estemos en situación de poner en marcha esa revolución pendiente en nuestra España. Y la historia, que nos recuerda que la sangre de los que lucharon por nosotros antes no se ha podido derramar en balde. Que si un Estado católico y nacional fue posible, puede volver a existir de nuevo.
Y si antes hacia referencia a la constancia ahora tengo que hacer referencia a la fortaleza. Corren tiempos difíciles pero tenemos motivos para esperar mayores desastres por eso tendremos que hace acopio de fuerzas ahora que aún nos dejan respirar. Entre la cigarra y la hormiga, seamos como la hormiga ‘que sigan los demás con sus festines. Nosotros fuera, en vigilia tensa, fervorosa y segura’.
No tengáis miedo, no dudéis nunca de lo que creéis pero no os dejéis cegar tampoco por la pasión del terco que se siente en posesión de la Verdad absoluta. Pues cercana a esta Verdad está la Mentira absoluta por contraposición, y la distancia entre una y otra es tan escasa…Para eso tenemos a los amigos, a los camaradas que velan por nosotros, que si vieran que nos torcemos para uno u otro lado no dudarían en advertírnoslo. Por eso es tan importante que entre nosotros exista una relación distendida, que nuestro contacto no se limite únicamente a vernos en actos y manifestaciones, hay que fomentar la unidad y la camaradería auténtica que tanto se echa de menos hoy por hoy. Antes se decía que más que un amigo, un hermano y más que un hermano, un camarada. Hagamos de este dicho una realidad. Sin ser ingenuos, pues en nuestras filas hay casi tantos malos como buenos.
Por último, y con esto ya termino, reiteraros nuestra invitación a que os unáis a nosotros en esta nueva andadura. Convocamos a cuantas personas estén dispuestas al Servicio y al Sacrificio por nuestra querida España. Para nosotros sería un honor luchar a vuestro lado, en nuestras aulas y en la calle dejando de lado las urnas que son cosa de otros.
Muchas gracias, ¡Adelante Primavera! ¡Arriba España!
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com