20N-2007.
Por
José Luis Muñoz.
20/11/2007.
Con tristeza y gozo a la vez, conmemoramos un nuevo aniversario de los fallecimientos de José Antonio y de Francisco Franco.
El primero, asesinado por el Frente Popular en la cárcel de Alicante, tras un simulacro de juicio, que fue cualquier cosa menos el ejercicio de la noble virtud de la Justicia.
Partidos y organizaciones sindicales englobados en ese engendro antiespañol, y anticatólico, del citado Frente, al alimón con la siniestra y clandestina Francmasonería, no tuvieron el menor reparo en mancharse con la sangre de un español de pro, vivo reflejo y ejemplo de lo más granado y mejor de una generación de españoles que se han ganado el cielo por lo que hicieron en 1936.
Frente a tanto odio, ansia de sangre y crueldad satánicos, se produjo el Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936, protagonizado por una gran parte de los españoles de entonces, junto con lo más selecto del Ejército y la Armada.
A consecuencia del cual, se desencadenó una cruenta Guerra de casi tres años de duración que concluyo el 1 de Abril de 1939, con el famoso Parte de Guerra del Cuartel General del Generalísimo.
Previamente, el 1 de Octubre de 1936, el General Franco fue proclamado solemnemente Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos, asumiendo todos los poderes del nuevo Estado.
Se inició entonces una de las etapas más brillantes de la Historia de España, pese a que inicialmente, las circunstancias tanto internas como internacionales no eran las más propicias para el desarrollo de España.
No es ahora el momento de hacer un análisis detallado del Régimen de Franco. Basta sólo decir, que partiendo de una nación desangrada y arruinada por la Guerra, el Caudillo logró situar a España en el selecto grupo de las naciones más desarrolladas, pese a no contar con el apoyo económico del denominado mundo democrático, que durante mucho tiempo nos dio la espalda.
Su balance durante casi cuarenta años de Gobierno no puede ser más positivo, pese a los detractores y enemigos del Caudillo, que reproduciendo sus palabras en el Testamento Político, lo fueron y lo son de España y los españoles.
Tampoco es cuestión de analizar el desarrollo de los acontecimientos a la muerte de Franco, que están presentes en el recuerdo y vivencia de muchos de nosotros, pero sí de lo que estamos viviendo ahora.
Pues del último aniversario al momento actual, mucho ha cambiado para peor, la situación en España.
Se ha producido la aprobación en el Congreso de los Diputados de la mal denominada “Ley de la Memoria Histórica”, que no es tal, sino un nuevo intento de reescribir la Historia basada en los sentimientos negativos de rencor y revanchismo por parte de los herederos políticos del Frente Popular, causante de la mayor persecución política y religiosa, producidas en la primera mitad del siglo XX en España.
Se quiere suprimir todo vestigio y recuerdo no sólo del Régimen de Franco, sino de todos aquellos que lo hicieron posible con su apoyo directo o indirecto. En definitiva, ya que no pueden cambiar la Historia, pretenden extender un manto de olvido sobre la misma, suprimiendo todos aquellos monumentos, calles y símbolos que recuerden que durante casi cuarenta años, Franco gobernó en nuestra Patria, con una eficacia y una honradez que para sí quisieran los actuales gobernantes.
Y no contentos con ello, el sectarismo antidemocrático de la izquierda gobernante al alimón con una derecha acomplejada, timorata y cobarde, también quieren impedir cualquier tipo de acto o celebración en recuerdo de José Antonio y Francisco Franco, especialmente en el Valle de los Caídos.
No podemos consentir tanta ignominia. Hay que hacer todo lo humanamente posible para despertar a muchos españoles de este estado de "letargo" en que se encuentran. Ardua es la tarea, pero es nuestra obligación.
Y para ello elevemos nuestras oraciones a la Santísima Virgen, para que por su intercesión, España se vea libre de sus enemigos, esos mismos que Franco derrotó y que ahora vuelven al ataque con más odio y revanchismo que entonces.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com