Totalmente de acuerdo con Zapatero... "el PP, correa de transmisión de la AVT"
-comunicado urgente ante los últimos acontecimientos vividos-
Por
Pablo Gasco de la Rocha.
06/12/2007.
Una de las acusaciones que el Gobierno de Rodríguez Zp ha lanzado contra
el PP durante la legislatura que termina, es que ha motorizado y se ha servido
de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) para criticar no sólo los
intentos de negociación del Gobierno socialista con ETA, sino para minar su política
antiterrorista. Incluso para minar su misma imagen como Gobierno de España. Un
Gobierno, sea dicho con toda precisión conceptual, incapaz, y sectario,
liderado por un imbécil, pero que respecto a ETA no ha hecho nada distinto a lo
que ya se había hecho por parte de los diferentes gobiernos del Rey: Reconocer,
Negociar y Ceder. El PP, pues, ha utilizado a la AVT
motorizándola y dirigiéndola para tomar la calle. Lo cual no deja de ser un
lastre para la asociación, y un comportamiento repugnante habido cuenta que el
PP también pactó y negoció cuando pudo con ETA.
Y es que algunos quizás recuerden todavía, pese a que la memoria entre
nuestros compatriotas es imprecisa, y hasta esquiva, que el PP dirigido por José
María Aznar, el mejor PP de la historia, también negoció con ETA, reconociéndola
como autoridad imprescindible para el logro de la paz.
Según los datos que se
tienen, y que cualquiera puede contrastar de las hemerotecas y de algún libro
que al uso exista, durante los cuatro primeros años de su mandato como
presidente del Gobierno, José María Aznar entabló conversaciones con el
complejo Batasuna-ETA. Una investigación que no sólo descubre el contenido
desconocido de esos encuentros y lo que ofrecieron los enviados de Aznar, sino
también los lugares donde se celebraron esas reuniones entre los representantes
de los terroristas y los hombres del presidente.
El 11 de diciembre de 1998, y pese a lo que había manifestado José María
Aznar el 3 de diciembre de 1991 cuando era Jefe de la Oposición: "El
PP no aceptará ningún proceso de negociación con los terroristas",
se celebró la primera reunión entre representantes de Herri Batasuna y del
Gobierno del PP. Cuya principal característica fue que Aznar dejó al margen a
su partido y al Gobierno, para asumir él personalmente las riendas de las
negociaciones. La zona elegida fue Burgos, por su cercanía con Vascongadas.
Procedente de Vascongadas viajaron: Arnaldo Otegui y Fernando Barrena,
de la Mesa Nacional de Batasuna; Rafael Díaz Usabiaga, secretario general de
LAB, y el abogado Iñigo Iruin. Desde Madrid salieron los tres representantes
del presidente del Gobierno: Ricardo Martí Fluxa, secretario de Estado para la
Seguridad; Francisco Javier Zarzalejos, secretario general de la Presidencia, y
Pedro Arriola, asesor y amigo personal de Aznar. Finalmente, desde Zamora acudió
el intermediario que había facilitado el contacto y que actuaría como hombre
bueno: el obispo Juan María Uriarte. Todos estaban allí porque ETA había
puesto en marca una tregua.
De los datos filtrados a la prensa por los terroristas, sabemos que los
"hombres del presidente" ofrecieron a ETA: "Paz por
presos", a lo que los representantes del "brazo político
de ETA" respondieron, que: "si ése era el único tema del que
estaban dispuestos a hablar, porque el asunto que planteaban era una
responsabilidad de ETA ". A tenor de lo cual, los "hombres del
presidente" respondieron, que: "habría dos niveles en
la negociación, uno con Batasuna y otro con ETA". Lo que dio pasó
a que los representantes del "brazo político de ETA", Herri Batasuna,
defendieran la necesidad de abrir un diálogo sobre los temas políticos que a
ellos les interesaban. Entre otros: "el derecho del pueblo vasco a
decidir sobre su independencia, el acercamiento y la libertad de los presos y la
persecución a la que estaban sometidos por algunos jueces". Al
final, como muestra del deseo, todos quedaron en la necesidad de hacer cesiones "que
permitieran conseguir la paz". Una paz que nuevamente ofrecía ETA a un
Gobierno de España.
Coordinada la acción con los "políticos" de ETA, y
concedidas ya algunas reivindicaciones que el entorno de ETA consideraba como
"condiciones de buena voluntad por parte del Gobierno de Aznar":
rebaja significativa de penas a algunos terroristas "duros",
excarcelación por motivos "humanitarios" a varios con enfermedades crónicas
(muchos de ellos hoy perfectamente sanos) y "reagrupamiento" de prácticamente
todos los terroristas presos a cárceles de Vascongadas, las conversaciones con
ETA tuvieron lugar unos meses después en Suiza, en un hotel de la localidad de
Vevey, el 19 de mayo del año siguiente. Esta vez los "hombres del
presidente" se reunieron con los terroristas de ETA y miembros de su
dirección, Mikel Albizu y Belén González Peñalva. Contando también con el
"bueno" de Uriarte como intermediario.
Lo de menos es que la tregua que la banda terrorista había anunciado de
manera sorpresiva el 18 de septiembre de 1998 concluyese el 28 de noviembre de
1999 sin resultado. Porque lo importante es que un Gobierno democrático y teóricamente
de derechas, cuyo presidente se había mostrado tan categóricamente contrario a
negociar con los terroristas: "El PP no aceptará ningún proceso de
negociación con los terroristas" (José Mª Aznar, 3 de diciembre
de 1991 cuando era Jefe de la Oposición), terminase plegándose: "Si
los terroristas deciden dejar las armas, sabré ser generoso" (declaraciones
efectuadas por Aznar el 3 de marzo de 1998),
vulnerando fragantemente, y una
vez más, el Estado de Derecho, algo de lo que parece no se acuerdan quienes se
han hecho con el uso y disfrute de la AVT.
Siento, entonces, no compartir los argumentos de una gran mayoría de
personas a las que convengo en considerar "camaradas", porque no seré
yo quien demonice al PSOE para ensalzar al PP, ni me presto a seguir, tras una
pobre argumentación, al primer iluminado que lance una proclama. Soy
franquista, que es una cosa muy seria, en la medida que admiro y defiendo la
memoria y la Obra de Francisco Franco, pero mi formación a todas luces es
claramente joseantoniana, y por tanto, los antis son para mí tapones para las
ideas. Por eso, frente a la algarada contra el PSOE por sus contactos con ETA,
yo esgrimo otro argumento. Y es que, cuando desde el órgano de la soberanía
nacional todos los Gobiernos del Rey han hecho una convocatoria para parlamentar
con ETA, lo único decente hubiera sido abandonar el Parlamento. Y si eso no ha
sucedido, es, sin duda, porque todavía no ha llegado la hora de los patriotas.
Una hora que vendrá marcada por una proclama que todavía no se ha oído: fusilamiento
al alba para todo los terroristas, cómplices, instigadores y encubridores de
ETA. Que sigan, pues, los demás con sus festines...
Y ¡ojo! Que nadie
piense que he faltado a mi palabra hablando de ETA, como prometí no hacer más.
Pues no he hablado de ETA, sino del Partido Popular.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com