¡Vaya ceñida, Majestad!


Por Maria del Carmen López. 25/10/2007.  


Confieso que me ha sorprendido la actuación de Su Majestad, que sinceramente no esperaba, tan acostumbrados como nos tiene a verlas venir, y para muchos sin hacer nada. Pues la Constitución ya se encargó de declararle "irresponsable", hasta dimensionar su papel poco menos que al chico de los recados; lo que algunos han dado en llamar a paga fuegos. Que fue otro de los grandes errores de nuestra Carta Magna o Ley de leyes. Sin olvidar, naturalmente, el papel que nos han señalado todos esos monárquicos, que nunca serán "alabarderos", en cuanto al marketing que Su Majestad aplica de forma discreta y con campechanería, aspecto éste último tan del gusto del pueblo.

Sin embargo, la situación debía ser tan apretada que Su Majestad ha tenido que emplearse a fondo y de frente, con audacia y desde la osadía,   contra todo protocolo y, hasta sí me apuran, cabreado.

De frente, porque no ha necesitado el apoyo de nadie para defenderse solito, alegándose a sí mismo ser "origen y fuente de estabilidad, prosperidad y paz". Con audacia, porque enseguida convocó a la derecha y a la izquierda para que emitiesen sendos comunicados de apoyo a su persona y a la Institución, la Corona que tendrá que ceñir también su hijo. Desde la osadía , porque consciente del peso real que tiene la Iglesia Católica, aunque con su firme entren en vigor todo tipo de leyes anticristianas, no ha dudado en utilizar a los monseñores más señalados del país, cuyos pastores le tildaron de "símbolo y unidad espiritual de España". Contra todo protocolo, por cuanto convocó, y en un solo acto, a las más altas personalidades de Europa para que le prestaren el apoyo institucional necesario, sin antes haber recibido a sus embajadores acreditados, más que nada por si alguno no quería unirse a la fiesta. Y, finalmente, cabreado, hasta el punto de haber colisionado con la sin par Esperanza Aguirre, la par tener de Sabina, el amigo de su hijo, respecto a Jiménez Losantos; así como   con la Jerarquía de la Iglesia Católica española a la que le recomienda "más acción y menos oración".

Experto desde hace mucho tiempo, puede que desde siempre, en el difícil arte de la ceñida, Su Majestad ha demostrado que él solo se puede defender y, por ende, que él solo es capaz de defender la Institución, la Corona, que  mayoritariamente es aceptada por los españoles de toda edad, sexo y condición social, al menos en su persona, hoy por hoy clave en la fundamentación del Estado y de la Nación española.

Por lo que desde esta página le pido defienda con el mismo ardor la unidad de España. Puede que la única función realmente importante de la Corona. Y por la que fue escogido por el Caudillo, Francisco Franco, "sucesor a título de Rey"

¡Viva España!

... y por, y sólo por España,

¡Viva el Rey!

 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com