Ley de Memoria Histórica.


Por Miguel Ángel. 10/10/2007.  


Decía Aristóteles, que la felicidad, consiste en la permanente búsqueda del Bien, y que ésta llega a su plenitud al encontrarlo o contemplarlo. A partir de esta Ética, el filósofo, desarrollo su Política, en la que todo buen gobernante, debe buscar el bien común de la sociedad a la que gobierna. Su gobierno sería justo, y por ende bueno, si se dedicaba a la búsqueda del Bien común. De lo contrario, sería un gobierno injusto y malo, que sólo acarrearía males a la sociedad.

Siguiendo esta teoría, un gobierno que se digne a llamarse bueno, debería dedicarse a la búsqueda del Bien común, si de lo contrario, se dedica sólo a buscar el bien de los suyos, ya no será un gobierno bueno, ni mucho menos justo.

La ley de Memoria Histórica que va a debatirse en el Congreso en pocos días, corresponde a una ley que no busca el bien común, el consenso que diríamos hoy. Es muy probable que salga adelante, porque en principio solamente se opondrán a ella, el PP, y el PCE, éste último por considerarla poco “castigadora” del Franquismo, especialmente, porque declara nulos y no ilegítimos los juicios en esa época efectuados. Supongo, que estará el PCE mucho más de acuerdo con las ejecuciones masivas, torturas y demás lindezas que practicaron sus antecesores durante la guerra, en aquellas famosas dependencias conocidas como Checas, éstas sí, sin ningún tipo de juicio previo, que se pueda anular o ilegitimar. En esto tienen las de ganar, no se podrán nunca ilegalizar unos juicios que nunca existieron.

Volviendo a la filosofía de la “búsqueda del bien común”, encontramos en esta ley, un profundo e innecesario deseo de reabrir heridas ya cicatrizadas, de revivir pasiones ya apagadas, en definitiva, de enfrentar a una sociedad, ya bastante crispada y enfrentada, bajo pretexto de hacer justicia. Una justicia que de ser como ellos quieran, vamos servidos. Los juicios, como ocurrió hace décadas, brillarán por su ausencia, gracias a una ley, que no busca el bien común, y que por tanto, siendo injusta, se aplicará “para hacer justicia”. Curiosa paradoja.

 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com