No tienen nada que decir.


Por Fernando González de Canales. 04/10/2007.  


Hace unos días leo en el periódico LA RAZÓN una noticia sobre la declaración de prensa que el líder de los populares hizo a raíz de el nuevo desafío de Ibarreche al Estado. En esa entrevista descubro una perlita que me ha dado que pensar bastante en la que afirma algo así como que se compromete, él y su partido si ganan las elecciones, a que todos los españoles decidan el futuro de España.

¿Qué todos los “españoles” decidan el futuro de España? O sea, que si un 52 % de los españoles dicen que España no es una nación entonces es cierta esa afirmación. Me da miedo, vértigo y pánico el pensar que el futuro de España está en manos de esa masa aborregada y desagradecida a la que llamamos españoles. Pienso, además, que el Sr. Rajoy se equivoca al poner en “referéndum” la idea y concepto de una nación con más de 2000 años de historia. Es como poner en duda si el día es de día y la noche es la noche. España es, ante todo, un legado que nosotros recibimos de las generaciones pasadas y que nos vemos en la sagrada obligación... y placer, de legarlo, a su vez, a las nuevas generaciones futuras, igual o mejor de lo que recibimos nosotros. Eso es España.

Los “españoles” no tienen nada que decir al respecto sobre este tema. ¿Qué tiene que decir una mayoría de gente cuyo única aspiración en la vida es llegar al fin de semana? Sobre España ¡nada!. Es que vamos, ¡ni se lo plantean! Es demasiado para ellos.  La mayoría de la gente (ojo, me suelo referir a los jóvenes, qué es en ellos donde reposa el futuro de España) solo quiere llegar al fin de semana, salir con los amigos, volver a las tantas de la madrugada y comenzar de nuevo el reloj semanal. Si señores, el Sr. Rajoy nos dice que es en ésta clase de gente la que va a decidir el futuro de España si él y su partido ganan las elecciones. España en manos de gente sin ninguna clase de conciencia moral. ¿Se imaginan qué sería de España?

Queda bien eso de decir en los medios de masas que España será lo que los españoles quieran. Es biensonante a los oídos de la masa políticamente correcta y está repleta de palabras talismanes que se relacionan instintivamente con otras tipo de palabras como “libertad”, “igualdad”, “capacidad de decisión”, “voluntad de futuro”, “mayoría de edad”... en definitiva, son bien recibidas por los adalides de lo bien visto. “España es lo que digan los españoles, de derecha, de izquierda o de cualquier ideología”, aseveró sin más el líder popular.

Ya le digo al lector que si España cae en manos de los “españoles” estamos perdidos. Esto no parece nada nuevo, ya José Antonio Primo de Rivera (q.e.p.d.) nos advertía en los años 30 de los “españoles” con ejemplos tan famosos sacados de sus Obras Completas como: “Si España quiere suicidarse, nosotros se lo impediremos” o “Nosotros amamos a España porque no nos gusta”. El mayor enemigo de España, desde la guerra de Cuba, son los propios españoles. La cosa pareció no cambiar en los años de la II República y bajo el régimen de Francisco Franco (q.e.p.d.) se estabilizó ya que en el timón de la Nación estaba un militar forjado en las guerras de África. ¿Pero qué pasa después de 1975? España creyó recuperar la “libertad” cuando en realidad lo que ocurrió fue que el libertinaje se estableció en todas las instituciones sociales, políticas y educativas y la mal llamada reforma se trató en el fondo de una ruptura con todo lo anterior. Los enemigos de España, derrotados en la Cruzada de Liberación por la España que se negó a morir, volvieron ¡otra vez! y han provocado lo que tenemos hoy: un proceso progresivo, y en un principio silencioso (aunque ahora lo afirman públicamente y con total impunidad), de destrucción de España. Y fruto de esas épocas oscuras son los españoles a los que hoy en día el Sr. Rajoy va a preguntar sobre qué es España. Que Dios nos pille confesados...

También dejo claro aquí públicamente mi profundo desprecio hacía el pueblo “español”. Está claro que cada país (o pueblo) tiene el gobierno y el sistema que se merece.

 

 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com