La fosa de Alcalá con restos de la Guerra Civil se cavó junto a un paredón.

ABC, 13/03/2008. Cruz Morcillo. Madrid.

Los restos óseos hallados en terrenos de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares el pasado 11 de febrero corresponden al menos a siete personas, según las primeras diligencias, dado que se han encontrado siete cráneos completos y un número indeterminado de huesos; proceden de la Guerra Civil y están «bastante completos». Los cuerpos fueron encontrados en estratos, apilados de abajo arriba, «sin ningún orden», en una hondonada de tres metros de profundidad y 140 de longitud, lo que apunta a una fosa común abierta y cerrada sucesivamente, según las fuentes consultadas por ABC. Por tanto, el número de cadáveres podría ser escalofriante. En un cotejo posterior se ha averiguado que a escasos metros de la fosa se levantaba un paredón en esos años, tal y como aparece en fotografías aéreas de la época que están en poder del Ministerio de Defensa.

Junto a los restos óseos han aparecido algunos botones y hebillas, pequeños restos de ropa, algunos proyectiles -aún sin analizar- y alguna bota suelta. En principio, no se ha determinado que estos objetos guarden relación con uniformes, aunque dado el tiempo transcurrido no es fácil llegar a esa conclusión. Todo apunta a que los miembros encontrados pertenecen a represaliados civiles asesinados por republicanos, dado el lugar en el que han aparecido.

El hallazgo tuvo lugar mientras se llevaban a cabo unas obras, la construcción de un muro perimetral en el noroeste de la base militar. Primero se excavó a mano -estaban a poca profundidad- y a continuación se utilizó una pala retroexcavadora.

Demoler una caseta

Los trabajos de búsqueda han continuado durante varios días y previsiblemente se tendrá que demoler una caseta que se había levantado en ese lugar para continuar con las excavaciones por si hubiera más cuerpos. El pasado 11 de febrero, los mandos de la Bripac requirieron a la autoridad judicial y hasta el lugar se trasladó el titular del Juzgado Togado Militar Territorial número 11, comandante Martín, junto a policías judiciales de la Unidad de Apoyo a la Jurisdicción Militar de la Guardia Civil comisionados por el juez y una médico forense de Alcalá de Henares. Ésta última aseguró, a simple vista y sobre el terreno, que los restos encontrados tenían más de diez años. En cuanto empezaron a extraer esqueletos, fémures, cráneos, etc., se concluyó que procedían de la Guerra Civil. Se precintó la zona, se siguió el protocolo y tras el levantamiento, los cuerpos se llevaron para su custodia a la sede de los Juzgados Togados Militares en Madrid, en cuyas dependencias también se ubica la Unidad de Apoyo del Instituto Armado.

La forense alcalaína

A pesar del silencio oficial -el Gobierno no ha hecho el menor comentario aún, pese a las especulaciones sobre Andreu Nin-, se sabe que los restos se encuentran en el Juzgado de Instrucción número 3 de Alcalá de Henares; previsiblemente serán analizados por la médico forense que siguió los trabajos desde el principio y que también es antropóloga y además serán enviadas muestras al Instituto de Toxicología para los análisis complementarios.

El juez Togado ha manifestado su intención de que alguna asociación de las llamadas de memoria histórica se implique en estos trabajos y se haga cargo del seguimiento de la fosa, aunque habrá que acotar cómo, puesto que se encuentran en terrenos militares. Ninguna asociación ha reclamado participar en el desenterramiento, lo que algunas fuentes atribuyen a la procedencia de las víctimas encontradas: asesinadas por izquierdistas.

Una de las razones de que aún no hayan comenzado los análisis de los huesos es que se está a la espera de que aparezcan más restos, a tenor de las dimensiones de la hondonada. Acaben donde acaben los cuerpos, a todos se les tomarán muestras de ADN que se incorporarán a la base A del programa «Fénix» de la Guardia Civil de identificación de restos humanos que permanecen anónimos. Esa base contiene datos dubitados o cuestionados y es la que se coteja con la B, en la que se acumulan los perfiles indubitados o de referencia, aportados de manera voluntaria por familiares de desaparecidos.

Varias familias, al menos cinco, ya han manifestado su intención de aportar su ADN para comprobar si sus antepasados desaparecidos en la Guerra Civil acabaron en la fosa de Alcalá de Henares. Entre esos voluntarios están las nietas de Andreu Nin, el líder del POUM torturado y asesinado en una purga estalinista, cuyo cadáver fue a parar a un punto indeterminado de esa zona.


 

Noticia extraída de: http://www.generalísimofranco.com