«Ni crucifijos en las aulas, ni cargos públicos en actos religiosos»
Una
entidad afín al PSOE propone una reforma legislativa para alcanzar la laicidad
Algunas
propuestas son la eliminación de símbolos religiosos y la ausencia de cargos públicos
en ceremonias.
A pesar de que el PSOE negara en su
momento que se plantee incluir en su programa electoral la ruptura de los
acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español y la reducción de la
presencia de la Iglesia católica en el Ejército o la Enseñanza, los «think
tank» socialistas siguen trabajando sobre esta posibilidad.
El martes era la Fundación Alternativas -en cuyo patronato se encuentran el propio presidente del Gobierno; la ministra de Educación, Mercedes Cabrera; el expresidente González o el comisario europeo Joaquín Almunia- la que presentaba un informe, «Laicidad, manifestaciones religiosas e instituciones públicas», en el que pedía una reforma legislativa que elimine la presencia de signos religiosos en centros públicos y limite la participación de los cargos públicos en ceremonias religiosas. En la práctica, el informe propone la aprobación de dos leyes que reducirían la expresión religiosa, en el ámbito público, a su más mínima expresión.
Y es que el informe parte de la premisa de que la Constitución establece un «principio de laicidad del Estado» en su artículo 16, cuando, en la práctica, tan sólo proclama que «ninguna confesión tendrá carácter estatal». Pero es que, para los autores del informe, «la laicidad se convierte en un ingrediente nuclear para la consecución de los fines del Estado social y democrático de Derecho». Por ello, el derecho a recibir asistencia en centros públicos debe reducirse a «aquellos supuestos excepcionales en los que el individuo está privado de su libertad de movimientos», como es el caso de las Fuerzas Armadas, hospitales o cárceles.
Igual de estrictos se muestran cuando
afirman que «la regla general debe ser la prohibición de símbolos religiosos
en las manifestaciones institucionales o en los actos organizados por los
poderes públicos, y la excepción su presencia cuando se acredite su carácter
cultural». También consideran que la participación de «los poderes públicos
o de sus representantes» en actos o manifestaciones religiosas «vulnera el
principio de laicidad». Lo cual implica que sólo puedan participar si lo hacen
«a título personal».
De igual forma, de acuerdo a este principio que propugna el informe, en las
tomas de posesión de los cargos públicos y funcionarios «no pueden estar
presentes símbolos religiosos». Y concreta, «como un crucifijo o un texto
religioso». Así, la fundación plantea que la «única posibilidad» para la
presencia de estos símbolos «es que los porte el funcionario o cargo público».
Eso sí, «de forma ?discreta?». Un mismo criterio se sigue a la hora de hablar
de la presencia de símbolos confesionales en cualquier tipo de centro público
que «debe entenderse, en principio, contraria a los principios constitucionales
en la materia». Sólo se salvarían cuando el símbolo «aparezca unido
inescindiblemente al edificio público», o «se haya transformado en un
elemento cultural o histórico».
Especial mención merece en el informe la presencia de estos signos en las aulas de la escuela pública, a los que considera «una reminiscencia histórica en vías de extinción, que refleja el confesionalismo católico característico de nuestra historia constitucional». En ese campo donde se realizan las afirmaciones de mayor carga ideológica, al sostener que la escuela pública tiene, entre otros fines, «el de la formación de la conciencia de sus alumnos desde dos premisas». La primera, «la laicidad inherente a los establecimientos tutelados por los poderes públicos». Y una segunda en la que le dan la vuelta al derecho constitucional «a elegir la educación religiosa y moral», al considerar que al elegir un colegio público para sus hijos «han optado por que éstos reciban una educación laica».
En la práctica, los padres que llevan a sus hijos a los centros públicos no optan por una enseñanza laica, sino que de forma mayoritaria eligen la Religión católica. Según la Conferencia Episcopal, el 70,10 % de los alumnos de centros públicos eligieron esta asignatura, un porcentaje que se eleva al 82,8 % en Primaria.
Noticia extraída de: http://www.generalísimofranco.com