Cuando vemos que los Talibanes destruyen monumentos religiosos, nos llevamos las manos a la cabeza, pero cuando nuestros amigos de la piqueta, es decir, la izquierda española destruye el patrimonio histórico artístico de España, lo vemos como algo normal y muchos les aplauden con las orejas. Durante el mes de junio en la ciudad de Valladolid, de modo programado, los liberales peperos ejecutarán una vez más la ley satánica impuesta por la izquierda, destruyendo el monumento a Onésimo Redondo –otro más-, para ocultar la verdad histórica y difundir de modo torticero, la mentira y el odio entre los españoles.
Se van a gastar 100.000 euros y nadie se escandaliza
Durante el mes de junio le tocará el turno al monumento de Onésimo Redondo, ubicado en la ciudad de Valladolid, el cual será destruido y las figuras de bronce serán tiradas en un almacén o en una escombrera, los gastos de la ejecución serán de 100.000 euros. Estos gastos para la izquierda no suponen ningún escándalo, como sucedió con el ascensor de la torre de la Catedral vallisoletana, dónde sí montaron en cólera, dado el número de familias necesitadas que existen en la ciudad del Pisuerga. Pero en estos momentos las familias necesitadas o en el paro… no existen para estos individuos sectarios. Ahora, el sufrimiento de las personas no les sirve de arma arrojadiza, cuándo es un clamor popular, siempre han vivido a costa del sufrimiento de los demás; el derribo del monumento a Onésimo Redondo les será beneficioso: aumentando el odio y la división en la sociedad española y buscando que los peperos les incrementen las subvenciones, es decir, sus sueldos y su nivel de vida de vagos y maleantes.
Onésimo fue asesinado por la izquierda, que ahora destruye su monumento
Conviene recordar que Onésimo Redondo, fue asesinado vilmente por la izquierda, el 24 de julio de 1936 en el pueblo de Labajos (Segovia), dónde los rojos cobardemente le acribillaron a balazos, rematándolo en el suelo, sin darle en ningún momento oportunidad de defensa. Con el derribo de éste monumento, la izquierda quiere una vez más, borrar la historia de los asesinatos llevados a cabo por sus abuelos y familiares.
Proyecto para su destrucción
La retirada del monumento a Onésimo Redondo comenzó a estudiarse en marzo de 2011, cuando la Comisión técnica de expertos de la satánica ley de la Memoria Histórica tomó la decisión sectaria de demoler el monumento, con la excepción del grupo escultórico formado por cinco figuras (el propio Onésimo Redondo, un campesino, un obrero, un estudiante y un combatiente). Este acuerdo contemplaba el traslado de las estatuas al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Pero para cualquier persona con un poco de sentido común –sólo un poquitín-, es imposible, dadas las dimensiones de las figuras y su peso, depositarlo en un edificio. Por lo que el Ministerio de Industria ha tenido que dejar de mentir a la opinión pública, manifestando avergonzado, el cambio de planes sobre el futuro conjunto escultórico; el citado Centro tiene «problemas estructurales para albergar unas estatuas tan pesadas». Dice el Ministerio de Industria que trabaja en la actualidad, para encontrar una alternativa, es decir, una escombrera o un almacén dónde enterrar las esculturas de bronce.
Según el proyecto de las obras que se van a llevar a cabo, se dice: el monumento consta de «dos estructuras verticales de hormigón, simétricas, unidas por un elemento metálico, ligero y esbelto, muy deteriorado, representando el yugo y las flechas», además del grupo escultórico de bronce, situado en el centro, y dispuesto sobre un zócalo de fábrica. Todo descansa sobre un pedestal que también será destruido. Solo se salvarán las estatuas, ni siguiera el yugo y las fechas, que forman el grueso de los casi 1.100 kilos de acero que se van a demoler junto a los casi 500 de hormigón.
Lo primero que se hará, según el proyecto, será, con «cuidado» (es decir, con una radial se cortarán las imágenes y a golpes, para separarlas de las demás) «las esculturas deberán ser separadas en figuras individuales, siendo todas ellas numeradas para su ulterior montaje», seguramente para dar pistas al chatarrero que las encuentre, en los próximos años. Se almacenarán tumbadas sobre palets, con cuñas, calzos y los acolchados necesarios. Después se retirarán el yugo y las flechas y se derribarán «las pilastras simétricas de hormigón armado», para acabar con la base del monumento con un martillo hidráulico.Breve historia del monumento
Las obras del monumento fueron costeadas por suscripción popular entre todos los castellanos, su construcción comenzó el verano de 1957, para finalizar el año 1960. Jesús Vaquero fue el arquitecto y el escultor canario Manuel Ramos fue el encargado de fundir en molde las cinco figuras de bronce. El grupo escultórico tiene una altura total de 31 metros -3,5 metros cada figura y 12 metros el símbolo del yugo y las flechas-. Pesando aproximadamente unas 5 toneladas.
El monumento fue inaugurado con la presencia de miles de españoles, venidos de todos los pueblos de Castilla, el día 24 de julio de 1961 por el Jefe del Estado español Francisco Franco, con ocasión del 25 aniversario del asesinato de Onésimo Redondo, bautizado por los castellanos como el ‘Caudillo de Castilla’.