Por su interés reproducimos íntegro el artículo
de Bernardo Salazar , cuando la recalificación de la Ciudad
Deportiva del Real Madrid hizo rasgarse las vestiduras a más de
uno que, ante los hechos expuestos por Salazar, debería haber
permanecido callado. Porque como bien demuestra el periodista
fue una recalificación autorizada personalmente por el dictador
Franco la que en 1965 salvó al F.C. Barcelona de la bancarrota
cuando tenía una deuda de 230 millones de pesetas y se
encontraba en quiebra por la construcción del Camp Nou.
La posible recalificación de la Ciudad Deportiva
del Real Madrid ha reactivado la histórica acusación,
proveniente del Fútbol Club Barcelona y su entorno mediático,
del favoritismo del Gobierno hacia el club blanco. Joan
Castells, vicepresidente primero del Barça, decía hace poco: "Si
se concreta la recalificación, el Estado se convertirá en el
mejor socio del Madrid". A Castells y a todos los que piensan
como él, y a los que no también, Bernardo Salazar les refresca
la memoria con este reportaje en el que demuestra como el propio
Franco, en 1965, solventó la preocupante deuda del Barça con la
recalificación de Les Corts.
El viejo campo de Les Corts
Su demolición y posterior recalificación de los
terrenos que ocupaba permitió al Fútbol club Barcelona salvarse
de la quiebra económica.
Primera recalificación.
El engrandecimiento del Barcelona como club en
los años cincuenta puso a sus dirigentes ante la necesidad de
ampliar Les Corts o construir un estadio nuevo. Aquel equipo de
los Ramallets, Basora, Kubala, César, Moreno, Manchón, etc.
necesitaba un recinto capaz de acoger toda la expectación que
levantaba uno de los mejores equipos de Europa del momento.
La ampliación o construcción del nuevo estadio
abrió un fuerte debate entre el presidente Agustín Montal,
partidario de la primera opción, y el que luego sería su
sustituto, Enrique Martí, que accedió a la presidencia el 16 de
junio de 1952, defensor a ultranza de un nuevo recinto.
Construcción del Camp Nou.
El Camp Nou comenzó a construirse en 1954. Hasta
su inauguración el 24 de septiembre de 1957 era visitado por los
socios para ver cómo crecía.
El 27 de septiembre de 1950 se había firmado la
opción de compra de unos dos millones de palmos cuadrados en
unos terrenos situados entre la Riera Blanca y la calle de la
Maternidad por un precio de 10.092.445 pesetas. A partir de ese
momento, dan comienzo las reuniones entre los directivos
barcelonistas y las autoridades técnicas municipales. Éstas
sugirieron la conveniencia de permutar los terrenos recién
comprados por otros situados en la zona terminal de la Diagonal,
que en los planes urbanísticos de la ciudad se reservaban para
parques, jardines y zona deportiva, ya que los terrenos
recientemente adquiridos estaban contemplados en las ordenanzas
como zona urbanizable. El 11 de marzo de 1951 tomó posesión el
nuevo alcalde de la ciudad Condal, Antonio María Simarro. Con
este alcalde y Francisco Miró-Sans como nuevo presidente del
Barça, se acordó la primera recalificación.
Las conversaciones del nuevo presidente y sus
directivos con el alcalde y ediles se intensificaron hasta
lograr la promesa verbal de las citadas autoridades de que el
club podría edfiricar el nuevo estadio en el emplazamiento
previsto en el proyecto. Para ello era necesaria la modificación
de la urbanización de los terrenos adquiridos tres años antes
entre la riera blanca y la Maternidad, mediante la supresión de
las futuras calles transversales que atravesaban hipotéticamente
los terrenos. el 28 de marzo de 1954, en un acto multitudinario,
se puso la primera piedra del nuevo estadio.
Antonio Mª Simarro
(Alcalde de Barcelona)
Antonio María Simarro fue nombrado
alcalde de Barcelona el 10 de marzo de 1951 y fue
quien autorizó la reconversión de los terrenos para
poder construir el Camp Nou. En el proyecto
municipal del (falta)
Franciso Miró-Sans
(Presidente del Barcelona)
Convencido de la necesidad de la
edificación de un nuevo campo, adjudicó el proyecto
a su primo y al arquitecto del Ayuntamiento, señor
Soteras, con objeto de que este último facilitase
las soluciones de los problemas urbanísticos que la
construcción conllevaba.
José Mª de Porcioles
(Alcalde de Barcelona)
Alcalde de Barcelona desde 1957,
apoyó la recalificación a edificables de los
terrenos de Les Corts. Tuvo que vencer la oposición
de algunas asociaciones y sus esfuerzos le valieron
ser nombrado 'soci d'honor'
Torcuato Fdez. Miranda
(Político)
Su amistad con el directivo culé Juan
Gich, más tarde gerente del club, le hizo defensor
ante el Gobierno de la necesidad de recalificar los
terrenos de Les Corts en el consejo de Ministros que
tuvo lugar en el Pazo de Meirás el 13 de agosto de
1965
Felipe Acedo Colunga
(Gobernador Civil)
Nombrado Gobernador Civil de
Barcelona el 17 de marzo de 1951, Acedo ordenó años
más tarde el desalojo por la fuerza de los terrenos
que ocupaban los arrendatarios legales y las
chabolas de inmigrantes para que se pudieran
comenzar las obras del Campo.
Enric Llaudet
(Presidente del Barcelona)
En 1961 accedió a la presidencia del
Club azulgrana y, ante la enorme deuda heredada
intentó y consiguió la venta de Les Corts. Para ello
utilizó toda clase de influencias, dado que el viejo
campo era Zona verde privada.
Segunda recalificación.
En la asamblea general de socios, el 11 de junio
de 1955, pudo expresar Miró-Sans su satisfacción: "Conviene
decir que no todos los terrenos adquiridos están totalmente
libres y a nuestra disposición, puesto que se está desalojando a
los arrendatarios y meros ocupantes allí establecidos. A tal
efecto hay que hacer constar nuestro más profundo agradecimiento
al excelentísimo Gobernador Civil, don Felipe Acedo Colunga,
que, siempre a tentoa todo cuanto redunda en la grandeza de
Barcelona, se ha percatado perfectamente desde el primer momento
de la monumentalidad de nuestros proyectos y les ha prestado
siempre el más cariñoso y entusiasta apoyo".
Pero si hasta las dificultades técnicas y
urbanísticas fueron resueltas, restaban las dificultades
financieras. Más de 75 millones a corto plazo. 164 millones a
largo en obligaciones hipotecarias y 55 millones adeudados a los
socios, figuraban en la deuda del club, que ascendía a un total
de 230.320.291,9 pesetas.
La solución era vender Les Corts que estaba
considerado como zona verde privada. Desechada la propuesta del
Español. Desechada la propuesta del Español, tanto en compra
como en alquiler, Enrique llaudet se entrevistó con José María
de Porcioles, alcalde de la ciudad, solicitando recalificar la
situación de Les Corts, el permiso de edificabilidad sobre el
mismo y la revalorización para su venta. En los meses siguientes
hubo presiones de todo tipo hasta que el 4 de agosto de 1962 el
pleno municipal aprobó el necesario cambio de calificación de
los terrenos. La operación se justificó con la cesión por el
club al ayuntamiento de 1.000 metros cuadrados en la Travesera
de Les Corts para permitir su ensanche y otros 4.443 metros
cuadrados para construir instalaciones municipales deportivas
cubiertas. Asimismo se limitó a 8.000 metros cuadrados la
edificabilidad de los 24.000 metros limitados entre las calles
Vallespir, Travesera, Numancia y Marqués de Sentmenat. El resto
pasó íntegramente a suelo edificable.
José María de Porcioles fue premiado por el
Barcelona con el nombramiento de Soci d'honor en la asamblea
barcelonista del 27 de septiembre de 1963. Una zona verde
privada se transformaba en zona edificable para la salvación de
la economía del Barcelona.
El 7 de mayo de 1963, en asamblea extraordinaria
convocada para tratar como único asunto la recalificación del
viejo estadio de Les Corts, los socios culés aprobaron el
derribo del estadio, la convocatoria de subasta de los terrenos
a partir de 100 millones y la parcelación de Les corts en caso
de inexistencia de ofertas. El 17 de mayo el presidente Enric
llaudet solicitó al Gobierno civil el permiso para el derribo
del viejo campo, que le fue concedido poco después. Esta segunda
recalificación, primera sobre los terrenos del viejo Les Corts,
solventaba los graves problemas económicos que afrontaba la
entidad barcelonista.
El 16 de septiembre de 1953 Miró-Sans y sus
técnicos visitaron el entonces estadio de Chamartín para tomarlo
como ejemplo de la construcción del Nou Camp.
Enric Llaudet sonríe, con el talón en la
mano, que sirvió para saldar la deuda económica del Fútbol
Club Barcelona.
Tercera recalificación
Pese a la respuesta favorable del Gobierno Civil,
todavía surgieron determinados recursos interpuestos por
entidades de diversa índole, hecho que motivó que el tema pasara
a más altas instancias, a pesar de que el 25 de febrero de 1965
la Dirección General de Urbanismo diese por válido el cambio de
calificación de los terrenos.
El entonces directivo del Barça, Juan Gich, más
tarde Delegado Nacional de Deportes, recurrió a su entrañable
amistad con Torcuarto Fernández Mirada para que el 13 de agosto
de 1965 se consiguiera el visto bueo de todo este asunto en el
Consejo de Ministros, que bajo la presidencia de Franco tuvo
lugar en el Pazo de Meirás.
En el Boletín Oficial del Estado número 228,
fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto
2735/1965, de 14 de agosto, por el que
"se aprueba el
cambio de uso de una zona verde del Plan Parcial de Ordenación
Urbana de la Zona Norte de la avenida del Generalísimo Franco,
entre las plazas de Calvo Sotelo y del Papa Pío XII, de
Barcelona".
Al pie del mismo figuran las firmas de Martínez y
Sánchez Ajona (Ministro de la Vivienda) y Francisco Franco.
El Boletín Oficial del Estado, en su número 228,
fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto
2735/1965 por el cual
"el
Ayuntamiento de Barcelona, en sesión celebrada el día cuatro de
agosto de mil novecientos sesenta y dos, adoptó por unanimidad
el acuerdo de aprobar inicialmente, con ciertas condiciones
reflejadas en dicho acuerdo, el Proyecto de "cambio de uso y
ordenación de volumenes de la supermanzana limitada por las
calles de Vallespir, Travesera de Las Corts, Numancia y Marqués
de Sentmenat" presentado por el Club de Fútbol Barcelona. Esta
zona estaba calificada en el Plan Comarcal como zona verde de
carácter privado, y en el Plan Parcial de la zona Norte de la
Avenida del Generalísimo Franco, entre las plazas de Calvo
Sotelo y del Papa Pío XII, aprobado por Orden del Ministerio de
la Vivienda de uno de junio de mil novecientos sesenta y tres
como zona verde privada, compatible con el uso deportivo.
El decreto, como es preceptivo, venía firmado por
el jefe del Estado, el Caudillo Francisco Franco, lo que hacía
desaparecer todas las dudas existentes sobre el acuerdo
definitivo de recalificación de los terrenos del viejo Les Corts.
Poco después, sin la misma publicidad que obtuvo
José María Porcioles, Torcuato Fernández Miranda y Hevia
ingresaba en la relación de los socis d'honor blaugranas.
Treinta y tres días más tarde se acordaba la venta del
entrañable Les Corts con don José Sabata Anfruns por un total de
205 millones de pesetas. Lo que sucedió después es otra
historia.
No han pasado tantos años para que todo esto se
haya olvidado.
Los organismos públicos, en todo tiempo y lugar,
han procurado favorecer a las entidades representativas de su
ámbito territorial
Franco recibió dos medallas del Barça
El día 13 de
octubre de 1971 cuando acudieron en audiencia
los directivos del Barça para agradecer la
subvención a fondo perdido que la Delegación
Nacional de Deportes había concedido al club
barcelonista. Nada menos que 43 millones de
pesetas, para construir el Palau Blaugrana (21
millones) y el Palau de Gel (22 millones).
Ese 13 de octubre
se entregó a Franco, a Fernández Miranda y a
Gich la Medalla de Oro conmemorativa de las
inauguraciones de los Palaus que tendrían lugar
los días 23 y 31 siguientes. Franco recibió
asimismo un álbum de fotografías de las obras
realizadas, cuya presidencia de honor le había
sido concedida meses antes. Quien lo dude, que
repase el reportaje de la revista Barça.
Entrega segunda
medalla
Los periódicos del
28 de febrero de 1974 publicaron la fotografía
de Franco con la directiva del Barça. Además, se
veía en la misma a Utrera Molina (ministro
secretario del Movimiento), Juan Gich (delegado
nacional de Educación Física y Deportes), José
Luis Pérez-Payá (presidente de la Federación
Española de Fútbol), Pablo Porta (presidente de
la Federación Catalana) y hasta diecisiete
personas más. Montal pronunciaría su discurso y
antes o después (no conozco el protocolo)
entregaría a Franco la Medalla de Oro del 75
Aniversario del club azulgrana.
Así lo refleja
La Vanguardia Española
Pero ese día 27
también acudió la directiva del Barça al
despacho ministerial de la Secretaría General
del Movimiento en la madrileña calle de Alcalá.
"Esta mañana,
el ministro secretario general del
Movimiento recibió a la junta directiva del
Fútbol Club Barcelona, presidida por don
Agustín Montal y acompañada por el delegado
nacional de Educación Física y Deportes, don
Juan Gich. A la entrevista asistieron el
presidente de la Federación Española de
Fútbol, señor Pérez Payá, y el de la
Federación Catalana, don Pablo Porta.
Motivo de la
visita era el 75 aniversario del Club
azulgrana y el ofrecimiento de la medalla
conmemorativa de la inauguración del Palau
Blaugrana y de su pista de hielo.
En el curso de
la audiencia, el presidente del Barcelona
agradeció todas las ayudas que ha recibido
de la Delegación Nacional de Educación
Física y Deportes ...
El ministro
secretario general del Movimiento respondió
al presidente del Barcelona diciendo que era
para él un honor poder recibir y conversar
ampliamente con los directivos del Barcelona
por todo lo que el club representa en la
vida deportiva nacional, y puso de relieve
los valores deportivos y culturales de
Cataluña. El pueblo catalán, dijo, tiene un
sentido aristocrático de la calidad, que le
hace capaz de unas sensibilidades y
ofrecimientos abnegados. Destacó como
modélica la labor de la junta directiva
barcelonista, que ha dado palpables muestras
de empuje y dignidad y a la que acompaña un
amplio espíritu deportivo en una actividad,
como es la del fútbol, y el Barcelona, que
constituye y debe seguir siendo protagonista
de integración social...".