Franco por el progreso de Galicia.
La Voz de Galicia. 23/04/2006.
La
línea de ferrocarril que enlaza las capitales gallegas de A Coruña y Santiago
se inauguró hace 63 años con la presencia de Francisco Franco
Contra
lo que muchos puedan suponer, la línea de ferrocarril A Coruña-Santiago es
relativamente reciente. Fue un 14 de abril de 1943, cuando el jefe del Estado,
Francisco Franco, la inauguró en un acto multitudinario.
El
primer carril de la línea había sido colocado por el Caudillo el 23 de junio
de 1939. Era, en realidad, el comienzo de la línea Zamora-Ourense-Santiago-A
Coruña, proyectada en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera y cuyo
monolito fue descubierto por el rey Alfonso XIII y su esposa el 24 de septiembre
de 1927, siendo alcalde coruñés Manuel Casás.
Franco
llegó a la estación de Santiago en automóvil, procedente del pazo de Meirás,
a donde había arribado el día 13. A las seis menos cuarto de la tarde, el
convoy emprendió la marcha hacía A Coruña. Señalaba la prensa que iba
encabezado por una «potente» locomotora y siete «lujosos» vagones, y que el
trayecto se podrá realizar en una hora y media, aunque el día de la inauguración
tardase más, debido a la marcha lenta del tren para que el Caudillo saludase a
sus paisanos. En el vagón del Generalísimo y su esposa también iban el
ministro de Obras Públicas, Peña Boeuf; los jefes de sus Casas Civil y Militar
(Muñoz Grandes); el gobernador civil de la provincia, Emilio de Aspe; alcaldes,
presidente de la Diputación coruñesa y otras autoridades.
Recibimiento
A las ocho menos cuarto de la tarde, potentes bombas de palenque anunciaron la
llegada del convoy a la estación de A Coruña. Las sirenas de los buques surtos
en puerto tocaban sin cesar. La Voz calculó en 70.000 los coruñeses que
acudieron a recibir a Franco, «miles de ellos subidos en los tejados».
Hay
que hacer constar que había cerrado el comercio y los obreros y los escolares
tuvieron el día libre. Entre las pancartas exhibidas, una decía: «Franco
cumple lo que promete y nunca promete lo que no puede cumplir».
Se
explicaba, también, la «magna» obra de ingeniería de esta nueva vía férrea
de 73 kilómetros: 12 estaciones construidas con fachada de piedra, 19 túneles,
no existencia de pendientes superiores a 15 milésimas, radios mínimos de
curvas de cuatrocientos metros, puente de tres arcos parabólicos de hormigón
para cruzar el río Tambre y un viaducto de cierta envergadura para salvar el
barranco del Recondo, empleo en la superestructura de un tipo de carril pesado
de 45 kilos por metro lineal.
También,
se añadía que cuando se terminase la vía ferroviaria Zamora-A Coruña, se
acortará en 150 kilómetros la distancia con Madrid, y en cinco horas el viaje
hasta la capital española.
Al
día siguiente, Francisco Franco inauguró otra importante obra pública: el
puente del Pedrido, en la desembocadura del Mandeo, que acortaba en varios kilómetros
el trayecto entre la ciudad coruñesa y Ferrol.
Noticia extraída de: http://www.generalisimofranco.com