Su afición a la pesca marinera y a la fluvial.

 Exhibiendo a bordo del yate "Azor" un ejemplar de atún, pescado en aguas del Cantábrico. Y dedicado a la pesca del salmón en el río Cares (Asturias). Así pasaba muchas horas en espera de la pieza codiciada. 

 A mediodía, en cualquier pradera, se improvisaba un almuerzo que compartía con otros pescadores.


El deporte de la pesca, bien sea fluvial -trucha, salmón-, bien sea de altura y marinera -atunes, bonitos y hasta algún que otro cachalote-, figuraron en las distensiones festivas de Francisco Franco. 

Siempre aprovechó las fiestas y los fines de semana para cazar, para pescar, para vivir en contacto con la Naturaleza. Su salud y su fortaleza física apenas si se vieron alteradas -hasta octubre de 1975- a lo largo de toda su vida, por la gravísima herida que recibió en el vientre durante la guerra de Marruecos y por el accidente de caza sufrido el día de Navidad de 1961. 

Esta actividad deportiva le permitió durante muchos años mantenerse en perfecta forma física. En sus jornadas de pesca en los ríos salmoneros de Asturías, por ejemplo, ha pasado horas bajo la lluvia.


 

 Para los asturianos que vivían cerca de los ríos salmoneros, durante los meses de julio y agosto, ya era habitual la presencia del Generalísimo, calzando las típicas botas de agua y con la caña en la mano.

 Algunas personas le manifestaban emocionadamente su cariño y admiración.


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