El Régimen continúa la reconstrucción material y política del país en vísperas de la guerra mundial.
 El 10 de agosto de 1939, Franco formó nuevo Gobierno. Desapareció la Vicepresidencia y lo formaron catorce ministros: Asuntos Exteriores, coronel Beigbeder; Gobernación, Serrano Súñer; Ejército, general Varela; Aire, general Yagüe; Marina, almirante Moreno; Justicia, Esteban Bilbao; Hacienda, José Larraz; Industria y Comercio, teniente coronel Alarcón de la Lastra; Agricultura-Trabajo, Joaquín Benjumea; Educación Nacional, José Ibáñez Martín; Obras Públicas, Peña Boeuf; el general Muñoz Grandes, Secretaría General del Movimiento; ministros sin cartera, Rafael Sánchez Mazas y Pedro Gamero del Castillo. Sólo figuran dos falangistas, Yagüe y Sánchez Mazas; aumentaron los neo-falangistas procedentes de la CEDA, y el grupo más sólido estaba formado por militares.

 El segundo Gobierno de Franco, nombrado en 1939, se denominó "Gobierno de la reconstrucción".

 El Régimen se enfrentaba con una serie de problemas: desmovilización, deudas de guerra, vivienda, ferrocarriles,... Si bajo era el nivel de vida del pueblo español en 1936, puede decirse que en 1939 había quedado arruinado.

 Franco, al que vemos acudiendo a los funerales oficiales por José Antonio Primo de Rivera, acometió la tarea con resolución.

 Había que rehacer todo un país.


 Franco impone condecoraciones a voluntarios italianos. La aportación italiana a la guerra civil fue el contrapeso a los extranjeros de las Brigadas Internacionales.

 Su número máximo, de 40.000 en total, fue inferior al de éstos. Suponían un 5 por 100 de las fuerzas nacionales, frente al 12 por 100 de los  brigadistas en el Ejército Popular.

 Apoyadas siempre por fuerzas españolas, las tropas italianas actuaron generalmente con valor, y dejaron en España 4.157 muertos.


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