Julián Gómez García, llamado Julián Gorkin, nació en Benifairó
de les Valls (Camp de Morvedre, Valencia) en 1901. Hijo de Pascual y de
Consuelo, en una familia aragonesa de clase trabajadora recientemente instalada
en el pueblo, se crió en un entorno familiar exaltadamente republicano.
Su formación cultural combinó, como era habitual en los entornos
republicanos de la época, la enseñanza escolar con la lectura de prensa política
y, en el caso de Gorkin, la lectura compulsiva de los clásicos franceses del
siglo XIX y, sobre todo a partir de su llegada, a los 15 años, a la ciudad de
Valencia, obras teóricas de inspiración republicana y socialista.
Tomó el apellido de su admirado escritor Máximo Gorki, y
cambiando su última sílaba por la de otro seudónimo revolucionario, Lenin.
En 1921 fundó la Federación Comunista de Levante. Un año más
tarde se exilió en Francia para eludir la llamada a filas y se convirtió un
"revolucionario profesional", agente de la Komintern con sueldo y destinado en
París. Simpatizante de la izquierda comunista, identificada con Trotsky, fue
expulsado de la III Internacional en 1929. A su regreso a España militó en la
Federación Comunista Ibérica y a partir de 1933 en el Bloque Obrero y Campesino
(BOC), bajo el liderazgo de Joaquín Maurín. Tras la revolución de octubre de
1934 se exilió de nuevo en Francia y volvió a Valencia en 1935, año en el que el
BOC se fusionó con Izquierda Comunista de España para dar lugar al Partido
Obrero de Unificación Marxista (POUM).
Durante la Guerra Civil se trasladó a Barcelona para dirigir el
diario La Batalla, órgano de expresión poumista. Tras los sucesos de mayo
de 1937 fue juzgado y condenado por su condición de dirigente del POUM, aunque
pudo evadirse de la cárcel poco antes de la llegada de las tropas franquistas a
Barcelona en 1939.
En París continuó con sus actividades políticas hasta 1940, año
en que se trasladó a México y se convirtió en un activo colaborador de Victor
Serge, con el que intentó una reformulación del socialismo revolucionario y con
el que publicó, acompañado además por Marceau Pivert y Paul Chevalier, el ensayo
Los problemas del socialismo en nuestro tiempo, editado en 1944.
Esta colaboración se frustró con la muerte de Serge en 1947.
Trasladado de nuevo a París en 1948, participó en la fundación
del Movimiento Socialista por los Estados Unidos de Europa. Implicado
profundamente en la denuncia del estalinismo, participó en la edición de tres
libros de denuncia de ex militantes comunistas españoles: “La vida y la muerte
en la URSS”, de Valentín González; “Yo fui un ministro de Stalin”, de Jesús
Hernández y “Hombres made in Moscú”, de Enrique Castro Delgado.
A partir de 1953 participó en el Congreso por la Libertad de la
Cultura (CLC), organización de intelectuales con un perfil político
anticomunista, y dirigió su publicación para América Latina, la revista
Cuadernos, hasta febrero de 1963. A partir de 1965 se puso al frente de la
revista Mañana. Tribuna democrática de España.
En la década de 1970 militó en el PSOE.
Falleció en París el 20 de agosto de 1987 a los 86 años de edad.
A Julián Gorkin cabe atribuírsele el descubrimiento de la
verdadera identidad del asesino de Trotsky, Ramón Mercader (hasta entonces
identificado como Frank Jacson-Mornard) con la publicación en 1948 de su obra
El asesinato de Trotsky. También publicó el libro de memorias El
revolucionario profesional. Testimonio de un hombre de acción.
ARRIBA
El día 16 de
junio de 1937, apenas un mes después de los Hechos de Mayo
en Barcelona, se desencadenó la represión contra el POUM con
la detención de Andreu Nin y de otros miembros de su Comité
Ejecutivo, además de varios cientos de militantes. Andreu
Nin fue asesinado. Los demás miembros de la dirección del
POUM, entre ellos Julián Gorkin, fueron encarcelados y
acusados de espionaje al servicio de Franco y de trosko-fascistas
por una campaña infame orquestada por los medios políticos y
policiales del PCE y del PSUC bajo la dirección de agentes
del Komintern como Palmiro Togliatti, Luigi Longo, Ernö
Gerö y Vittorio Vidali.
El 11 de octubre de 1938 se abrió en Barcelona el juicio oral
contra los dirigentes del POUM. El día 12 tuvo lugar la declaración de Julián
Gorkin.
El día 29 de octubre de 1938 se dictó la sentencia contra los
procesados. En el primer resultando de la misma se señala respecto a los
acusados que “se desprende de lo actuado que todos ellos tienen una marcada
significación antifascista”. Además se dice lo siguiente: “El Partido Obrero de
Unificación Marxista, agrupación política legalmente constituida, que aspira a
la instauración de un régimen de economía socialista y de dictadura proletaria
en sus comienzos, mediante el desarrollo de las teorías revolucionarias que le
son propias y que le mantienen alejado de las diversas uniones internacionales,
fue uno de los que, desde los primeros instantes de la sublevación, luchó contra
los rebeldes al lado de los demás elementos antifascistas”. Asimismo se indica
que: “De lo actuado no se desprende como probado que los acusados facilitaran a
los elementos facciosos noticias de ninguna clase referentes a la situación de
los frentes de batalla u organización de la retaguardia, que hayan mantenido
relaciones directas o indirectas con ellos ni con organismos policíacos ni
militares de los países invasores, que estuvieran en contacto y ayudaran a
grupos u organizaciones falangistas del país, o de otra clase, que prestan apoyo
a los combatientes rebeldes, ni que hayan recibido para la propaganda política
de su partido ayuda económica de los enemigos del Estado”.
El tercer considerando de la sentencia niega la existencia de
actos de espionaje indicando que de los hechos probados “ni se trata de
actividades realizadas con carácter secreto o reservado, ni existe auxilio de
ninguna clase a organizaciones o grupos sociales sometidos a la influencia de
Estados extranjeros que favorecen la guerra contra el gobierno legítimo, ni con
el propósito de secundar designios de nacionales o extranjeros en armas contra
la República se realizaron los actos objeto de sanción”.
La sentencia estableció, por su participación en los Hechos de
Mayo condenas de quince años de cárcel para Julián Gómez García (Julián Gorkin),
Juan Andrade Rodríguez, Enrique Adroher Pascual y Pedro Bonet Cuito. Fueron
absueltos José Escuder Poves y Daniel Rebull Cabré. También se acordó en la
sentencia la disolución del POUM y de las Juventudes Comunistas Ibéricas.
A pesar de la condena, la maniobra estalinista había sido
completamente derrotada y “el proceso de Moscú en Barcelona” fue un rotundo
fracaso político y moral para ellos. |
|
ARRIBA
PREGUNTA DEL
FISCAL.-¿Usted era director de La Batalla?
RESPUESTA DE GORKIN.-Director
político de La Batalla.
P-¿Algún tiempo
perteneció Vd. al Comité ejecutivo?
R-Exactamente.
P-¿Qué
Secretaría en el Comité ejecutivo?
R-La Secretaría
Internacional del Partido.
P-¿Cuándo las
elecciones de 16 de febrero del 36, también perteneció Vd. al
Comité?
R-También pertenecí
al Comité. Desde la fundación del Partido.
P-¿Cuándo las
elecciones del 16 de febrero, fue el POUM en conjunción con el
Frente Popular?
R-Con él fuimos a
las elecciones. Firmamos el manifiesto del Frente Popular.
P-¿Defendió Vd.
el Frente Popular en mítines?
R-Transitoriamente,
como necesidad transitoria para sacar a los treinta mil presos y
para batir a la reacción.
P-¿Recuerda Vd. que
estuvo adherido al Frente Popular el Partido, y hasta que se
produjo la sublevación militar, el 19 de julio, no se combatió
para nada al Frente Popular?
R-Exacto. Hicimos
la crítica desde el primer momento, incluso la campaña
electoral, que nos merecía el Frente popular como entidad
política, incluso perteneciendo a él recabamos ese derecho que
no se nos negó. No criticamos las normas generales, sino algunas
de las actuaciones del Frente popular con las cuales no
estábamos de acuerdo.
P-Criticaban Vds. a
las organizaciones del Frente popular o criticaban hechos
escuetos, determinaciones del Gobierno del Frente Popular?
R-Desde el momento
en que nosotros no pertenecíamos a ninguno de los Partidos...
P-Perdone, conteste
la pregunta.
R-Criticábamos como
critican todos los Partidos a aquellos otros con los cuales no
están enteramente identificados. Era un derecho de crítica
elementalísimo en todo Partido.
P-¿Recuerda Vd.
que, al surgir la sublevación militar, el Gobierno que había en
Madrid era un Gobierno Republicano, netamente republicano?
R-Que vivía gracias
a los votos de los Partidos obreros.
P-Estos no son
comentarios. Responda sí o no: ¿era netamente republicano?
R-Exactamente.
P-Ese Gobierno duró
hasta el 4 de septiembre. ¿La Batalla atacó alguna vez a ese
Gobierno Republicano?
R-La Batalla hizo
la crítica de ese Gobierno diciendo que quien había luchado en
las calles contra el fascismo y lo había vencido, había sido la
clase trabajadora, y que, por lo tanto, se necesitaba un
Gobierno representando a esta clase trabajadora.
P-¿Dijeron Vds. una
sola vez que era un Gobierno contrarrevolucionario?
R-Por mi parte, no
recuerdo haberlo dicho jamás como director de La Batalla.
P-Además, es así
cierto. La Batalla jamás dijo que era un Gobierno
contrarrevolucionario.
R-No lo podíamos
decir cuando el Gobierno contrarrevolucionario se formaba en
Burgos y Salamanca.
P-¿Recuerda Vd. que
el 4 de septiembre quedó constituido un Gobierno formado por
Largo Caballero, en el cual intervenían socialistas,
republicanos y comunistas?
R-Exactamente;
recuerdo que así fue. No recuerdo exactamente la fecha.
P-Recuerda Vd. que
precisamente el día anterior –ya sabe Vd. que cinco o seis días
antes todos, sabíamos que se iba a producir la crisis; la única
diferencia era los nombres de los titulares de las carteras; La
Batalla, incluso anunciaba esto–, recuerda Vd. que el día 3 de
Septiembre, precisamente al constituirse el primer Gobierno de
Largo Caballero La Batalla dice en nombre del Comité Ejecutivo,
¿que ya no va a ser frente comunista, sino contra el Frente
Popular?
R -No recuerdo.
P-La Batalla de 3
de Septiembre como justificación a la nueva conducta política
del POUM y explicación de su anterior apoyo al Frente Popular,
dice: “ahora se podrá leer La Batalla”. Antes de la sublevación
militar-fascista el POUM preconizaba la formación de un Gobierno
de Frente Popular como el que va a formarse ahora, no porque
creyéramos que semejante Gobierno sería capaz de dar solución a
los problemas de la sublevación militar en España; sino para
precipitar la experiencia del Frente Popular y crear las
condiciones para la formación de un Gobierno obrero. Eso era
antes de los acontecimientos". Es decir que antes del mes de
Septiembre, Vds. no atacaron al Frente Popular en el sentido de
campaña fuerte.
R-No lo atacamos.
P-Ni preconizaron
un Gobierno obrero revolucionario. y precisamente cuando quedó
constituido el Gobierno Largo Caballero es cuando repentinamente
el Comité Ejecutivo del POUM y La Batalla, emprenden una nueva
trayectoria política. No quiero hablar de política sino de
hechos, de palabras y de conceptos. Escritos. ¿Quiere Vd.
explicarme el por qué de esto?
R-Muy fácilmente.
Nosotros fuimos al Frente Popular después de haber hecho una
tentativa de formación de un frente obrero revolucionario que
fuera a las elecciones de Febrero del 36, Frente obrero que
preconizamos mediante la constitución de él por el Partido
Socialista, el Partido Comunista, nuestro Partido, con el apoyo
directo de las Organizaciones Sindicales UGT y CNT. Ya decíamos
entonces que ningún otro Gobierno podría darnos satisfacción por
cuanto éste únicamente podría aplastar el peligro de fascismo
que veíamos inminente en España. Al no poderse constituir este
Frente obrero revolucionario que fuera a las elecciones, o que
fuera como tal con los partidos republicanos, imponiendo una
mayoría netamente obrera en las candidaturas y, por lo tanto,
en la Cámara; nosotros, para no perjudicar en lo más mínimo el
apartamiento del poder de los elementos facciosos y derechistas
y para poder sacar de la cárcel a los treinta mil obreros,
necesarios para el curso ulterior de la revolución, entonces
firmamos el manifiesto del Frente Popular, pero recabando, como
todos los Partidos, nuestro derecho de crítica, que ejercíamos
asimismo como todos los Partidos.
Nosotros, desde el
primer momento de la sublevación, desde los dos o tres días
ulteriores a la sublevación, como consta en los editoriales de
nuestro periódico, dijimos que quien había aplastado a los
facciosos en Barcelona, en Madrid, en Valencia, eran los
trabajadores y que debía constituirse un Gobierno netamente de
Trabajadores, netamente obrero, representando exclusivamente a
las organizaciones obreras políticas o sindicales. Hacíamos una
crítica severa de un Gobierno republicano, netamente
republicano, es decir, para nosotros pequeño burgués, que no
respondía ni el estado de ánimo de las masas trabajadoras que
habían luchado en las ciudades y partían para el Frente, y que
no podía asegurar ni garantizar la moral revolucionaria
necesaria para aplastar al fascismo en toda España, ni tampoco
asegurar la transformación económica política que exigía la
clase trabajadora española. y por eso hacíamos esas críticas.
Anteriormente a la sublevación, efectivamente, habíamos dicho
que ya que no fuera posible la constitución de un Gobierno
netamente obrero, debía constituirse un Gobierno republicano
obrero. Entendíamos por eso republicano socialista, ya que
teníamos más confianza en unos Ministros socialistas que
impidieran el avance del fascismo, que veíamos inminente, y que
un Diputado, Joaquín Maurin, fue quizás el único en enunciarlo
en diversos discursos en la Cámara. Creo que fue el único que lo
hizo, pero después preconizábamos un Gobierno netamente obrero,
netamente de la clase trabajadora, único que podía ser
efectivamente revolucionario y que podía sostener las conquistas
revolucionarias que los obreros y los campesinos habían impuesto
por la fuerza de sus armas y de su voluntad en las calles. Esta
fue nuestra actitud, que ratificamos en todos sus puntos.
P.-¿Vd. recuerda
que desde el día 19 de Julio hasta el 3 de septiembre es cuando
realmente se hizo la revolución en España?
R.-Pero no la hizo
ni el Gobierno republicano de Madrid ni el de Barcelona. Lo hizo
la clase trabajadora por sí sola por su esfuerzo y por su
acción.
P.-Jurídicamente el
Gobierno republicano, por Decreto, fue dando legalidad a todo lo
que la clase trabajadora hizo, como fue la incautación de los
bancos, control obrero en la industrias, incluso
colectivizaciones, etc., etc. Esto se hizo antes del 3 de
septiembre.
R.-Para nosotros
fue una sanción legal de una cuestión de hecho.
P.-El Gobierno de
Cataluña fue un Gobierno pequeño-burgués, como Vd. afirma, hasta
el día 26 de Septiembre. ¿Es eso cierto?
R.-Exactamente. Lo
cierto, a nuestro entender, es que desde el comienzo, no al
margen, sino gobernando efectivamente las cuestiones de economía
y de guerra, se constituyó un Consejo de Economía de Cataluña,
que era el que entendía directamente en las cuestiones de la
transformación económica y un Comité Central de las Milicias,
que entendía directamente con las cuestiones de la guerra. No
era el Gobierno de la Generalidad quien entendía en esto. A esos
Comités pertenecía nuestro partido. Yo mismo fui miembro de uno
de ellos.
P.-¿Vd. recuerda
que al variar totalmente las normas del Partido, se celebró
mitin en el cual hablaron varios del Comité Ejecutivo, fijando
ya la nueva trayectoria que iba a seguir el POUM, y además se
reunió también el Comité Central para esto, y consultaron Vds.
con todos los miembros del Partido haciendo una asamblea?
R.-Generalmente
nunca se ha consultado a todos los miembros del Partido para
proceder así, por cuanto nuestro Partido es un Partido de...
P.-Yo le ruego que
me conteste; ¿se consultó a una asamblea?
R-Se consulta a
todos los miembros del Partido mediante la preparación de los
congresos, abriendo un periodo de discusión. Después, el Comité
ejecutivo tiene representación, el Comité central dirige todas
las normas del Partido y cuando el Comité ejecutivo no puede
tomar una decisión, reúne al Comité Central, que es quien toma
la decisión. Asamblea general del Partido no la ha habido jamás.
P.-Recuerda Vd. que
el Comité Central de POUM tomó el acuerdo siguiente: “El
Gobierno Largo Caballero, tanto por composición, por sus
programas, como por su sabotaje sistemático contra Cataluña...”
(Lectura). Eso lo dijeron Vds. el 18 de septiembre.
R.-No lo niego y lo
ratifico y estoy de acuerdo con eso.
P.-Y está
completamente de acuerdo con eso.
R-Explico esta
cuestión.
P-No me interesa
que explique Vd. esto.
R-A mí me interesa
explicarlo.
P.-A su defensor.
¿Vd. recuerda que el Gobierno Largo Caballero, por entonces,
acordó en Consejo de Ministros abrir el Parlamento el 1 de
octubre?
R.-Sí, es posible.
P.-Inmediatamente
el Comité Ejecutivo, desde La Batalla y desde otros periódicos,
comenzó a atacar esa apertura del Parlamento.
R.-Para nosotros,
el Parlamento había quedado totalmente superado por la
sublevación, y la justificación que dábamos era que ese
Parlamento no había sabido prevenir la sublevación facciosa y,
por lo tanto, impedirla, y que, después, no había sido el
Parlamento quien había aplastado el fascismo en las ciudades,
sino las masas trabajadoras y éstas eran las que debían crear,
por ello, otro órgano de Poder y otro órgano legislativo.
P.-Vds. en el
Comité Central, debatieron, antes de tomar el acuerdo del 15 de
Septiembre, la situación internacional, la situación política de
España y su situación militar?
R.-Exactamente;
nunca hemos procedido irresponsables. No hemos debatido todo
eso.
P.-Vd. recordará
que en septiembre del año 36 la intervención italo-germana en
España estaba plenamente en su auge. ¿Es eso cierto?
R.-No recuerdo si
fue entonces. Sé que, de hecho, el apoyo italo-alemán empezó
mucho antes incluso de la sublevación.
P.-¿Recuerda Vd.
que la propia Batalla, publicó la noticia del desembarco de
italianos en España de Divisiones alemanas? ¿No recuerda Vd.
esto, también?
R.-Quizás por medio
de telegramas de agencias, como todos los demás periódicos.
P.-Pero ya era del
dominio público en España que Italia y Alemania ayudaban a
Franco y a los militares. ¿Es cierto eso?
R.-Es cierto, si.
P.-¿Tuvieron Vds.
en cuenta ese factor de la intervención extranjera en España, el
factor de la falta de armamento de nuestras milicias?
R.-Si; y prueba de
ello es que ya no nos asistían por no querer o no poder, desde
arriba, creíamos que el único medio de suplir eso era que la
clase trabajadora se armase abundantemente para cumplir con su
deber, aplastando al fascismo, como lo había hecho desde el 19
de Julio.
P.-¿Sabe Vd. que la
clase trabajadora no tenía más armas que aquellas que pudo
arrancar a los militares sublevados?
R.-Y otras que
afortunadamente se procuró por sí misma. ¡Afortunadamente!
P.-¿En septiembre?
R.-Desde el
comienzo.
P.-¿Se procuró
algunas armas?
R.-Todas las que se
pudieron. Quizás más de las que vinieron desde arriba.
Desdichadamente, no todas las necesarias, porque sino el
fascismo no estaría ya en España.
P. -Recuerda Vd. la
posición internacional con respecto a España?
R.-No sólo la
recuerdo, sino que en aquel entonces, en representación del
Comité central de Milicias, hice viajes al extranjero y me
entrevisté incluso con el propio Leon Blum, Presidente del
Consejo de Ministros, para recabar el que nos dieran armas, con
el fin de poder aplastar cuanto antes al fascismo. Lo recuerdo
por cuanto yo mismo intervine en este asunto.
P.-¿Sabe Vd. cuál
era el motivo, podríamos decir el pretexto como españoles, de
que no nos ayudasen los franceses, ni los ingleses ni cumplieron
los tratados internacionales que teníamos contraídos con ellos?
R.-Quizás fui el
primero, Sr. Fiscal, en hacer una crítica muy cerrada y muy
áspera de esta posición en el propio París y ante ellos mismos.
P.-Yo le pregunto
el motivo. ¿No era un motivo jurídico por el temor de la
revolución española?
R.-Podía ser. Pero
el pretexto público que daba Blum, Chamberlain y los demás, era
por el temor de que esto desencadenase una guerra mundial que
les enfrentase con los alemanes y las demás potencias del famoso
eje fascista. Este era el pretexto oficial que ha constado y
sigue constando.
P.-¿En el caso de
derrocar al Gobierno republicano de que se estableciera un
Gobierno revolucionario: qué hubiera sucedido entonces en el
ámbito internacional?
PRESIDENTE. -No
conteste a esa pregunta.
P.-¿Vd. recuerda
que en Lérida, el 18 de Enero del 37, se aprobaron diversas
conclusiones en la Conferencia militar del POUM?
R.-Yo, como
Secretario Internacional del Partido y Director de La Batalla,
generalmente no me ocupaba de nada del conjunto de las
cuestiones militares.
P.-Pero Vd.
suscribe todas aquellas conjunciones...
R.-Si las suscribió
el Comité Ejecutivo, yo también; no me desdigo de nada de cuanto
hizo el Comité Ejecutivo.
P.-Se habló
respecto a la situación militar en España y entre las
resoluciones aprobadas figura el siguiente párrafo: “La pequeña
burguesía y el Gobierno han tenido evidente interés en sabotear
toda iniciativa que tendiera a la creaci6n de una industria
bélica”. Se refiere al Gobierno de entonces. Esto lo publicó La
Batalla. ¿Está Vd. de acuerdo con esto?
R.-Sin una
explicación, no estoy de acuerdo. Diversas veces, el Comité
Central de las Milicias en pleno, con la representación de la
UGT incluso y del propio Partido Socialista Unificado de
Cataluña, constató que el Gobierno central no nos mandaba
armamento para nuestro Frente de Aragón, y el Comité Central de
las Milicias mandó a Madrid diversas delegaciones oficiales
compuestas por representantes de todos los Partidos, incluso del
Partido Socialista Unificado, de la Esquerra de Cataluña y de la
UGT (de una de ellas formé parte yo mismo), con el fin de
recabar del Gobierno que nos enviase esas armas que no se
recibían aquí y que eran totalmente indispensables en aquel
momento. No diré al Sr. Fiscal cuáles eran nuestras angustias de
aquellas noches, viendo que nuestros milicianos estaban en el
Frente combatiendo con media docena de municiones, que no
teníamos pólvora, que no nos mandaban de Madrid, que carecíamos
de fusiles, y yo mismo hice diversos viajes a París, con el fin
de obtener pólvora y de conseguir fusiles, porque teníamos que
cargar muchas municiones con pólvora negra que no servía nada
más que para asustar al enemigo y que no tenía otro efecto que
destruir los propios fusiles. Y ante esto, el Comité Central de
las Milicias en pleno, de acuerdo con el Gobierno de la
Generalidad, insistía constantemente cerca del Gobierno de
Madrid, una de dos, o para que nos dieran armas y aplastar al
fascismo en Huesca y Zaragoza, o para que nos permitiera montar
una industria en Cataluña con los excelentes técnicos que
teníamos, pero para lo cual necesitábamos un dinero que no se
nos entregaba. Y las intenciones que nosotros veíamos en éste y
que seguimos viendo en lo que respecta a entonces, es que siendo
Cataluña la vanguardia de la revolución en España, donde la
clase trabajadora se había apoderado del orden público, de la
economía, y donde podía constituirse, por el desarrollo
industrial de Cataluña, la industria de guerra más formidable,
que estábamos viendo como una verdadera tragedia, el que no se
nos diera todos estos créditos. y recuerdo incluso una
conversación personal tenida con el Sr. Ministro de la Guerra de
entonces, en que le dije que creía que el poder desarrollar la
industria de guerra en Cataluña, no sólo nos permitiría entregar
armamento y municiones al frente del Este (como no éramos
egoístas), sino a todos los frentes, y que creíamos que el no
darnos esos medios económicos constituía, efectivamente, un
sabotaje. Lo dije yo personalmente y me refrendaron los
representantes de los demás Partidos de Cataluña, representando
al Comité Central de las Milicias. Luego no era una posición del
POUM, sino que era una cuestión general que consta en acta del
Comité Central de Milicias.
P.-¿No encuentra
Vd. una contradicción entre esto y cuando decía que había
suficiente armamento?
R. -No; dije que si
lo hubiera habido, el fascismo hubiera sido aplastado.
P.-Usted recuerda
que en enero de 1937 en el frente de lucha de Aragón nuestros
milicianos disponían sólo de diecisiete cartuchos por hombre y
por día.
R.-No estaba en los
secretos del Ministerio de la Guerra.
P.-¿Y no se dijo
eso en relación al frente de Madrid?
R.-Estábamos
atentos a nuestro frente, al de Aragón, y era de éste del único
que en aquellos momentos nos preocupábamos. Y el detalle de lo
que ocurrió en el frente de Madrid no lo conocíamos.
P.-¿Y no dijo Vd.
que con esta reserva de diecisiete cartuchos por hombre y día no
se hacía otra cosa que un sabotaje al no enviar más material de
guerra a Barcelona?
R.-No lo dijimos,
pero si lo hubiéramos dicho hubiera tenido la justificación de
haber dicho tal cosa si era cierto. Aunque para nosotros no lo
hubiera tenido porque ignorábamos esto.
P.-El día 24 de
febrero de 1937, lanzó Vd. una proclama que encabezaba: “El POUM
a todos los trabajadores”, dice así: (Aquí texto de referencia).
R.-Si la firmaba el
Comité Ejecutivo, es porque respondería a un acuerdo del Comité
Ejecutivo. Desgraciadamente las previsiones que nuestro partido
hizo entonces con respecto a la posibilidad a la estrangulación
que la revolución de los trabajadores y campesinos que habían
vencido al fascismo en Madrid y Valencia, se ha confirmado
después plenamente; y el tiempo nos ha dado la razón cuando
vemos que efectivamente se ha ido al restablecimiento de la
propiedad, a la destrucción de las colectividades, a la
destrucción de la socialización en las industrias, a la
destrucción del control obrero y las disposiciones sobre orden
público y a la destrucción de las demás medidas revolucionarias
que a nuestro entender eran las únicas que podían mantener una
moral fuerte en los combatientes capaz de aplastar al fascismo.
Desgraciadamente toda la realidad actual confirma el punto de
vista de entonces.
P.-Respecto al
número extraordinario de La Batalla de 10 de mayo de 1937, el
Comité Ejecutivo publicó un manifiesto en la misma Batalla y de
este manifiesto son los siguientes párrafos: (aquí texto de
referencia). Significaba este manifiesto una excitación a lo que
sucedió dos días después?
R.-De ninguna
manera; si el Sr. Fiscal se hubiera tomado la molestia de leer
todo este manifiesto, habría visto con el interés del mismo
consiste precisamente en prevenir a la clase trabajadora contra
posibles provocaciones de las cuales ya se han dado varias
pruebas y contra posibles movimientos que creíamos y creemos que
en lugar de beneficiar a la clase obrera, a nuestra guerra ya la
revolución la perjudicarían. Por lo demás suscribo todo este
manifiesto que es fiel reflejo de la posición que desde el
Manifiesto Comunista de Marx y Engels hasta los escritos de
Lenin han nutrido las doctrinas del socialismo revolucionario.
P.-En el manifiesto
se dice que en la clase obrera debe montar la guardia arma al
brazo. ¿Qué significa esto?
R.-Significa que la
clase obrera había conquistado las armas el 19 de Julio; y ante
el peligro que representaba una provocación de tipo
reaccionario, debían seguir montando la guardia con las armas.
P.-Pero Vd. puede
ver como en el manifiesto se dice “desde hace dos días”.
R.-Ignoro por qué
se fijó el término o plazo de dos días; pero lo cierto es que
desde el 19 de julio la clase obrera estaba con las armas en la
mano.
P.-¿Por qué ha
dicho Vd. que el Gobierno saboteaba premeditadamente al frente
de Aragón?
R.-Ese sabotaje no
sólo fue comentado por el POUM, sino por todas las fuerzas
obreras de Cataluña e incluso por el Gobierno de la Generalidad.
y la prueba es, que cuántas comisiones fueron a Madrid no
consiguieron ninguna realidad, porque se sometía o condicionaba
la entrega de armamento a Barcelona para el Frente de Aragón a
que saliera del Gobierno de la Generalidad nuestro Partido y la
CNT. Cuando lo cierto es que el Frente de Aragón había sido
nutrido de hombres, en armas y en moral revolucionaria
principalmente por la CNT y el POUM. Nosotros, naturalmente,
decíamos que se saboteaba principalmente el Frente de Aragón
porque sabíamos incluso, por noticias oficiales que habían
llegado armas a Cartagena para el Frente de Aragón y no se nos
entregaban mientras no fueran eliminados de la vida oficial el
POUM en primer lugar y la CNT-FAI en segundo. Y nosotros
considerábamos que condicionar o someter la entrega de armas a
la eliminación de nuestro Partido y de la CNT-FAI era sabotear
el Frente de Aragón.
P.-¿No recuerda Vd.
que formaban parte del Gobierno persona verdaderamente
revolucionaria de la CNT en aquel tiempo?
R.-El valor
revolucionario de las personas puede cambiar con el tiempo.
P.-¿Usted afirma
que el primero de mayo de 1937 el Gobierno saboteaba el Frente
de Aragón?
R.-El Gobierno de
Madrid no enviaba al Frente de Aragón las armas que había en
Cartagena. Sin duda no sería el Gobierno quien saboteara, sino
elementos extraños introducidos en la administración del
Ejército, el Partido Comunista respondiendo a las órdenes de
Moscú.
P.-¿Quiere Vd.
decirme porqué el Comité Ejecutivo en ese manifiesto no habla
una sola vez del ejército y de la guerra?
R.-Para nosotros no
hay separación entre la guerra y la revolución, porque si no se
aplasta al fascismo no hay revolución. Luego la revolución es
una consecuencia de la victoria sobre el fascismo.
P.-Y en ese
manifiesto hay un punto que se refiere a la situación creada por
la caída de Málaga que dice así: (Aquí texto de referencia). Y
esto es ir en contra del Ejército Popular.
R.-No; es ir en
favor de un ejército rojo revolucionario. Fácilmente se
comprenderá que nosotros no estábamos cerradamente contra el
Ejército Popular. No podíamos estarlo, por cuanto desde el 19 de
Julio habíamos entregado miles de nuestros hombres al Ejército,
primeramente bajo la forma de milicias, y después bajo la forma
de Ejército Popular. Pero el hecho de que entregáramos miles de
hombres para aplastar al fascismo no quería decir que
estuviéramos totalmente de acuerdo con que ese Ejército fuera el
Ejército Popular, que estuviera dirigido por elementos que no
eran de la clase trabajadora; porque para nosotros, la única
garantía de este Ejército en cumplir una misión verdaderamente
antifascista, estaba en que la compusieran y lo mandaran
elementos representativos de las clases obreras y campesinas,
las dos clases revolucionarias por excelencia. Y por tanto,
propiciábamos un Ejército verdaderamente revolucionario,
equivalente al Ejército Rojo organizado en Rusia, que fue el que
aplastó efectivamente al zarismo en Rusia y a todas las fuerzas
mandadas por las democracias contra la revolución rusa. Con ello
no hacíamos más que tratar de aplicar a España la experiencia
afortunadamente triunfante de la revolución rusa, permaneciendo
fieles a las teorías de Lenin y Trotsky que compartía con Lenin
la revolución rusa y las teorías de los demás teorizantes de la
revolución. Pero en realidad no estábamos contra el Ejército
Popular, pues a él entregábamos nuestros hombres y nuestra
sangre, si bien proporcionábamos por un ejército rojo de obreros
y campesinos.
P.-Lo cual quiere
decir que Vd. creía que el Gobierno estaba realizando un
ejército burgués mandado por viejos militares.
R.-Y la prueba es
que los viejos militares han ido sustituyendo en la mayoría de
los mandos a los representantes de la clase obrera y campesina.
P.-¿Recuerda Vd.
que las milicias estaban mandadas por militares alguno de ellos
absolutamente antifascistas, tan antifascistas como pudiera
serlo cualquier otro civil revolucionario?
R.-Yo sé que muchos
militares de esos se han pasado al fascismo y en cambio no sé de
obreros y campesinos revolucionarios que lo hayan hecho.
P.-¿Recuerda Vd.
que cuando se reorganizó el Ejército Popular muchos batallones y
unidades fueron puestos en manos de verdaderos revolucionarios?
R.-Cuando fueron
puestos los batallones y las divisiones en manos de los
trabajadores merecían nuestra aprobación.
P.-¿Por qué ha
afirmado que la guerra que sostenemos no era una guerra
nacional?
R.-Porque España no
ha declarado la guerra contra ninguna nación sino que frente a
una sublevación militar fascista se ha provocado una guerra de
clases. España no había declarado guerra a ninguna nación y era
una guerra de clases.
P.-¿Y cree Vd. que
habiendo los italianos conquistado Málaga y habiendo luchado
unidades alemanas en el Jarama y unidades italianas y alemanas
en el Norte y existiendo fuerza de invasión no se trataba de una
guerra nacional?
R.-Naturalmente que
lo es. Pero nuestra nación no había declarando la guerra y todo
tuvo el comienzo por el alzamiento o sublevación militar
fascista, que desgraciadamente no fue aplastado en todo el
territorio español, como no supieron aplastarlo los elementos
republicanos; que gobernaban actualmente. Y si existe la guerra
de invasión fue en el sentido de apoyo de los países extranjeros
a los facciosos.
P.-¿Vd. cree que
para que fuera una guerra de invasión era preciso que España
declarara la guerra a Italia y a Alemania?
R. -No había una
guerra declarada el 19 de Julio oficialmente. Existía una
insurrección de elementos que recibían apoyo de países
extranjeros.
P.-¿Usted que es hombre culto en historia,
quiere Vd. citarme una guerra que haya sido declarada?
R.-Todas las
guerras han sido declaradas.
P.-¿Recuerda Vd.
unas manifestaciones que hizo en un mitin en el Gran Price en
1936 cuando decía que no contaban los militares fascistas con
poblaciones de valor industrial y pintaba un panorama como si
los facciosos estuvieran poco menos que vencidos? Dijo Vd. así:
(Aquí texto de referencia). ¿Suscribe Vd. estas manifestaciones?
R.-Nosotros
contábamos con los centros industriales de mayor capacidad
productiva y ello nos permitió crear una industria de guerra.
Cataluña es un centro industrial de primera magnitud en España.
P.-¿No existe en
sus manifestaciones intención aunque fuera remota de engañar al
auditorio?
R.-¡Jamás!
P.-También el seis
de septiembre Vd. dijo entre otras cosas: “Ya sabemos porque hay
pruebas de ello porque Mussolini e Hitler apoyan
escandalosamente a los fascistas españoles. Les mandan aviones y
ametralladoras; y les apoyan porque saben que el aplastamiento
del fascismo en España supone el aplastamiento para el día de
mañana del fascismo en el mundo entero”. Es decir: Aquí presenta
Vd. al fascismo como vencido; aquí presenta Vd. a los facciosos
apoyados por Hitler y Mussolini.
R. -Yo no he dicho
que estuvieran casi vencidos, sino que teniendo nosotros los
centros de riqueza y producción, contábamos con factores que nos
aseguraban la victoria. Yo no dudaba ni dudo de esa victoria; y
la anunciaba y sigo anunciando para fortuna de la revolución y
de la clase obrera.
P-¿Por qué el POUM
pidió y exigió que se estableciera la semana de 36 horas en dos
de agosto de 1936?
R.-Una
reivindicación posiblemente exigida por la clase trabajadora en
aquel momento. Pero nosotros mismos nos hemos sometido a
trabajar 16 y 18 horas diarias.
P-¿Recuerda Vd.,
puesto que Vd. era el director, que La Batalla iba publicando
desembarcos de tropas italianas y alemanas en España, con
cañones, aviones, tanques y armamento moderno?
R.-En La Batalla se
publicaban las noticias que facilitaba oficialmente el Gobierno
y las procedentes de agencias que dejaba pasar la censura. y
esto, lo mismo en La Batalla como en los demás periódicos.
P.-¿Publicaban
también los demás periódicos sin procedencia telegráfica, sin
indicar la procedencia de la Agencia?
R.-Nuestro
periódico tenía la misma fuente de información que el resto de
la prensa.
P.-¿Los demás
periódicos lo publicaban con titulares muy llamativos como el
aparecido en La Batalla en seis de septiembre al referirse al
desembarco de 2.500 camisas negras?
R.-Si alguna
noticia aparecía sin firma, es porque nosotros seguíamos el
criterio de publicar los comunicados de las agencias, que
asimismo aparecían en todos los demás periódicos sin la firma de
la agencia. Y esto no éramos solo nosotros, sino que otros
periódicos también publicaban las noticias sin firma de agencia.
Esta es una cuestión de agencia interior de cada periódico y de
ello no puede desprenderse ninguna consecuencia. Niego que en La
Batalla se publicaran infundios y sólo se publicaba lo que se
nos suministraba oficialmente por agencias. Y aún añado que,
puesto que estaba establecida la censura en Cataluña la
responsabilidad cabría en todo caso a la censura al no tachar la
noticia.
P.-La censura
era para toda clase de noticias.
R.-Precisamente, el
que está declarando ahora, fue el primero en proponer una
reunión de todos los directores de periódicos de Barcelona para
que se acordara establecer la más rígida censura para todas las
cuestiones que afectaran a los frentes o a cuestiones militares,
pero que se dejara una libertad de crítica creadora para todas
las demás cuestiones de índole política y este criterio se
aceptó.
P.-En el número de
23 de diciembre de La Batalla se habla de cinco divisiones
alemanas sin señalar procedencia de agencia telegráfica oficial
ni oficiosa.
R.-Sí.
P.-¿Había alguna
tendencia derrotista en esto?
R.-No, al
contrario. Existía la tendencia de demostrar a la clase obrera
que el enemigo era más fuerte de lo que se había creído por
todos al comienzo, y que por lo tanto, había que aumentar el
ardor combativo y los elementos combativos para aplastar al
fascismo. Y esto no es una tendencia derrotista, sino
perfectamente revolucionaria y de excelente efecto a nuestro
juicio para la moral revolucionaria.
P.-Esto, desde el
punto de vista subjetivo; pero, ¿no ha llegado Vd. a pensar que
asimismo, subjetivamente para los demás, para los milicianos que
estaban en el frente el hablar de estos desembarcos de tropas y
de tanques, cañones y aviones extranjeros en España, pudiera
significar un quebranto para el espíritu combativo del pueblo,
cuando las fuerzas del fascismo nos estaban atacando en Madrid,
en el Norte y en Andalucía?
R.-El concepto que
nosotros tenemos de los combatientes de la clase trabajadora es
concepto de que son unos luchadores muy valientes que no se
amilanan por estas noticias ni por otras verdades y que la
consecuencia que sacan de estas verdades es que deben redoblar
su esfuerzo. Nosotros tenemos la seguridad de que con ocultar un
peligro no se beneficia la clase trabajadora. Nosotros creemos
que la verdad no puede hacer decaer el ánimo de los
combatientes, sino darles más valor.
P.-¿Y qué finalidad
se perseguía con publicar fotografías de colas en los mercados y
ante las panaderías y en relación con estas fotografías atacar
al Gobierno ya la Consejería de la Generalidad?
R.-Era el
convencimiento de que no había ningún motivo para que el
suministro de comestibles no fuera más regular y el
convencimiento también de que en determinadas alturas se
intentaban ciertos sabotajes por determinados elementos de la
Administración. La finalidad era una crítica de esa mala
organización del abastecimiento de comestibles para la clase
trabajadora.
P.-¿No había
ninguna intención malévola?
R.-No la había.
P.-¿Vd. recuerda
que con motivo de la sublevación militar el Gobierno licenció
todas las tropas y dispuso que se reintegraran a sus casas los
soldados? Y el día 3 de agosto la Consejería de la Generalidad
llamó a filas a las quintas del 32,33 y 34. ¿Por qué causa hizo
hincapié en La Batalla para hacer ver que todos se oponían a
reintegrarse al Ejército? El alcance de la pregunta es el
siguiente: ¿Significaba ello que Vd. se oponía a que se
reintegraran?
R.-¡Jamás! ¡Si
conservábamos siete mil hombres nuestros combatiendo en ese
Ejército...!
P.-Ahora quisiera
que Vd. sencillamente me explicara el alcance de una cosa que
publicó también La Batalla. Se trata de que La Batalla publicó
la reproducción de un manifiesto que habían lanzado los
facciosos sobre nuestras fuerzas del Frente en el que se
injuriaban al Presidente de la República, al Sr. Largo Caballero
y a otros republicanos. Dice así: (Aquí texto de referencia).
¿Qué finalidad tuvo Vd. al publicar este manifiesto faccioso? Y
juntamente con esto, al pie de la reproducción en letra muy
pequeña que contrasta con la letra gruesa de lo que se
reproduce, se dice: “Los fascistas han lanzado este manifiesto
en nuestro campo. La pobre imaginación de los fascistas cree que
nuestros obreros se dejarán convencer”. La letra de este pie de
fotografía es de tipo muy pequeño. ¿Por qué?
R.-El Sr. Fiscal
debe de conocer algo de cuestiones tipográficas; y por ello debe
saber que cuando se reproduce un cliché queda la letra en la
reproducción, es el tamaño que tiene la letra reproducida; y si
como en este caso, el tamaño de la proclama fascista es grande,
es sin duda porque la proclama era de tamaño grande. Esto es una
cuestión tipográfica, y en cambio el tamaño del pie, es el tipo
corriente de todas las fotografías de nuestro periódico y de
todos los periódicos.
P.-A partir de
septiembre de 1936 e incluso en el propio manifiesto del primero
de Mayo del Comité Central se viene hablando en La Batalla, de
que no se admiten pactos ni compromisos con el enemigo.
¿Recuerda Vd. esto? Fue una nota bastante constante en la
Sección de Información y en editoriales de Vd. y de Andrade y
del Comité, ¿lo recuerda?
R.-Sí; lo recuerdo.
P.-En septiembre de
1936, en grandes titulares decía La Batalla: “Advertencia
revolucionaria”. “No permitiremos pacto ni compromisos con el
enemigo”.
R.-Se dijo por
elementos significados que había que hacer comprender a los
facciosos y a todos, que se trataba de una cuestión de
españoles y que esta guerra debía terminar entre españoles y
como nosotros hemos considerado siempre que el hecho de ser
españoles no es una justificación para terminar, sino que la
guerra es de clases y únicamente debe terminar con el
aplastamiento del fascismo, nosotros hemos creído siempre que
debe terminarse la guerra con el aplastamiento del fascismo, sea
el que sea.
P.-Arquer, el 9 de
diciembre, en el Gran Price, de aquí, de Barcelona, realmente lo
que hizo fue recoger todo cuanto se decía, y dice: “En estos
momentos hay prensa que habla del próximo armisticio. Nosotros
decimos que los hombres que empuñan el fusil no lo dejarán de
empuñar hasta ver instaurado el socialismo. ¿Por qué decir que
había prensa, que había posibilidad de periódicos que decían que
había posibilidad de armisticio? ¿Esta es la campaña general que
hacía La Batalla?
R.-No; es una
manifestación de Arquer. Esto lo he dicho en múltiples mítines y
lo suscribo íntegramente. Esos elementos de que le hablaba a Vd.
que hablaban por radio, eran los que, a nuestro entender, podían
ser considerados como cómplices de los fascistas, por cuanto
relajaban la moral en los frentes.
P.-¿Se publicó un
editorial en La Batalla, en el cual, bajo el título “El
Armisticio que se prepara es la contrarrevolución”? Todo el
editorial es contra el Frente Popular y deja traslucir que el
Gobierno del Frente Popular parecía que tendía hacia la
mediación.
R.-Creemos saber,
incluso, que el 19 de julio mismo, se intentó formar un Gobierno
que aceptara lo inevitable y que llegara ya a un compromiso;
entonces no podía extrañarnos que los mismos elementos
intentaran llegar a esos compromisos, por cuanto teníamos una
experiencia.
P.-¿Ustedes
suponían que él podía admitir el compromiso de armisticio?
R.-¿Por qué no? Un
Gobierno que no fuera revolucionario obrero y campesino no podía
merecernos confianza y podía hacer eso.
P.-Usted estaba al
tanto de lo que se hacía internacionalmente. Usted recuerda que
entonces se estaba celebrando en la Sociedad de Naciones la
Asamblea, y que Álvarez del Vayo, el día 10 de Diciembre –dos
días antes de publicar Vds. eso y varios días antes de toda la
campaña que Vds. han hecho– dijo taxativamente cual era la
posición de España; y, además, el Gobierno, que estaba en
Valencia, publicó el día 9, una nota ya previniendo precisamente
maniobras, porque veía algunas en la prensa, y al aceptar
terminantemente la no ingerencia en España, dice el Gobierno que
en cuanto a lo demás, Álvarez del Vayo, Ministro de Estado de la
República dirá ante la Sociedad de Naciones cuál es la posición
de España. Yo le voy a leer a Vd. lo que dijo Álvarez del Vayo
que lo reprodujo La Batalla: “Nuestro Ministro de Estado en la
sesión del día 11 de diciembre, ante el Consejo de la Sociedad
de Naciones... (Lectura)”. Esto lo dice Álvarez del Vayo. ¿Por
qué, después de decir esto e incluso publicado en La Batalla,
persisten Vds. en decir que el Gobierno quería la mediación o
sospechaban Vds. que el Gobierno pudiera ir a una mediación?
R.-Jamás el
Gobierno, oficialmente, ha dado una nota diciendo que se quería
el armisticio, aun cuando el armisticio se haya estado pactando,
porque esto sería dar una nota derrotista. Generalmente, esas
cosas no se han dicho, esas cosas se hacen y luego se presenta
ante el pueblo el hecho consumado.
P.-¿Desde el 3 de
Mayo, o desde los sucesos de mayo en Barcelona hasta la fecha
que Vd. ha citado, no fueron Vds. molestados para nada por la
policía?
R.-Únicamente yo,
como director de La Batalla, convocado a declarar por un proceso
que se seguía contra el periódico. Nada más.
P.¿-Pero nunca
les habían atribuido a Vds. espionaje alguno?
R.-Jamás. En
campañas de Prensa que veníamos combatiendo desde hacía muchos
meses, sí. Por la Prensa calumniadora que ha venido haciendo
todo eso.
P.-Se descubrió en
Madrid una organización falangista con un plano milimetrado, al
dorso del cual existía un texto. En este texto se atribuye lo
siguiente: Voy a leerlo. Usted dígame si es cierto o no lo que,
respecto al POUM, dice aquel texto. (Lectura).
R.-Es una
falsificación monstruosa. Lo sabe todo el mundo.
P.-Yo no hablo de
que sea falsificación.
R.-La respuesta mía
es de qué se trata de una falsificación monstruosa.
PRESIDENTE. -Diga
únicamente si es cierto el contenido.
R.-Es falso desde
la primera hasta la última línea. El contenido y el concepto.
Todo falso.
P.-¿Usted puede
afirmar terminantemente que alguien del POUM –no me refiero ni a
Vd. ni al Comité Ejecutivo– no podía haber hecho esto?
R.-Si alguien podía
haberlo hecho le hubiéramos fusilado. En absoluto. Nadie del
POUM. Ningún militante responsable del POUM.
P.-En el mes de
agosto del 37, Vd. estaba en la Prisión de Valencia. En
septiembre del 37 también estaba Vd. en Valencia. En el mes de
septiembre del 37 se descubrió una organización de espionaje
dirigida por un tal Xifra Riera, que es el Jefe de Espionaje de
Franco en Perpignan. Tenía aquí, como representante a Roca y a
Dalmau, en Cataluña especialmente, cerca de Gerona. Comunicaban
desde hace mucho tiempo datos militares, hasta que, finalmente,
se les llega a encontrar; y entre la documentación se hallan
unas hojas en las cuales se hace referencia a dos de los
dirigentes del POUM que están detenidos en Valencia. Se
encuentra también una serie de planos lanzabombas, de bombas y
de una espoleta especial del Ejército republicano. Es un número
bastante extenso de planos. Cada uno lleva un sello que dice:
“Departamento central de guerra. POUM. Comité Central Militar”.
¿Existía en el POUM este Departamento Central de Guerra?
R.-Existía un
Comité Militar como en todos los demás partidos.
P.-¿Tenía Vd.
noticia de algo de esto?
R.-En absoluto. La
primera noticia la tuvimos por la nota del Sr. Burillo y nos
echamos todos a reír.
P.-¿Podían ser los
detenidos con Vd. en Valencia los dos a que se hace referencia?
R.-Niego que
pudiera ser ninguno, como espero que demostrará nuestro abogado.
P.-Estos planos,
¿los vio Vd. alguna vez en el POUM?
R.-Jamás. No
pudimos verlos.
P.-¿Conoce Vd. a
Walter Swartz?
R.-Era uno de los
muchos extranjeros que venía.
P.-¿No ha tenido
Vd. relaciones directas con él?
R.-Relaciones
directas, no recuerdo haberlas tenido.
P.-¿No puede Vd.
precisarme quien puede ser?
R.-Es un militante
encarcelado actualmente en la Cárcel Modelo, que merece todos
mis respetos.
P.-¿Conoce Vd. a
Rosalio Negreto?
R.-Sí.
Representante de una organización revolucionaria de
Norteamérica, que vino a Barcelona, a ponerse al servicio de la
revolución y que celebró con nosotros algunas entrevistas. Nada
más. De eso lo conozco.
P.-¿Usted cree que
nada de cuanto se manifiesta aquí es cierto?
R.-En absoluto.
Totalmente falso desde la primera a la última línea como se
demostrará.
P.-¿Y Vd. puede
afirmar terminantemente que ningún responsable del POUM ha hecho
esto?
R.-Afirmo
terminantemente que ningún responsable del POUM militante, ha
hecho esto.
P.-Usted estaba en
Madrid, ¿se marchó a Madrid el 18 de noviembre del 36?
R.-No sé si fue el
18. Andrade y yo, fuimos, delegados por el Comité Ejecutivo,
para ponernos a disposición de la Junta de Defensa de Madrid.
Creo que estuvimos poco más de una semana.
P.-La fecha
aproximada. ¿No la puede determinar? ¿Fue dentro del mes de
noviembre o con posterioridad?
R.-Nuestro regreso
fue en el mismo mes de noviembre.
P.-¿No podía
alguien, en la fecha que estuvieron Vds. en Madrid, Andrade y
Vd., el día 18 de noviembre, que precisamente coincidía con la
máxima actividad de los falangistas, confundirles a Vds. con
otros y creer que otros eran del POUM?
R.-Cuando se nos
delegó para ir a Madrid, empezamos en Valencia, donde residía el
Gobierno, por visitar a varios ministros, con el fin de pedir su
apoyo para nuestro ingreso en la Junta de Defensa de Madrid.
Diversos ministros que nos conocen nos dieron su apoyo. En
Madrid, visitamos a todas las organizaciones del Frente Popular,
con excepción del Partido Comunista que no teníamos por qué
visitar. Todos nos prometieron también su apoyo para llenar
nuestra ambición revolucionaria. Es decir, en un momento en que
la gente huía de Madrid, justamente, el POUM creía cumplir así
un deber revolucionario; y por un sabotaje de un partido único,
los demás partidos y los ministros, tuvieron que someterse y no
nos dieron entrada.
P.-¿Nadie pudo
confundirles a Vds. con otros individuos?
R.-Somos
inconfundibles, a este respecto.
P.-¿Dónde estaba
Andrés Nin?
R.-Creo que estaba
en Barcelona, dirigiendo el Partido.
P.-¿Y Jorge Arquer?
Supongo que estaría en Barcelona.
R.-Supongo que
estaría en Barcelona.
P.-¿Utilizaban Vds.
claves en esos documentos a que me he referido? Se habla de que
Vds. hablan en clave. ¿Han utilizado Vds. a veces claves en el
Partido?
R.-No hemos
necesitado utilizar jamás claves. Nuestra política la hemos
hecho siempre a la luz del día. No he visto ninguna clave en el
Partido. El Comité Ejecutivo nunca nos habla con claves. Que yo
recuerde, jamás. Aunque no creo que sea un delito hacerlo.
P.-¿Tenía Vd.
relación con muchos extranjeros?
R.-Generalmente,
cuando venían a Barcelona iban a verme a mí, como Secretario
Internacional que era y, por lo tanto, representante del Partido
para recibir a los delegados de la organización.
P.¿Y sabían Vds. la
procedencia antifascista y política de todos aquellos
extranjeros que acudían al POUM?
R.-Generalmente no
se les daba ninguna beligerancia, a menos de traer un aval de
partido u organización responsables.
P.-¿Con eso les
bastaba a Vds?
R.-Un aval es lo
más que se puede pedir, creo yo.
P.-Hay un escritor,
Víctor Serge que solía escribir en La Batalla, y le ha mandado
varias cartas también a Vd. ¿Este Víctor Serge, les ha hecho a
Vds. alguna indicación respecto a la conducta a seguir por el
Partido?
R.-Nos ha dado
consejos, como un gran revolucionario de gran experiencia que
es.
P.-Ha tenido
influencia alguien que no sea español en las normas políticas
del partido?
R.-No; nos han dado
consejos miles de ciudadanos en su prensa. Pero la norma del
partido, contrariamente a lo que otros digan, es netamente
española: el POUM español.
P.-Yo quisiera que
Vd. me aclarara una duda, y es la siguiente: el día 28 de agosto
de 1936, La Batalla publicaba un artículo de Leon Trotsky,
titulado si mi memoria no me es infiel. “Las primeras lecciones
de la revolución española”. Y en este artículo se atacaba al
Frente Popular y se hablaba de la constitución de un Gobierno
revolucionario y la formación de un Ejército rojo. Esto que se
publicó en La Batalla el 28 de agosto, ¿tiene alguna relación
con lo que el día 3 de septiembre, o sea poco después, publicó
también La Batalla en relación a su constante política de ataque
al Frente Popular?
R.-Yo no soy
trotskista; y las opiniones de Trotsky son en definitiva, para
nosotros, las opiniones de un militante revolucionario de gran
historia. Y a título de esa realidad la que hemos publicado;
pero nada más. Nosotros hemos publicado muchos artículos de
Trotsky, pero nunca nos ha desviado de nuestra política.
P.-¿Y cual era la
relación con Víctor Serge y el belga Raimundo Verdoote?
R.-El nombre lo
hemos encontrado en el sumario, como herido en el Frente, pero
nada más.
P.-¿Se dice que
este belga es recomendado para que fuera admitido en el POUM;
pero se le pusieron unas condiciones inaceptables. ¿Qué
condiciones inaceptables fueron esas?
R.-Pedían el alta
en nuestro partido muchos militantes extranjeros pertenecientes
a fracciones que no estaban po1íticamente de acuerdo con
nosotros; y antes de concederle el ingreso les exigíamos que
suscribieran las 1íneas directrices de nuestro partido para
evitar infiltraciones más o menos, equívocas de otros partidos
que pudieran venir a socavar el nuestro.
P.-¿Y controlaban
Vds. a todos los extranjeros que acudían al POUM?
R.-Procurábamos
controlarlos en la medida de lo posible.
P.-Usted recordará
que La Batalla de agosto y septiembre, incluso en la de enero,
venía publicando anuncios para conquistar adictos o adheridos a
su Partido indicando donde debían dirigirse los que desearan
inscribirse en el POUM.
R.-Eso lo han hecho
todos los partidos. Generalmente, cuando venía uno a pedir el
alta en nuestro partido le sometíamos a un control muy riguroso
durante varios meses. Y si este control daba resultado
satisfactorio le admitíamos y si observábamos lo más mínimo que
no nos satisfacía le cerrábamos nuestras puertas, contrariamente
a como han procedido otros partidos que han admitido a todo el
mundo. Y tanto el Partido Comunista como el Socialista y
Esquerra Republicana han publicado anuncios, llamamientos y han
prodigado boletines de instrucción.
P.-¿Y controlaban
Vds. a todos los extranjeros que acudían al POUM?
R.-Procurábamos
controlarlos en la medida de lo posible.
P.-¿Y estaban Vds.
absolutamente ciertos de que entre los extranjeros que admitían
no había ninguno que tuviera tendencias fascistas o pudiera
permanecer a la Gestapo?
PRESIDENTE. -¿Ha de
ser todavía extenso el Sr. Fiscal en el interrogatorio del
procesado?
P.-Sí. Todavía
quedan diversos extremos de interrogatorio.
PRESIDENTE. -Pues
siendo así, se suspende la sesión en atención a lo avanzado de
la hora, para continuar mañana a las diez.
ARRIBA
PRESIDENTE.
-Audiencia pública. Continúa el interrogatorio del procesado
Juan Gómez García, Gorkin.
P.-Con la venia de
la Presidencia. Ayer quedamos hablando acerca de los extranjeros
que tenían relaciones con Vd. y con el partido. Hay una carta
dirigida por Victor Serge a Andrés Nin, en la cual se hace
referencia a Vd. también, y, en esa carta, se aconseja al POUM
que emprenda campaña de propaganda y agitación entre los marinos
rusos que venían a los puertos españoles para desembarcar
mercancía. Entre otras cosas, se les aconsejaba editar unos
pasquines en ruso, para fijarlos en las paredes de lugares
próximos a los muelles y al puerto, para que los marineros rusos
los vieran fácilmente. En estos pasquines, debía hacerse
propaganda a favor del POUM, exponiendo lo que era y lo que
perseguía el POUM. ¿Se llevó a cabo esta propaganda?
R.-No se llevó a
cabo y lamento mucho que así sea. Lamento mucho que no se
hubiera hecho, porque así, esos marinos rusos hubieran sabido
que el POUM era un partido revolucionario, continuador de las
teorías de Lenin, y no creerían en las calumnias miserables que
contra el POUM está haciendo toda la prensa soviética, por orden
personal de Stalin. Lamento mucho –repito–, que no se hubiera
llevado a cabo esa campaña de propaganda.
P.-¿Vd. recuerda
esa carta?
R.-Perfectamente y
otras muchas cartas que Victor Serge ha dirigido a nuestro
inolvidable camarada Andrés Nin y a mí personalmente. La figura
de Victor Serge es la de un gran revolucionario.
P.-¿Y está Vd.
seguro de que no se llevó a cabo esa propaganda de agitación y
propaganda?
R.-Estoy
desgraciadamente convencido de que no se hizo nada en aquel
sentido.
P.-Significa que
Victor Serge intervenía en los asuntos de Vds., en los asuntos
del partido?
R.-Victor Serge,
como hombre de intensa y dilatada vida revolucionaria, había
permanecido en colaboración con nosotros y nos había ayudado en
nuestra obra revolucionaria, lo cual no quiere decir que se haya
mezclado jamás para nada en nuestros asuntos, porque nuestros
asuntos los determinamos y resolvemos nosotros mismos, sin
influencias extranjeras, sin influencias extrañas de nadie.
P.-¿Era Vd. el
encargado en el partido de la relación con todos los
extranjeros?
R.-Exacto. Con
todos los partidos extranjeros del proletariado.
P.-¿Pero Vd.
recibía a los extranjeros que venían aquí y tenía con ellos
relaciones directas?
R.-Cuando venían
enviados por Partidos de solvencia revolucionaria del extranjero
con un aval o una carta.
P.-¿Entre esos
extranjeros los había de todas las nacionalidades?
R.-De diversas
nacionalidades; de Europa y de América. Yo no puedo decir si de
todas.
P.-¿Tenía Vd.
además una copiosa correspondencia con ellos?
R.-Desde luego,
bastante abundante.
P.-¿Vd. conocía a
Walter Simón?
R.-Me parece
recordar haber tenido correspondencia.
P.-¿Y conocerle
personalmente?
R.-Me parece
recordar que es un polaco refugiado en Francia a consecuencia de
las persecuciones de la dictadura polaca, que vino aquí, a
ponerse a nuestra disposición para combatir en el Frente o para
que le confiáramos traducciones de prensa polaco-rusa. Creo que
le vi dos, o a lo más, tres veces y es lo cierto que no
utilizamos sus servicios.
P.-¿Recuerda Vd. un
periodista llamado Jyslong?
R.-No lo recuerdo.
P.-¿No se
entrevistó Vd. con este Jyslong en Paris, con objeto de que le
enviara artículos para La Batalla?
R.-No lo recuerdo y
probablemente no me entrevisté con él.
P.-¿Tenía Vd.
relaciones con el Partido Revolucionario Socialista de Amsterdam?
R.-De Holanda, si.
P.-¿Vinieron
algunos de este partido a visitarle?
R.-Si; el Diputado
Stanaff, gran camarada y amigo nuestro.
P.-Ayer le pregunté
a Vd. por Walter Swartz. ¿Recuerda bien a Walter?
R.-No recuerdo
haber tenido relaciones directas con él. Pero según la
referencia del partido se trata de un militante revolucionario y
de un excelente camarada.
P.-¿Usted recuerda
los antecedentes de él?
R.-Concretamente
no.
P.-¿No ha convivido
Vd. con él en la prisión?
R.-No. El está en
la Cárcel Modelo de Barcelona y yo no he estado en esa cárcel.
P.-¿Llevaba mucho
tiempo en Barcelona, Walter, antes de la sublevación militar?
R.-Creo que sí.
P.-¿Y no
recuerda Vd. si era el Jefe del Grupo Alemán del POUM?
R.-En nuestros
grupos y en nuestro partido no hay jefes. Hay militantes, los
jefes son para los partidos burgueses.
P.-¿Hasta cuando
estuvo aquí en Barcelona el Consulado Alemán?
R.-Yo no he estado
en relación con el Consulado Alemán.
P.-Marchó a
mediados de noviembre del 36. ¿Alguno de los alemanes que iban a
verle a Vd. no eran agentes de la Gestapo?
R.-Si hubiera
venido uno tan solo, lo hubiéramos hecho fusilar, Sr. Fiscal.
P.-El procesado ha
de contestar concretamente si o no.
R.-Bien.
Pues, no, Sr. Fiscal. No, no, Sr. Fiscal.
Pero hay cosas que no se pueden contestar
sin recabar el derecho e indignarse.
PRESIDENTE. -Bien,
bien; indígnese Vd. interiormente, conteste concretamente a las
preguntas.
P.-¿Los
extranjeros, no se quedaban todos en la retaguardia en
Barcelona?
R.-Eso es inexacto.
Los que se quedaban en la retaguardia era porqué así lo pedíamos
nosotros, para servicios de colaboración; y esto ocurría con un
1 % de los que venían, la mayoría, la inmensa mayoría de ellos,
han combatido en los frentes, y muchos de ellos han muerto.
Cayeron en el frente.
PRESIDENTE.
-Convendría que el procesado se limitara a contestar más
concretamente a las preguntas que se le hacen.
P.-¿Conoce Vd. a
Wolf Bertrahal?
R.-Exactamente. Le
conocía.
P.-¿Está en París?
R.-Vino a
Barcelona, y fue secuestrado y asesinado, en Barcelona. Tengo la
convicción absoluta.
P.-¿Qué trató Vd.
con él en París?
R.-En París, nada.
P.-¿Trató Vd. con
él acerca de la edición de Juillet?
R .-Traté de muchas
más cosas con él.
P.-¿Qué otras más
cosas?
R.-De revistas, de
las cuales yo era redactor y él redactor-jefe.
P.-¿Conocía Vd. a
Vilá?
R.-Vilá hay muchos.
Yo conozco a más de un Vilá.
P.-¿Conocía Vd. a
Koop?
R.-Si, le conocía.
Ha estado combatiendo en el frente durante mucho tiempo y, según
tengo entendido, en la actualidad está preso.
P.-¿Cuáles eran las
trayectorias políticas de éste?
R.- Ignoro al
detalle la vida de cada militante de los que han venido a
Barcelona.
P.-¿Este Koop
pertenecía a la 29 División?
R.-Si; en la cual
se comportó siempre de una manera magnífica.
P.-¿No es él, el
que de acuerdo con Rovira, hizo el tratado de no agresión con
las fuerzas fascistas de Huesca?
R.-Lo niego
rotundamente.
P.-¿Y a Leandro
Lionello, le conoce?
R.-Era un refugiado
italiano que le vi dos o tres veces.
P.-¿Y a Fosco?, ¿le
conoce?
R.-Le conozco de
antes del movimiento, pues, expulsado de Francia, vino aquí y se
puso en contacto con nuestro partido. Le vi, algunas veces
después desapareció y no he sabido nada más.
P-¿No era el
locutor italiano de la radio?
R.-Es posible. Allí
había muchos camaradas italianos.
P.-¿Y otro italiano
llamado Guido?
R.-No lo sé.
P.-¿Estando Vd. en
la Prisión de Valencia, tenían Vds. comunicación con los de su
partido?
R.-Venían a
visitarmos constantemente. Cosa muy natural y por nosotros muy
agradecida.
(N O T A: Faltan
los nombres extranjeros siguientes, que Gorkin hacía gestos de
no conocer: Brandler, Falgel, Fohn, Foumier y otros).
P.-¿Y hablaban Vds.
sin que estuviera ningún funcionario o empleado presente que
controlara las conversaciones?
R.-Algunas veces se
paseaba algún oficial por delante o por los alrededores.
P.-¿Es cierto que,
como estaban Vds. en el departamento de antifascistas, no se les
controlaban las conversaciones?
R.-Había oficiales
o empleados que se paseaban por allí; yo ignoro si prestaban
mucha, o poca, o ninguna atención a nuestras conversaciones.
P.-¿Recuerda Vd.
si en septiembre o en octubre de 1937, estando en la
prisión, el Comité Ejecutivo organizó un atentado contra Prieto?
R.-En la prisión no
había ningún Comité Ejecutivo, pues desde el momento de nuestra
detención dejamos de ser Comité Ejecutivo.
P.-¿Pero eso del
atentado contra el Sr. Prieto, es cierto?
R.-No, Sr. Fiscal.
P.-¿En las
comunicaciones que remitían desde Gerona a Xifra Riera, en las
cuales se decía que el POUM había organizado este atentado, qué
hay de cierto?
R.-La primera
noticia que he tenido de esto es por la publicación de un libelo
infame titulado Espionaje en España. Hasta que llegó este libelo
en mis manos, no sabía una palabra de la existencia de tales
manejos, ni de tal individuo.
P.-¿Ni siquiera
cuando Vd. estuvo en el mes de Noviembre, en Madrid en unión de
Arquer, y se entrevistó Vd. con Falange Española?
R.-No.
P.-¿Los extranjeros
que venían de fuera de España, venían todos con su pasaporte y
bien documentados?
R.-No ejercía yo
funciones de policía y no les he pedido jamás el pasaporte. Se
les pedía únicamente el aval que les garantizaba delante del
Partido.
F.-¿Conocía Vd. a
Tran Van Ho?
R.-No me suena este
nombre.
P.-La Sección de
Aviación del POUM, le remitió una nota que decía: El portador,
camarada Tran Van Ho te expondrá sus proyectos para lo cual
sería necesario que le autorizases a pasar la frontera francesa.
¿Cree que sus proposiciones son razonables?
R.-Me ha mandado
muchas notas y cartas, para que facilitara pases a la frontera,
pero no recuerdo detalles. Lo he hecho cuando los recomendados
estaban avalados por un organismo del partido. Yo no guardo
memoria de estos detalles en estos momentos.
P.-¿Extendería Vd.
salvoconductos?
R.-Bastantes. Cada
vez que se me pedían por parte de un combatiente o camarada de
solvencia revolucionaria.
P.-¿Los extranjeros
venían para luchar en España o para exponer a Vds. sus
proyectos?
R.-Unos para
exponernos sus proyectos y otros para luchar, conforme ellos
deseaban.
P.-Nos dijo Vd.
ayer, que el partido del POUM era un partido nacional, sin
influencia ni ingerencia alguna extranjera.
R.-Sin influencia
ni injerencia de extranjeros sobre el POUM, pero con una
irradiación internacional del POUM, de lo cual está dando
pruebas el gran ruido que se hace en estos momentos.
P.-Recuerda Vd. la
existencia de una célula bolchevique-leninista?
R.-Existía quizá
esa célula. Quizá no ha sido jamás reconocida por nuestro
Partido aun cuando me parece que tenía derecho a reunirse y sus
orientaciones eran muy respetables para el movimiento obrero.
P.-¿Y este Grupo
bolchevique leninista, le ha mandado Vd. a alguien de Le Soviet?
R.-Creo que todos
los números, personalmente a mi nombre. Y yo los leía.
P.-¿Era una
especie de revista escrita a máquina y en francés en cuya página
aparecía casi siempre la figura de Trotsky?
R.-De haber
aparecido siempre la figura de Trotsky la hubiera mirado con
mucho gusto.
P.-Es como un
detalle para que pueda Vd. recordar.
R.-Lo recuerdo, Sr.
Fiscal, lo recuerdo.
P.-En esos números
de Le Soviet, ¿no se va indicando la marcha política que debía
observar el POUM?
R.-Tenía la
pretensión de darnos consejos y trazarnos la línea política,
pero como nosotros nos determinamos a nosotros mismos, pues no
hacíamos ningún caso.
P.-El Soviet del
día 26 de marzo de 1937 decía por ejemplo: “Los bolcheviques
leninistas. ...(aquí texto de referencia)... y se da el caso de
que es precisamente esto, lo dice inmediatamente La Batalla. Y
esta coincidencia de inmediato no se da sólo el 16 de marzo de
1937, sino en otras diversas ocasiones. ¿Existe alguna conexión
o coincidencia entre la célula ésta y el POUM?
R.-La célula esta
obraba independientemente y bajo su exclusiva responsabilidad y
el POUM para escribir sus artículos, no necesitaba imitar a
nadie, porque en La Batalla había suficiente talento para
escribir.
P.-Luego a pesar de
que parezca que exista una coincidencia, no la hay.
R.-No podía haberla
y si la hubiera en algún punto, sería muy posible como hay
coincidencia con algunos partidos nacionales.
P.-¿Usted recuerda
que desde el Soviet se vertían y lanzaban consignas en contra de
la CNT?
R.-Allá el Soviet.
P.-¿Y además, en
contra de las Brigadas Internacionales?
R.-Allá el Soviet.
P.-Quién era
Tofaneno?
R.-No lo sé.
P.-¿No sabe Vd. que
era uno de los componentes de esa célula?
R.-No he estado
jamás en contacto con esta célula.
P.-¿Ni ha oído Vd.
lo que decía la Radio?
R.-No lo recuerdo.
P.-¿No era un
enviado de la “Obra Italiana” que está en relación con Vds.?
R.-Digo que no lo
sé ni lo recuerdo. Ni quien lo enviaba si es que se enviaba.
P.-¿Cuántas radios
emisoras tenía el POUM?
R.-Yo he hablado
varias veces con una sola.
P.-¿En Valencia?
R.- En Valencia no.
P.-¿Y en Madrid?
R.-En Madrid, había
una radio emisora.
P.-¿Las radios
éstas, daban emisiones de noticias y discursos en idiomas
extranjeros?
R.-Sí.
P.-¿Quien daba esas
noticias y pronunciaba esos discursos?
R.-Sé que el plan
trazado por los discursos era: los alemanes combatir a Hitler;
contra el fascismo italiano, discursos en italiano, combatiendo
al asesino Mussolini y al régimen fascista italiano. Y, cuando
se hablaba en polaco o en ruso el plan era desvirtuar y deshacer
las calumnias de la Pravda, Izvestia y otros periódicos contra
nosotros y para los discursos en francés combatir la política de
No Intervención, que nos ha estado asesinando y en general,
defender, conforme un derecho toda nuestra situación política.
P.-¿Vd. como
elemento del Comité Ejecutivo controlaba esto o sabe si se
controlaba lo que se decía en estas informaciones?
R.-Las emisiones
estaban confiadas a camaradas responsables y de confianza.
P.-¿Y está Vd.
seguro de que a través de la emisora del POUM no se haya
comunicado nada a Franco?
R.-Estoy
completamente seguro.
P.-Pero Vd. no
controlaba las emisiones directamente, personalmente.
R.-No, porque tenía
muchas cosas que hacer. Pero tengo confianza en los camaradas
que se colocaban allí y tengo la seguridad de que no se han
podido comunicar jamás tales cosas.
P.-¿Vd. conocía
a Bartolomé Costa que en unión de Daniel Rebull fue a Méjico?
R.-Yo no me he
ocupado de ese viaje a Méjico, pues por razón de mi cargo tenía
otras muchas cosas de qué ocuparme.
P-¿Usted recuerda
si en el domicilio del Comité Ejecutivo, en el domicilio del
POUM, la policía encontró muchos títulos de la Deuda Pública?
R-No lo sé.
P.-¿Pero Vd. sabe
que existían esos títulos?
R.-Nunca he
negociado con títulos de la Deuda. No sé nada.
P.-¿Y sabe Vd. si
existían efectos públicos, pertenecientes a entidades privadas,
como la Transatlántica, por valor de varios millones?
R.-No creo que
ascendiera a tanto.
P.-¿Pero Vd.
ignoraba esto?
R.-Yo tenía mucho
trabajo con los problemas internacionales y con otras
ocupaciones, pero representante de una revista teórica, entre
otras, y no podía ocuparme de esos detalles y, en consecuencia,
no me ocupaba.
P.-¿No es cierto
que los encargados por Vd. de realizar registros por las casas
se incautaban de todos los valores que podían para entregárselos
al POUM?
R.-Yo no he
encargado jamás a nadie que efectuara registros por las casas.
P.-El 18 de abril
de 1937, desde Perpignan, Bartolomé Costa, en carta manuscrita
escribe a los camaradas del Comité Ejecutivo diciéndoles que las
expediciones que estaban en Cerbere, listas a pasar por Port-Bou,
dice así la carta: (aquí texto de referencia relativo a
ofrecimiento de armas). ¿Qué hay de esto? ¿Mandó Vd. a alguien a
comprar armamento fuera de España?
R.-Yo mismo,
estando en viaje por el extranjero, he recibido centenares de
ofertas de armamento, que transmitía a la Comisión de compras de
armas de guerra y a la Embajada Española. Yo no he comprado
armas. Y lamento no haber comprado fusiles y ametralladoras y
todo el armamento que me hubiera sido posible para aplastar al
fascismo.
P.-¿Por qué causas,
en La Batalla, constantemente cuando se trataba de mandar las
armas al Frente, se hacía oposición a que las armas fueran
enviadas al Frente?
R.-No recuerdo que
así fuera.
P.-Incluso en un
manifiesto del Comité Ejecutivo se decía que los periódicos de
Madrid abogaban porque las armas fueran al frente y en la propia
Batalla, cuando se supo que los periódicos y las organizaciones
todas antifascistas, pedían que las armas fueran al frente, se
dijo: “Nosotros no queremos que vayan al frente las armas. Los
obreros deben continuar armados en la retaguardia para defender
la revolución. Si se publicaba eso aquí en Barcelona, ya
daríamos cuenta pronto de aquellos que lo publiquen”. Poco más o
menos esas eran y aún ciertamente, más contundente. No es que
esas armas que Vd. quería comprar eran para la organización de
la retaguardia, para preparar un levantamiento en contra del
Gobierno legítimo?
R.-No he tenido
jamás la pretensión de preparar levantamientos. No hemos dado
jamás órdenes en el sentido de que se entorpeciera el envío de
las armas al frente. Cuando nosotros nos oponíamos a que los
obreros de la retaguardia fueran desarmados, nos referíamos a
las pistolas.
P.-¿Usted conoce a
Molins y a Portela?
R.-Mucho.
P.-¿Recuerda Vd.
que los dos estuvieron en Francia?
R.-Portela estuvo
en Francia durante los años de la dictadura y no ha vuelto
después a Francia.
P.-¿Y Antonio Mollá?
R.-Creo recordar
que sé de un Mollá que estuvo en Francia y que ha hecho algunas
cosas por su cuenta.
P.-¿Quiere Vd.
decirme qué hizo el Comité Ejecutivo con la Anunciación de El
Greco, que se envió por medio de Portela al extranjero y de
Molins y Fábregas?
R.-Yo conozco un
Portela que es militante nuestro en Francia y supongo que no se
referirá a éste y Molins y Fábregas no han ido a Francia más que
después de nuestra detención.
P.-Fue mucho antes,
a principios de 1937. ¿Les mandaron Vds. allí, llevando la
Anunciación de El Greco para vender el cuadro a Franco?
R.-No es cierto. El
Portela de la Anunciación del Greco, según consta en el sumario,
no pertenecía al POUM y nada más he de decir a este respecto.
P.-¿Mandaron Vds. a
Francia gran cantidad en billetes del Banco de España?
R.-No me he ocupado
nunca de cuestiones económicas ni financieras.
P.-¿No es cierto
que el tal Mollá pidió a Vds. los del Comité Ejecutivo, que le
enviaran falsificado un sello en seco para sellar los billetes
del Banco que se enviaran a Francia?
R.-Nunca he
falsificado sellos. Yo no he tenido conocimiento de semejante
Cosa. Contesto por mí.
P.-¿Cuántos
afiliados aproximadamente tenía el POUM?
R.-No lo sé
exactamente.
P.-Qué cuotas
pagaban?
R.-De esto se
ocupaba el consejo administrativo del Partido, del cual yo no
formaba parte.
P.-¿Qué ingresos
tenía el POUM?
R.-No lo sé.
P.-¿Pero tenía
bastantes ingresos para mantener periódicos, radios y para
comprar armamento en Francia?
R.-Como cualquier
otro partido, absolutamente ninguno de los que actúan en estos
momentos en la España leal no tienen los suficientes medios para
eso, Sr. Fiscal.
P.-La gran cantidad
de dinero que Vds. manejaban, se lo mandaba el Estado Mayor
Alemán?
R.-No. Muchos de
los medios de prensa, de radio y de propaganda y actuación
general del Partido, se confiscaron revolucionariamente el 19 de
julio, arrebatándolos a la burguesía para ponerlos a disposición
de la revolución proletaria, con mucha honra. Los demás, se han
recogido, y los demás nos han sido remitidos por miles y miles
de francos, centenares de libras, miles de dólares y de coronas
por los partidos, por organizaciones del proletariado
internacional, lo cual demuestra la solidaridad revolucionaria
de este proletariado hacia la revolución española y hacia el
POUM especialmente. Esto lo han hecho todos los partidos y todas
las organizaciones.
P.-¿Directamente al
POUM?
R.-Algunas si, y
otras a la UGT y otras al PS, otros a la CNT y así, en toda la
prensa, puede haber listas de esta naturaleza, Sr. Fiscal.
P.-¿Y se mandaban
estos recursos en gran cantidad?
R.-En bastante
cantidad. Pero conste que no hacíamos gasto por valor de
millones.
P.-El viaje a
Méjico que hicieron los representantes del POUM entre ellos
Daniel Rebull, ¿dio muchos resultados? Porque, precisamente
Méjico es la nación que más nos ha favorecido.
R.-Desde el punto
de vista económico, lo ignoro. Sólo sé que el resultado de la
propaganda fue bueno, por cuanto nuestros camaradas que fueron a
aquel país, asistieron a unos 150 o 160 actos de propaganda en
favor de la causa antifascista.
P.-¿Cómo explica
Vd. fueran a traer dinero de Méjico para el Partido y regresaran
sólo con cien dólares?
R.-Nosotros no
hemos mandado a nadie a buscar dinero a Méjico ni a ningún otro
país.
P.-Pues así,
¿podría Vd. decirnos de dónde recibían el dinero?
R.-Si; la Izquierda
Socialista del Partido Socialista francés que dirige la
Federación del Sena; el Partido Laborista Independiente de
Inglaterra; el Partido Socialista Obrero Revolucionario de
Holanda; El Partido Socialista de Suecia; el Partido Socialista
Obrero Alemán, que vive en la emigración debido a las
persecuciones hitlerianas; el Partido Socialista Maximalista
italiano, que tiene distribuidos sus miembros en ocho o diez
países ante las persecuciones de Mussolini, y, también, diversas
ligas obreras de Nueva Zelanda, África, Estados Unidos y Canadá
y diversos países del Centro y Sur de América. Es decir, todas
las fuerzas obreras independientes de la II y III Internacional
y, especialmente, algunas fracciones importantes de la II
Internacional que están de acuerdo con nuestra posición y nos
han demostrado su solidaridad, que proclamamos agradecer desde
este banquillo.
P.-¿No es cierto
que a partir de diciembre, todos los envíos eran al Frente
Popular?
R.-Algunos envíos
eran directamente a nuestro Partido; otros a la CNT, otros al
Partido Socialista y a la UGT y por millones los recibían de la
URSS el Partido Comunista, sin pasar por el Frente Popular.
P.-¿Así pues, al
POUM, le mandaban?
R.-Al POUM también
se le mandaba para el POUM.
P.-Recuerda Vd. que
en febrero de 1937, el 14 precisamente de febrero de 1937, el
Comité Central Militar del Partido, organizó en Lérida una
especie de reunión.
R.-Se celebraron
varias reuniones.
P.-¿Y mandaron a
Vds. a Arquer como representante del Partido a Lérida?
R.-¿En Lérida ? Me
extraña, porque todas las reuniones se han celebrado en
Barcelona.
P.-Vd. conoce a
Pelegrí?
R.-Sí; ex-Fiscal de
Lérida y militante del POUM.
P.-Le ruego que al
folio 950, vea el procesado, por si la reconoce, la firma de
Pelegrí.
R.-Me anticipo a
manifestar que no conozco la firma de Pelegrí. He visto y
conozco a Pelegrí, pero no conozco su letra ni su firma.
P.-No obstante,
¿quiere Vd. ver si conoce el tipo de máquina o el papel que
utilizaba el Partido?
R.- (Mirando el
documento). No conozco este tipo de máquina de escribir, entre
otras razones, porque no soy experto en máquinas.
P.-¿Era corriente
en el Partido extender los documentos en esa forma?
R.-No; lo corriente
era firmarlos de puño y letra.
P.-¿Así Vd. no
recuerda nada de ello?
R.-No me he ocupado
de esas cosas, Sr. Fiscal.
P.-¿Y con relación
al levantamiento de mayo, prepararon Vds. algo en relación con
el mismo?
R.-Nadie podía
preparar nada en ese sentido, por cuanto fue una sorpresa no
sólo para nosotros, sino para todas las demás organizaciones
obreras de España. Sabíamos que el ambiente estaba muy excitado
y también sabíamos y conocíamos las provocaciones a que
sistemáticamente se entregaban un Partido de Cataluña y un
Partido de España, pero en concreto, no sabíamos lo que había de
ocurrir, y menos la fecha.
P.-¿Vd. dice que
existían diversas provocaciones por parte del Gobierno?
R.-No lo he dicho
Sr. Fiscal. No he dicho que existían provocaciones por parte del
Gobierno, sino que he hablado de un Partido de España y de otro
de Cataluña.
P.-¿Y qué
significado concreto tiene, pues, la frase de que los obreros
velaran con “armas al brazo” y que el pueblo “estaba velando con
las armas”?
R.-Al afirmar en
nuestro manifiesto que la clase obrera velaba “arma al brazo”
desde hacía dos días, era por lo siguiente: porqué hacía
precisamente dos días cuando se publicó ese manifiesto, se
efectuó el entierro en Barcelona de un guardia civil, al cual
asistieron, en forma provocadora, varios centenares de guardias
civiles.
P.-No; la pregunta
concreta es ésta. Tenga Vd. en cuenta de que se está hablando de
provocación, que Vd. está hablando de provocaciones, que ya
conocían Vds. la provocación; luego, esa provocación que Vds.
conocían dio motivo a que dijeran Vds. en el manifiesto de
primero de mayo que los obreros estaban “arma al brazo” desde
hace dos días y debían continuar vigilantes.
R.-La actitud de la
guardia civil, la conocía todo el pueblo de Barcelona.
P.-¿Y el
conocimiento de esta provocación les hizo escribir a Vds. esto?
R.-Exacto. Como
respuesta espontánea a aquella provocación.
P.-¿No celebraron
Vds. reuniones y enviaron consignas al frente, especialmente a
la 29 División, antes de esto?
R.-No.
P.-¿La prensa que
no era del POUM hablaba de provocaciones?
R.-Bastará hojear
Solidaridad Obrera órgano de la CNT en Barcelona y aún algún
otro órgano de partido y organizaciones de Cataluña.
P.-¿Recuerda Vd.
que a finales de abril se registraron por Lérida y Gerona
algunos desórdenes públicos?
R.-No lo recuerdo.
Sólo sé que en un pueblo de Tarragona, en Fatarella se
registraron desórdenes que ocuparon la atención de aquellos
días.
P.-¿Y qué concepto
le merecían a Vd. aquellos desórdenes?
R.-Eso ocurre en
todas las revoluciones.
P.-¿El movimiento
de 3 de mayo, no fue debido a las constantes excitaciones de La
Batalla y al manifiesto del POUM?
R.-No lo creo de
ninguna manera.
P.-¿Vd. recuerda
que en 2 de mayo la Fuerza Pública entró en la Telefónica?
R.-El 3 de mayo.
P.-El 2 de mayo, y
sin disparar un tiro, entraron unos cuantos números y después se
retiraron de la Telefónica al intervenir los partidos. ¿Recuerda
Vd. este detalle del 2 de mayo?
R.-La nota que
tengo vivida por mí, es que fue el día 3. Pero yo no estaba en
la Telefónica. Me parece recordar que fue el día 3 cuando la
Fuerza, al mando de Rodríguez Salas, fue a la Telefónica.
P.-¿Había alguien
del POUM en la Telefónica?
R.-Del POUM no
había ningún militante. La Telefónica estaba bajo el control de
la CNT y UGT.
P.-Pero la mayoría
de los militantes del POUM pertenecían a la UGT.
R.-Pero en la
Telefónica no tenía ningún militante el POUM.
P.-¿El POUM
tenía una Brigada, la 135 B. M.; que estaba alojada en el
Cuartel Lenin?
R.-No me he ocupado
de cuestiones militares. Había una División patrocinada por el
POUM; y yo he estado dos o tres veces para arengar a los
milicianos que marchaban al Frente a dar su sangre.
P.-¿Recuerda Vd. si
cuando celebraban una conferencia telefónica, las autoridades
militares y civiles de Valencia y Barcelona estaban
constantemente controlados, siempre controlados por individuos
que estaban en la Telefónica?
R.-No he
intervenido en los servicios ni organización de la Telefónica.
P.-¿No sabe Vd. que
se ejercía sabotaje constante y control sobre estas
conferencias?
R.-Lo ignoro.
P.-Vd. no ignorará
que este fue el motivo para que el Gobierno se incautara de la
Telefónica. y cuando el Gobierno se incautó de la Telefónica –ya
llegamos al 3 de mayo–, lo hizo con la intervención de tres
camionetas de Guardias de Asalto. ¿Y recuerda Vd. si el POUM
apenas se registraron aquellos hechos se dirigió a la Radio de
Cataluña con el propósito de asaltarla?
R.-Lo ignoro en
absoluto.
P.-¿Es cierto que
el Comité Ejecutivo dio órdenes a la 135 Brigada Mixta en un
sentido determinado?
R.-El Comité
Ejecutivo no dio orden alguna a la 135 Brigada Mixta.
P.-¿Y el comandante
Bonet, que mandaba la Brigada?
R .-Lo ignoro en
absoluto.
P.-¿Se publicó La
Batalla el día 4?
R.-Sólo un día dejó
de publicarse.
P.-¿Y el día 5 se
publicó?
R.-Sí, se publicó.
P.-¿Y el día 6, se
publicó?
R.-Se publicó.
P.-¿O sea, que La
Batalla fue el único diario que se publicó en aquellos días en
Barcelona?
R.-En todo caso,
este hecho demostraría una diligencia mayor en nosotros.
P.-¿Recuerda Vd. si
las Fuerzas de la 135 Brigada Mixta vendían La Batalla por la
calle?
R.-Ignoro quienes
vendían La Batalla. Pero desde luego, tengo el convencimiento de
que podía ser vendida por todos los obreros y soldados.
P.-¿Quién dio la
orden de retirada de las Fuerzas de la División 29 del Frente de
Aragón?
R.-Lo ignoro. Lo
único que puedo decirle es que yo, como seguramente todo el
mundo, escuchó los discursos que se lanzaron por la radio
aquellos días.
P.-¿Alguien del
POUM se dirigió por la Radio a los obreros que estaban luchando
en la calle, para apaciguarles?
R.-Que yo recuerde,
no.
P.-¿El POUM no fue
el único Partido que patrocinó el levantamiento de Mayo?
R.-El POUM no pudo
patrocinar aquel movimiento que se produjo espontáneamente
contra la ocupación de la Telefónica.
P.-¿El Comité
Ejecutivo del POUM, al adherirse al movimiento, consultó con
alguien o fue una determinación espontánea de los que formaban
parte del Comité Ejecutivo?
R.-Todos los
obreros revolucionarios de Barcelona que lo han sido y lo son,
al producirse el conflicto de la Telefónica, reaccionaron
espontáneamente.
P.-¿Consultaron con
sus afiliados para adherirse a la rebelión?
R.-El POUM se
encontró con un movimiento espontáneo en la calle que nadie
había preparado, ordenado ni decretado. Ni el POUM ni ningún
otro partido.
P.-¿El Comité
Ejecutivo consultó con sus afiliados para adherirse?
R.-Para adherirse,
no.
P.-¿Mandaron Vds.
consignas a las comarcas catalanas?
R.-No recuerdo
haber mandado consigna alguna entre otras razones por la
imposibilidad de hacerlo, toda vez que las comunicaciones
estaban cortadas.
P.-¿Y
concretamente, no mandaron consigna alguna a Sabadell?
R.-No lo recuerdo.
P.-¿Mandaron Vds.
consigna a la 29 División mandada por Rovira?
R.-Desde luego, no;
porqué las comunicaciones con el frente eran muy difíciles y
aunque las comunicaciones hubieran sido fáciles, no hubiéramos
mandado semejante comunicación. Y la 29 División, según tengo
entendido por un comunicado del E.M. Central, no abandonó su
puesto de combate, que continuó ocupando con gran honor.
P.-El día 1º de
Mayo se reunió el Consejo de la Generalidad y se publicó una
nota diciendo que se apreciaba un mejoramiento general de la
situación desde el punto de vista del orden público y se formó
una comisión integrada por el primer consejero y los consejeros
de Seguridad Interior para tratar del orden público. ¿No
recuerda Vd. este detalle?
R.-No formaba parte
ni del Gobierno ni de la Comisión y ello explica que no pueda
saberlo.
P.-Ahora una
pregunta concreta. ¿El Comité Ejecutivo del POUM, sabía que el
Gobierno de la República tenía preparada una ofensiva para los
primeros días de marzo en el frente de Madrid?
R.-El Comité
Ejecutivo no estaba en los secretos del Gobierno ni tenía porqué
estarlo. No lo sé.
P.-Así es que si el
Comité Ejecutivo ha publicado con posterioridad al movimiento de
mayo un manifiesto afirmando esa ofensiva, ¿será cierto o no?
R.-Ignoro si será
cierto.
P.-¿Después de la
sublevación o putsch?
R.-(Interrumpiendo). No fue putsch.
P.-Después de la
sublevación o putsch; ¿celebró el POUM una reunión del Comité
Central?
R.-Sí; yo mismo
asistí al acto.
P.-Y en esta
reunión del Comité ampliado del POUM, que se celebró el día 11
de mayo de 1937, en la que se estudió la labor desarrollada
durante el movimiento, ¿recuerda Vd. cómo intervino en ella?
R.-Sí, claro; se
trataba de una cuestión de política muy importante.
P.-¿Recuerda Vd.
que en dicha reunión, precisamente Rovira explicó cómo abandonó
el frente de Huesca y se dirigió a Binéfar?
R.-No guardo ningún
recuerdo ni de la asistencia de Rovira.
P.-Rovira manifestó
que se efectuaron enlaces con la División Ascaso, celebrándose a
este efecto una reunión con Bujaraloz, y se propuso no
intervenir, pero sí tomar una serie de disposiciones y como
primera providencia marchó a Binéfar. Llegó un representante del
Comité Nacional y otro del Regional; y se habló de aviones y de
baterías que estaban preparados y explicó la entrevista con el
comandante Reyes; también explicó cómo fue cercada por la
División ésta, la División Carlos Marx por si se decidía a
intervenir. ¿Es cierto esto?
R.-Se habla de
Ascaso y de Agustin Regull, pero no se explica la relación con
el POUM.
P.-Si; se habla de
la División 29 mandada por Rovira.
R.-También se
hablaba de la División Ascaso.
P.-¿Pero es cierto
que Rovira se viniera a Binéfar?
R.-No sé ni
recuerdo nada. No teníamos en aquellos días ningún enlace con el
frente.
P.-¿Recuerda Vd. si
el POUM mandó consignas a Sabadell en aquellos días?
R.-No podíamos
comunicar con Sabadell aquellos días, porque las comunicaciones
estaban cortadas.
P.-Pues en el acta
se dice que en Sabadell se recibieron consignas de Vds.
R.-Pues lo cierto
es que no se mandaron consignas a Sabadell, por la falta de
comunicaciones.
P.-Vamos a leer a
este respecto un documento. (Se leen los documentos de
referencia).
R.-Yo sólo sé que
algunos camaradas de Sabadell no estuvieron de acuerdo y no
tuvieron fuente de información con lo que ocurría en Barcelona,
por razón de que las comunicaciones telegráficas y por carretera
estaban cortadas y en consecuencia, no había manera de ponerse
en relación con los camaradas de ninguna comarca.
P.-¿Usted dice que
no se mandaron consignas a Sabadell y mire Vd. lo que se dice en
el acta de esta reunión (los documentos de referencia). Esta es
la consigna que el Comité Ejecutivo mandó a Sabadell y a otros
puntos.
R.-Repito que no
había comunicaciones; que las comunicaciones con las comarcas
estaban cortadas; pero tambIén le digo, Sr. Fiscal, y afirmo con
plena responsabilidad en nombre del Partido que nuestro Partido
se adhirió al movimiento que estaba en la calle, para recogerlo,
pero no nos comunicamos con las comarcas porque no había medios,
que yo sepa, de establecer comunicaciones en aquellos momentos.
P.-¿Pues por qué en
el acta hizo Vd. constar esto en contra de los compañeros de
Sabadell?
R.-Yo no he
redactado esta acta.
P.-Pues léase el
acta correspondiente, a ver si reconoce la misma como auténtica.
¿Quiere Vd. tener la bondad de leerla?
R.-(Después de
mirar el documento de referencia). Aquí veo un papel escrito,
sin sello ni firma del Partido; y por ello no puedo saber si es
del POUM o de dónde procede. Como no hay firma ni sello alguno,
no lo puedo saber.
P.-En un registro
que se le hizo a Vd. se encontraron varios documentos escritos a
máquina, en los cuales se hablaba de que convenía que estuvieran
preparados todos los del POUM para la actuación clandestina para
el movimiento de mayo. ¿Quiere Vd. explicarme por qué ya se
tomaban estos acuerdos o porque se preparaba la actuación
clandestina del POUM?
R.-No creo que se
adoptara ningún acuerdo en este sentido, y si se adoptó, vendría
justificando en aquel período en que se trataba de nuestra
perduración y la menor precaución, como en todo partido que
quiera existir, era organizarse para existir como fuera.
P.-Y de un escrito
firmado por Pelegrí en Barcelona el 17 de mayo de 1937 pidiendo
nombres y cargos de los camaradas del Partido que estuvieran en
el Ejército Popular, ¿qué puede Vd. decirnos? ¿Se trataba de
coordinar el esfuerzo de todos los camaradas del Partido? ¿Sabe
Vd. algo de ello?
R.-Yo no me he
ocupado de cuestiones militares; pero todos los partidos llevan
el control y la administración de sus militantes, se encuentren
donde se encuentre. Es ésta una norma de todos los partidos.
P.-¿La Juventud
Comunista Ibérica, era filial del POUM?
R.-Era al POUM lo
que las juventudes de todos los partidos representan en relación
a éstos.
P.-¿Estaba esa
Organización controlada por alguien del Comité Ejecutivo?
R.-Estaba en
contacto permanente con el Comité Ejecutivo.
P.-¿Tenía la misma
línea política que el POUM?
R.-Naturalmente.
P.-¿Cooperó con
el Comité Ejecutivo en cuanto se hizo?
R.-Naturalmente;
como organización filial del POUM.
P.-La prensa
publicada por ellos, ¿la conocía Vd.?
R.-Sí; me
preocupaba por leerla.
P.-¿Recuerda Vd. si
después de ser Vd. detenido continuó publicándose La Batalla
clandestinamente?
R.-Es posible.
Claro está que todo se hacía desde la cárcel; pero siento gran
orgullo, porque nuestro partido supiera defender a sus hombres y
el honor del partido mediante la prensa.
P.-¿Y Vd. leyó esos
números clandestinos?
R.-¿No los he de
leer? Los he leído con avidez.
P.-¿Puede Vd.
decirnos el juicio que le merecían estos acuerdos de su partido?
R.-Si tengo
críticas que hacer con respecto a la línea política de mi
Partido, lo haré ante un Congreso.
P.-¿Y Vd. se
consideraba adherido a la continuación de La Batalla?
R.-Estaba orgulloso
de que nuestro Partido continuara defendiendo el honor de sus
hombres, desde el propio Partido. Es lo único que puedo
contestar.
P.-¿Vd. estuvo en
Paris y Londres en octubre de 1936?
R.-En París tomé
parte en un mitin que se celebró en el Velódromo de invierno, al
cual tenía que acudir también Durruti. En este mitin hablaron
diversos representantes de partidos obreros; y en cuanto a
Londres, he de decir que me expulsaron de Inglaterra por
considerarme como el representante del partido más
revolucionario de Cataluña.
P.-¿No pudo Vd.
hablar en Londres?
R.-No; me
detuvieron en Croydon, y después de seis horas hube de emprender
el regreso a París. En Croydon me hicieron dos interviús los
periodistas ingleses, y yo envié unas cuartillas para que fueran
leídas en los actos que se habían organizado. Concedí interviú a
los periodistas, porque era lo único que en aquellas
circunstancias podía hacer.
P.-¿El ir a estos
mítines al extranjero era para exponer la política de su
partido?
R.-Íbamos allí
autorizados por el Consulado Inglés y con el aval de una
Consejería de la Generalidad.
P.-¿Recuerda Vd.
cómo en aquellos días de septiembre criticó Vd. al Frente
Popular y después de constituido el Gobierno presidido por Largo
Caballero, se colocó Vd. contra él? ¿Tenía Vd. el propósito de
hablar en Londres de las nuevas tendencias del partido?
R.-Era para hablar
de la revolución española y la necesidad de apoyar la causa
española y defender la línea del POUM, tan legítima como otra
cualquiera.
P.-¿Recuerda Vd.
haber exteriorizado que agradecía a la URSS la ayuda que nos
prestaba, pero no quería en modo alguno estar sometido al
Gobierno de Moscú?
R.-Exacto.
P.-¿Es cierto que
Vd. decía que estaba nuestro Gobierno sometido a Moscú?
R.-Decía, que la
ayuda soviética era para agradecerla, pero no permitiría jamás
en nombre de esa ayuda se interviniera la política del Gobierno
del pueblo español.
P.-Vd. significaba
que el Embajador y el Cónsul de la URSS eran los que
intervenían.
R.-Las campañas del
periódico se basaban en manifestaciones de Largo Caballero.
Nosotros sabíamos los manejos de Moscú y esto que lo sabían
todos, lo callaban; y quizá los únicos que tenían el valor de
decirlo, éramos los del POUM en nuestra prensa, y no nos
arrepentimos de ello.
P.-¿Reconoce Vd.
que los únicos que dijeron esto eran los del POUM?
R.-¿Los únicos? No
lo sabemos. Porque no controlamos la prensa de los demás.
P.-¿Y eso era
siguiendo consignas que les daban a Vds. la organización
fascista internacional?
R.-A nosotros nadie
nos ha dado consignas.
P.-¿No reconoce Vd.
que la guerra que sostenemos no es una guerra de invasión ni
guerra nacional, sino una guerra en contra de los rebeldes? ¿No
reconoce Vd. que el hecho de la invasión, o sea la invasión
italo-alemana, es simplemente, en definitiva, ayuda a Franco y
además que no hay guerra nacional, porque el Gobierno de la
República no ha declarado la guerra a Italia ya Alemania?
R.-Es cierto; pero
el Sr. Fiscal, me permitirá que me explique.
P.-¿Vd. reconoce
que la guerra que sostenemos es una guerra nacional o una guerra
de invasión?
PRESIDENTE. -Queda
separado el tema, porque ya se habló ayer.
P.-¿Eran éstas las
consignas que se señalaban por toda la prensa fascista
internacional?
R.-Ignoro las
consignas de la prensa fascista internacional.
P.-¿Ha afirmado Vd.
que el Gobierno presidido por Largo Caballero con participación
de la CNT era un Gobierno contrarrevolucionario?
R.-No; era un
Gobierno que no nos daba satisfacción completa, porque no era un
gobierno de obreros y campesinos. Eso afirmé y eso afirmo.
P.-¿Ha reconocido
Vd. que el POUM casi no se ocupaba de la guerra, sino
principalmente de la revolución?
R.-Se ha ocupado de
la guerra como cuestión central, como lo acredita la mayoría de
las páginas de la colección de nuestra Prensa, que el Sr. Fiscal
ha leído muy bien.
P.-En resumen: ¿Han
recibido Vds. dinero de Alemania e Italia para trazar las líneas
de conducta a partir del 3 de septiembre de 1936?
R.-¡No! ¡No! Sr.
Fiscal.
PRESIDENTE. -La
presidencia ruega al procesado que evite ese tono en las
respuestas.
R.-No puedo
contestar de otra manera a una pregunta de esa naturaleza.
PRESIDENTE. -Pues
el procesado ha de procurarlo.
R.-Bien, lo
procuraré. No, Sr. Fiscal, no hemos percibido dinero de Alemania
e Italia.
P.-Sr. Presidente.
Este Ministerio no tiene que formular más preguntas al
procesado.
PRESIDENTE. -Puede
la Defensa interrogar al procesado.
DEFENSA. -Con la
venia de la Presidencia. Como la mayoría de las preguntas
planteadas por el Ministerio Fiscal se han referido a la
conducta política del POUM, yo pregunto: ¿ha seguido el POUM una
política de coto cerrado contra los pactos de las demás
organizaciones obreras y burguesas?
R.-El POUM, en su
principio y en su táctica, admite la necesidad, en determinadas
circunstancias de figurar al lado de las demás organizaciones
obreras y partidos de la pequeña burguesía, siempre que sea para
ir contra la reacción, contra el fascismo y contra un peligro
que amenace a la clase obrera. y buena prueba de ello es que el
POUM firmó el pacto del Frente Popular, con anterioridad a las
elecciones de Febrero.
P.-¿Vds. han creído
alguna vez que el camarada Largo Caballero y los demás Ministros
que con él formaron Gobierno eran contrarrevolucionarios?
R.-Hemos creído que
eran obreros, jefes de partido o militantes de partido obrero,
que no coincidían con nuestra posición revolucionaria, pero eso
no quiere decir que hayamos creído que eran
contrarrevolucionarios. Eran socialistas moderados,
representantes de pequeños burgueses, pero no
contrarrevolucionarios.
P.-¿Qué concepto
tenían Vds. de la CNT y FAI en relación a la ideología general
que Vds. sustentan?
R.-Hemos creído que
la CNT defendía puntos de vista que no son los nuestros; pero
hemos creído y creemos, que los militantes de la CNT eran
militantes honestos y revolucionarios, como lo han probado dando
su sangre en los frentes.
P.-¿Vds. tienen
alguna relación ideológica o de disciplina con los grupos
trotskistas, con los grupos que forman la IV Internacional?
R.-Absolutamente
ninguna relación orgánica, ni con Trotsky ni con los grupos
trotskistas.
P.-Sin embargo, ¿es
cierto que el POUM hizo gestiones para conseguir hospitalidad a
Trotsky en Cataluña?
R.-Si; al ver la
persecución monstruosa de que era víctima uno de los más
gloriosos jefes de la revolución rusa por parte del actual
detentador del Estado soviético y al ver como se le
imposibilitaba la estancia en todos los países, nosotros
creíamos que podíamos ofrecerle un refugio en nuestro país; y
por eso pedíamos que se refugiara en Cataluña, y nos
enorgullecemos de haberlo hecho así.
P.-¿Y las gestiones
dieron resultado?
R.-No.
P.-¿En los viajes
que ha realizado Vd. con representación oficial del Partido al
extranjero, no se ha puesto Vd. en contacto además de con los
seis o siete partidos reunidos en el Buró de Londres, con alguna
otra organización obrera socialista o marxista?
R -He estado en
relación con el Partido Socialista francés, que me ha invitado a
asistir a tres o cuatro de sus reuniones, de la Comisión
Administrativa, y con múltiples partidos obreros extranjeros,
incluso republicanos, y con múltiples de sus órganos que me han
pedido interviús y en todas las ocasiones he criticado la
política de No Intervención y he pedido siempre la ayuda a
nuestra causa.
P.-La frase velar
las armas ¿Vd. la escribió como una cosa literal o significa
sólo estar prevenido?
R.-Estar prevenido.
Es difícil que los obreros puedan estar todos con un fusil en
las manos.
P.-¿Vd. se fijó si
en el periódico La Batalla, en el que se daban noticias de la
caída de Málaga y de la invasión alemana, figuraba también en el
mismo número y plana en gruesos caracteres otro titular
verdaderamente antifascista como todos los de La Batalla?
R.-No me fijé en
esto.
P.-¿Vds. han
mantenido el criterio cerrado de qué todos los técnicos
militares son fascistas?
R.-Jamás. Nosotros
hemos mantenido siempre el criterio de que el control del
Ejército debe estar en manos de un comisariado compuesto por
representaciones de las organizaciones proletarias, pero que
deben utilizarse los servicios de los técnicos militares, de los
jefes y oficiales que permanecieron fieles, o de los que, bajo
el control de los obreros, se vieron obligados a aportar sus
conocimientos técnicos. Nosotros no hemos hecho jamás campaña en
otro sentido.
P.-¿Y con
referencia a las dificultades con qué tropezó la Generalidad,
sabe Vd. algo en relación a un decreto de incautación de todas
las cuentas corrientes que el Estado, la Delegación de Hacienda
tenían en el Banco de España, incautación que se hizo en
beneficio de la Generalidad?
R.-Exacto.
Incautación que proporcionó muy pocos millones, pero que
permitió adquirir las primeras armas para nuestros soldados.
P.-¿Vd. dijo que no
se recibían los fondos necesarios para la industria de guerra?
R.-Sí.
P.-¿Vd. reconoce
que Diego Abad de Santillán hiciera gestiones análogas cerca del
Gobierno de Madrid?
R.-Exacto, porque
era un miembro del Comité Central de la Defensa y del Consejo
Económico de Cataluña, e hizo diversas gestiones, lo mismo que
García Oliver y diversos representantes de Cataluña.
P.-En la
movilización obligatoria que Vd. pedía, ¿qué papel asignaba a la
burguesía?
R.-No le negaba el
derecho de combatir; pero lo que no les asignaba, era mando,
porque sólo confiaba en los obreros y campesinos.
P.-¿Vd. qué
concepto tiene en relación al año 1937 respecto a la serie de
valores mobiliarios que Vd. habrá visto relacionados en las
actas y que son de las distintas Compañías y Empresas que están
colectivizadas?
R.-Por mi parte no
me he ocupado nunca de estas cuestiones y no les concedí ningún
valor. Creo que no tienen ninguno.
P.-En la campaña
relativa a que las armas debían estar en el frente. ¿No es
cierto que se sostuvo por parte de las organizaciones
proletarias, que las armas que debían pasar al frente eran las
largas?
R.-Naturalmente; y
así se hizo.
P.-¿Vd. no
recuerda, puesto que se ocupaba de las cosas de prensa del
Partido, haber visto publicado no sólo en los periódicos de la
CNT sino del Partido Unificado de Cataluña, noticias o artículos
con anterioridad al mes de mayo, llamando la atención a los
militantes para que no se dejaran desarmar?
R.-No lo recuerdo;
pero desde luego el POUM se refería a las armas cortas.
P.-¿Vd. desde el
punto de vista de la importancia numérica en Cataluña y en
general en toda España qué trascendencia cree que tenia el POUM?
R.-En Cataluña,
tenia bastante fuerza. Sobre todo en Lérida, en Gerona y en la
provincia de Tarragona, pero era bastante débil numéricamente en
Barcelona y en las principales comarcas de esta providencia. En
Barcelona era quizá la ciudad donde proporcionalmente, menos
fuerza tenía el POUM.
P.-¿Usted considera
a Rovira. Jefe de la 29 División, como dependiente del POUM por
algún concepto?
R.-Rovira era un
militante del POUM, pero la División 29 estaba al mando
inmediato del Ministerio de la Guerra o de organismos de tipo
militar.
P.-¿Vds. habían
considerado como fuerza armada del Partido a la División 29?
R.-Jamás. En una
proporción muy pequeña había militantes del POUM; y los otros
eran simpatizantes, nada más o gente que se había inscrito en
ella como podía haberse afiliado a otra División.
P.-Nada más. Sr.
Presidente. He terminado mi interrogatorio.
PRESIDENTE. -Tenga
la bondad el procesado, de relatar al Tribunal, lo más
concretamente posible, la intervención que tuvo en los sucesos
de mayo.
R.-Ya he explicado
en mi respuesta al Sr. Fiscal, que mucho antes de que se
registraran aquellos sucesos, nuestro Partido, dada la
trayectoria que se observaba por parte de determinadas fuerzas
de Cataluña, creía que se iba a provocar una situación de lucha
intensa, muy grave en la retaguardia, que podía tener
repercusiones nefastas, incluso en los frentes. Insistentemente
protestábamos contra determinadas provocaciones y nos oponíamos
a ellas. Advertíamos y preveníamos a la clase trabajadora contra
ella; y más concretamente en el manifiesto del 1º de Mayo del
que tanto se ha hablado aquí, les decíamos y aconsejábamos a la
clase trabajadora que no respondieran a ninguna provocación ni
se entregaran a ningún movimiento esporádico que perjudicara la
causa de la guerra y la propia causa de la revolución.
Aconsejábamos a la clase trabajadora a que no diera lugar a que
los elementos provocadores que perseguían el aplastamiento de la
clase obrera, pudieran tener ocasión de conseguir su propósito,
mediante la actitud o conducta que expusimos en el manifiesto de
1º de Mayo nos encontramos en que, a causa de la ocupación de la
Telefónica, por fuerzas de Orden Público, mandadas por un
Comisario de Policía, miembro destacado del PSUC, la clase
obrera que estaba exaltada desde hacía mucho tiempo, por la
serie de provocaciones que venía sufriendo, ante la anulación de
sus conquistas revolucionarias. Entonces, la clase obrera, como
reacción a esa provocación, se lanzó a la calle y nosotros nos
encontramos con aquel movimiento en la calle, sin que pudiera
ordenarlo, encauzarlo, la CNT ni el POUM, ni ningún otro partido
ni organización, porque fue una reacción espontánea de la clase
obrera de Barcelona y ante aquel movimiento en la calle,
inmediatamente se reunió el Comité ejecutivo del POUM. Era un
movimiento muy grave. Era el movimiento que habíamos temido en
relación al cual habíamos prevenido a la clase obrera; pero el
movimiento no se había podido evitar; y allí estaba el
movimiento; en la calle y nosotros temíamos unas consecuencias
catastróficas para la clase obrera, pero la causa antifascista
en general, con repercusiones nefastas en los frentes. Era aquel
un movimiento esporádico, completamente sin dirección,
completamente espontánea. Y, naturalmente, lo peor que puede
ocurrirle a un movimiento, es que no tenga ninguna dirección,
que no se sepa a donde se va, ni lo que se quiere. Y había que
buscar una dirección consciente, con responsabilidad, de aquel
movimiento. Consta en el sumario que nosotros celebramos una
reunión aquel mismo día, con los elementos de la CNT y de la FAI
y los puntos de vista que examinamos en aquella reunión, fueron
los mismos; y convinimos que había que buscar una dirección
responsable; que había que recoger el movimiento, porque de lo
contrario, podía tener consecuencias terribles, podía conducir a
una derrota catastróficas para la clase obrera, haciendo el
juego a la reacción, que le permitía apoderarse de determinados
mandos y del poder, para machacar a la clase trabajadora. La CNT
dijo que sentía la misma preocupación y que precisaba canalizar
el movimiento, para que no condujera a una catástrofe
irreparable para la clase obrera. y la CNT quería lo mismo que
nosotros; quería que los elementos que habían provocado aquellas
luctuosas jornadas, fueran destituidos de sus cargos, y fueran
acusados como responsables de aquellos hechos. Eso quería la CNT
y eso queríamos también nosotros. y la prueba de que teníamos
razón, es que el Gobierno de la Generalidad, después de
transcurridos tres o cuatro días destituyó a los elementos que
la clase obrera de Cataluña, consideraba como responsables de la
provocación de aquel movimiento. Esto, en definitiva, era dar la
razón a nuestra posición. Nuestro Partido, ni una sola vez, en
aquellas jornadas, lanzó la consigna de apoderarse del poder; de
ir a la conquista de ese poder. Y para eso necesitaba,
naturalmente, un acuerdo de las organizaciones que representaban
la voluntad democrática y mayoritaria de Cataluña y,
naturalmente, lo que precisaba en aquellos momentos, lo que era
imprescindible necesidad, era canalizar ese movimiento, a fin de
que no condujera fatalmente a una catástrofe, a un aplastamiento
de la clase obrera un San Bartolomé de sangre, de sangre
proletaria.
PRESIDENTE.
-Procure Vd. eliminar de sus manifestaciones toda la parte de
literatura que es innecesaria.
R.-Que tenía razón
el POUM en su apreciación de los hechos, es prueba de que
después de haber dado la orden de retirada a la masa obrera, los
elementos provocadores habían de retirarse de la lucha. y al día
siguiente, día 6, cuando la clase obrera se retiraba conforme a
las órdenes de su organización responsable, elementos turbios,
elementos sospechosos, se entregaron a asesinatos por las
calles, lo cual demostró que efectivamente habíamos previsto con
razón, que aquello podía convertirse en un San Bartolomé de
sangre proletaria y únicamente una decisión de las
organizaciones podía evitarlo. Y nuestro Partido hizo cuanto
estaba en sus manos, cuanto le era posible, para que no se
convirtieran aquellos sucesos en una catástrofe de la clase
obrera. y nuestro Partido está orgulloso del papel que
desempeñó.
PRESIDENTE. -¿Tuvo
alguna otra intervención más el Partido en los sucesos de Mayo?
R.-No, Sr.
Presidente.
PRESIDENTE. -Queda
terminado el interrogatorio del procesado. Que comparezca otro
procesado.
Redactado: Octubre
de 1938.
ARRIBA
Sentencia nº 54, de 29 de octubre de 1938
«Tribunal:
Presidente, don
Eduardo Iglesias Portal. Magistrados, don Manuel Hernando
Solana, don Ernesto Beltrán Díaz, don Julián Calvo Blanco y don
Juan Manuel Mediano Flores.
En la Ciudad de
Barcelona, a veintinueve de octubre de mil novecientos treinta y
ocho.
VISTA en juicio
oral y público la causa procedente del Juzgado Especial
designado por el Tribunal Supremo para esclarecer hechos y
exigir responsabilidades a elementos del POUM, sumario número
uno, rollo número veintitrés de mil novecientos treinta y siete,
instruida por delito de espionaje contra los procesados JUAN
ANDRADE RODRÍGUEZ, de treinta y cuatro años de edad, casado,
periodista, hijo de Adolfo y de Vicenta, natural de Madrid y
vecino de Barcelona; JOSÉ ESCUDER POVES, de treinta y cuatro
años de edad, casado, periodista, hijo de José y de Pilar,
natural y vecino de Barcelona; JULIÁN GÓMEZ GARCÍA, de treinta y
seis años de edad, casado, hijo de Pascual y de Consuelo,
natural de Benifairó de les Valls y vecino de Barcelona; ENRIQUE
ADROHER PASCUAL, de veintinueve años de edad, casado, maestro
nacional, natural de Gerona y vecino de Barcelona, hijo de
Enrique y de Narcisa; PEDRO BONET CUITO, de treinta y seis años
de edad, casado, tipógrafo, hijo de Pablo y de Teresa, natural
de Lérida y vecino de Barcelona; DANIEL REBULL CABRÉ, de
cuarenta y ocho años de edad, casado, mecánico, hijo de Fidel y
de Dolores, natural de Tibisa (Tarragona) y vecino de Barcelona,
y JORGE ARQUER SALTÓ, de treinta y un años de edad, casado,
dependiente de comercio, hijo de Jaime y de Josefa, natural y
vecino de Barcelona: todos ellos en prisión por esta causa y
defendidos por el Letrado Don Vicente Rodríguez Revilla; siendo
parte acusadora el Ministerio Fiscal, representado por el
Abogado Fiscal del Tribunal Supremo, Excmo. Sr. Don José Gomis
Soler, y Ponente el Magistrado Ilmo. Sr. Don Ernesto Beltrán
Díaz.
PRIMERO
RESULTANDO: En el mes de julio de mil novecientos treinta y
seis surgió en España una sublevación militar que tenía por
objeto anular el régimen democrático del Estado para instaurar
otro de carácter autoritario, disolver los partidos y
organizaciones de ideario progresivo y hacer desaparecer las
mejoras económicas conseguidas por la clase obrera a través de
la política social desarrollada por los gobiernos republicanos.
Inmediatamente de tener conocimiento de tal suceso, los partidos
políticos republicanos, las organizaciones obreras y las masas
populares, que sin estar implicadas en idearios definidos
llevaban en sus sentimientos la tradición liberal del pueblo
español, se unieron de modo espontáneo para oponerse al acto de
fuerza de los organismos armados y defender las instituciones de
la República, defensa que se hizo en un principio a través de la
concepción que cada agrupación ciudadana tenía sobre la
organización social y la constitución del Estado. Esta actuación
inconexa de los diversos grupos que constituían la unión
defensiva del contenido democrático en la lucha contra los
sublevados y de impregnación en la vida nacional de los
principios propios de cada uno de ellos, creara dificultades al
gobierno, que era regulador de las más diversas aspiraciones, y
entorpeciera la defensa y la ordenación de la vida pública, en
términos que podían poner en peligro el triunfo del poder
legitimo sobre el faccioso instaurado por los sublevados.
Dándose cuenta de este peligro, los partidos políticos y las
agrupaciones obreras buscaron sus puntos de coincidencia y
separaron cuanto pudiera dividirles en la lucha emprendida y
resolvieron prescindir de la efectividad de sus propias
aspiraciones ideológicas para fortalecer al gobierno legítimo,
bien mediante su colaboración en el seno del mismo, bien por el
apoyo que desde fuera de él pudieran prestarle; de tal forma,
casi desde los primeros momentos de iniciarse la sublevación
militar, se llegó a definir en la conciencia de cuantos contra
ella luchaban que el deber de todos los españoles liberales era
el mantenimiento de las instituciones legítimas, la solución de
los problemas públicos dentro del marco constitucional y la
defensa de la República democrática como denominador común de
todas las tendencias progresivas, símbolo de convivencia de los
españoles y estado político que permite un desarrollo pacífico
de todos los idearios. El Partido Obrero de Unificación
Marxista, agrupación política legalmente constituida, que aspira
a la instauración de un régimen de economía socialista y de
dictadura proletaria en sus comienzos, mediante el desarrollo de
las teorías revolucionarias que le son propias y que le
mantienen alejado de las diversas uniones internacionales, fue
uno de los que, desde los primeros instantes de la sublevación,
luchó contra los rebeldes al lado de los demás elementos
antifascistas. Mas dicho partido, que estaba dirigido y
orientado por su Comité ejecutivo, del que formaban parte los
procesados en esta causa Julián Gómez García, Jorge Arquer
Saltó, Juan Andrade Rodríguez, Enrique Adroher Pascual y Pedro
Bonet Cuito, mostróse en todo momento poco dispuesto al
renunciamiento inmediato de sus aspiraciones específicas en
beneficio de la defensa de la República tal como está
constituida. Lejos de ello, como vieran que la política de los
gobiernos republicanos, apoyados tanto por los demás partidos
políticos como por las agrupaciones obreras, seguían fielmente
el cumplimiento de los preceptos constitucionales en que
tuvieron su origen y procuraban encajar toda la vida nacional
dentro de las leyes republicanas, sin perjuicio del respeto a la
organización política, social y económica que la Nación pudiese
darse de modo democrático cuando, una vez terminada la
sublevación, fuera consultada su voluntad, dichos acusados, como
miembros directivos del Partido Obrero de Unificación Marxista,
persistieron en su línea revolucionaria, encaminada a la
implantación más inmediata posible de la ideología que le es
propia, sin considerar los perjuicios que en aquellos momentos
podía ocasionar su actuación a los supremos intereses de defensa
del Régimen como representante de las aspiraciones inmediatas de
los demás sectores de la vida nacional. A tales fines, los
procesados referidos, determinaron sustancialmente las
siguientes actividades del Partido Obrero de Unificación
Marxista, por lo que al interés de este proceso respecta:
a) Lucha
en los frentes de batalla, principalmente en el de Aragón,
contra las fuerzas armadas de los sublevados y contra los
ejércitos de invasión, para lo cual organizaron en un
principio unidades de milicias armadas, adquirieron en
España y fuera de ella, o trataron de adquirir, material
bélico y admitieron la colaboración de elementos extranjeros
cuya lealtad y sinceridad antifascista no siempre fue
debidamente comprobada. Pretendieron conservar siempre el
mando de tales unidades militarizadas y extender su
influencia de partido sobre cuantas otras les fuera posible,
con el propósito de tener un apoyo sólido para la conquista
del poder político, en caso de que se presentaran las
condiciones objetivas necesarias, que ellos mismos
procuraban crear, para sustituir al gobierno legítimo por
otro netamente obrero y campesino dispuesto a instaurar
revolucionariamente las doctrinas que le son propias y por
ello se opusieron teóricamente en el periódico de su partido
La Batalla a la constitución del Ejército Regular tal como
el gobierno lo entendía y a la disolución de las Milicias.
b)
Oposición violenta al gobierno legítimo y crítica acerba de
las disposiciones adoptadas por el mismo, así como de las
instituciones de la República y de los partidos y
organizaciones que le apoyan, como medio de debilitar el
régimen actual y crear las condiciones externas precisas
para tomar el Poder, lo que harían primeramente en Cataluña
y a ser posible en el resto de la España leal, e instaurar
de tal forma un régimen comunista organizado con arreglo a
sus postulados de partido. En tal sentido, comenta y destaca
en términos desproporcionados por medio de La Batalla y de
otras formas de difusión, los reveses militares que ha
sufrido el Ejército leal, achacándolo no a las contingencias
de la lucha y a la situación de armamento, sino a traiciones
hacia el interés popular por parte del gobierno, al que
llegó a llamar «gobierno de la derrota», sin tener en cuenta
la desmoralización que ello podía producir en la
retaguardia. Afirman falsamente en el mismo periódico La
Batalla que el gobierno de la República está a las órdenes
del de Moscú y que persigue a los que no quieren someterse a
las órdenes de este último; sigue una tenaz campaña contra
el Frente Popular, que está constituido por partidos
políticos que apoyan al gobierno, y contra el gobierno de la
Generalidad; acusa al gobierno central de sabotear los
frentes del Este y pretende desprestigiar a sus miembros
ante la clase trabajadora; combate el funcionamiento del
Parlamento y tiene frases despectivas para el de Cataluña,
al que llama “caricatura ridícula de la degeneración
parlamentaría”. La campaña es de inusitada violencia y se
manifiesta de manera continuada a través de la prensa que
edita el Partido Obrero de Unificación Marxista y su
organización filial la Juventud Comunista Ibérica, y también
por medio de manifiestos y de hojas sueltas, para lo que
aprovecha la circunstancia de que en Cataluña solo existía
censura respecto de las informaciones militares. Con esta
labor, los procesados antes mencionados contribuyeron a
sostener un estado de agitación y rebeldía en parte de la
clase trabajadora, quebrantando la disciplina colectiva que
tan necesaria era en los graves momentos por que atravesaba
la República, pusieron en peligro el prestigio de ésta ante
la opinión internacional, de cuyas reacciones favorables a
la causa del pueblo precisaba el gobierno, y favorecieron en
este sentido, indirectamente y aun cuando ello no fuese su
propósito, los designios de los rebeldes.
c)
Paralelamente a esta labor de debilitamiento del gobierno,
el Partido Obrero de Unificación Marxista trató de
organizarse militarmente en la retaguardia, según acuerdos
adoptados por el Comité ejecutivo militar de dicho partido,
los que eran conocidos por el Comité ejecutivo del mismo, y
para ello, bajo la consigna de “luchamos por un orden
revolucionario”, iniciaron su labor preparatoria del golpe
de Estado; acordaron la adquisición, fabricación y requisa
de armamento y municiones para su defensa y ataque en la
retaguardia y la intervención militar en el Valle de Arán y
en otros sitios del Pirineo, así como relacionarse por medio
de claves y estudiar la necesidad de un plan para
desarrollar plenamente sus actividades militares desde el
momento en que el Partido de Unificación Marxista tomara el
poder.
Toda esta labor era
realizada por el partido expresado bajo la inspiración e
intervención de los acusados Julián Gómez García, Jorge Arquer
Saltó, Juan Andrade Rodríguez, Enrique Adroher Pascual y Pedro
Bonet Cuito, y estaban directamente encaminados a prepararse
para la conquista del poder político y la implantación de las
doctrinas propias de aquel, lo que pensaron llevar a cabo
pacíficamente, cosa que no consideraban muy posible por la
fortaleza de que daba pruebas el gobierno democrático, bien por
medios violentos, tan pronto surgieran las condiciones externas
que lo posibilitaran.
Se encontraban los
procesados de que queda hecha mención ocupados en el desarrollo
de tales actividades cuando el día tres de mayo de mil
novecientos treinta y siete tuvo lugar en Barcelona una colisión
entre grupos de obreros y la fuerza pública. Los servicios que
la Compañía Telefónica Nacional de España tiene instalados en
dicha ciudad estaban intervenidos por organizaciones sindicales
de sus obreros; y el gobierno de la Generalidad de Cataluña, por
motivos que no constan, resolvió incautarse de aquellos
servicios e intervenirlos directamente, para lo cual dio orden a
las fuerzas armadas que tenía a su servicio de ocupar el
edificio de la Telefónica. Un grupo de obreros que se encontraba
en el interior del edificio se opuso violentamente a la
ocupación ordenada por el gobierno autónomo y esto fue la causa
de la colisión que queda expresada. Algunas agrupaciones obreras
de Barcelona, que no aparecen concretadas en este procedimiento,
secundaron la actitud de sus compañeros de la Telefónica para
impedir se llevara a efecto lo acordado por la Generalidad de
Cataluña y por consecuencia se extendió por toda la ciudad la
lucha entre grupos de obreros y la fuerza pública y se
produjeron víctimas por una y otra parte en número que no ha
sido precisado. El Comité ejecutivo del POUM, en el que seguían
figurando los procesados Julián Gómez García, Juan Andrade
Rodríguez, Enrique Adroher Pascual y Pedro Bonet Cuito, así como
Jorge Arquer Saltó, si bien éste se hallaba fuera de Barcelona y
por consiguiente no tomó parte en los hechos que luego se dirán,
acordó que el Partido se sumara al movimiento rebelde, mas
habiéndose encontrado con que los elementos dirigentes de los
demás partidos y organizaciones desaprobaban la actitud hostil
de los grupos obreros dichos, por considerarla peligrosa para la
República y capaz de favorecer los propósitos de los militares
que se alzaron en armas contra el régimen legítimo, creyeron la
ocasión oportuna para dar un contenido y finalidad concretos a
los actos violentos y espontáneos de las masas obreras y
trataron de aprovecharlo para poner en ejecución sus propósitos
de adueñarse del poder, primeramente en Cataluña, la que
quedaría sustraída a la autoridad del gobierno de la República,
y de ser posible luego en toda la España leal, y para instaurar
el régimen social, económico y político que propugnan. A este
fin procuraron constituir la dualidad de poderes mediante la
formación de “Comités de Defensa de la Revolución” y ordenaron a
las agrupaciones de otras localidades, en la medida que les fue
posible por la dificultad de comunicación, el desarme de la
fuerza pública y de los partidos republicanos y obreros que
apoyan al gobierno, control del orden público y de las
carreteras, socialización de la economía y otras determinaciones
tendentes a los fines que se proponían. Como no obstante vieran
que los elementos de mayor responsabilidad de las organizaciones
obreras ordenaban a los afiliados que depusieran su actitud, que
el gobierno central enviaba fuerzas para reprimir el movimiento
y que éste no podía ya tener el alcance que ellos querían
imprimirle, cambiaron de proceder y comenzaron a aconsejar el
día seis de aquel mes la retirada de la lucha y la retención de
las armas por quienes las estaban utilizando contra la fuerza
pública, sin que aquella terminase por intimidaciones que al
efecto hubiese hecho la autoridad.
Si bien el
procesado Jorge Arquer Saltó no tomó parte en la realización de
los sucesos ocurridos en los primeros días del mes de mayo en
Barcelona, siguió idéntica conducta que sus compañeros del
Comité ejecutivo del POUM, para preparar y aprovechar todo
movimiento que pudiera servir para desarrollar el programa
revolucionario del Partido.
El procesado Daniel
Rebull Cabré no pertenecía al Comité ejecutivo, sino al Comité
central del partido expresado y no consta si tomó parte o no en
los hechos que quedan relatados.
De lo actuado no se
desprende como probado que los acusados facilitaran a los
elementos facciosos noticias de ninguna clase referentes a la
situación de los frentes de batalla u organización de la
retaguardia, que hayan mantenido relaciones directas o
indirectas con ellos ni con organismos policíacos ni militares
de los países invasores, que estuvieran en contacto y ayudaran a
grupos u organizaciones falangistas del país, o de otra clase
que prestan apoyo a los combatientes rebeldes, ni que hayan
recibido para la propaganda política de su partido ayuda
económica de los enemigos del Estado. En cambio se desprende de
lo actuado que todos ellos tienen una marcada significación
antifascista, que han contribuido con sus esfuerzos a la lucha
contra la sublevación militar y que la actuación que queda
expresada respondía únicamente al propósito de superar la
República democrática e instaurar sus propias concepciones
sociales.
HECHOS QUE
DECLARAMOS PROBADOS.
SEGUNDO
RESULTANDO: El Ministerio Fiscal en sus conclusiones
definitivas estimó que los hechos procesales eran constitutivos
de un delito de alta traición definido en el número sexto,
último inciso, del artículo doscientos veintitrés del Código
castrense, y penado en el párrafo primero del mismo artículo,
relacionado con los números dos, tres y cuatro del Decreto de
trece de febrero de mil novecientos treinta y siete y conexo con
los delitos contra la seguridad de la Patria que tipifican y
sancionan el número cinco del artículo doscientos veintiocho y
párrafo primero del artículo doscientos treinta del citado
Código, modificados por la ley de veintiséis de julio de mil
novecientos treinta y cinco, y un estado de asociación ilícita
del artículo ciento ochenta y cinco del Código Penal ordinario,
en relación con el artículo quince de la ley de treinta de julio
de mil novecientos treinta y siete, en cuyo estado se hallan
incursos el Partido Obrero de Unificación Marxista y la Juventud
Comunista Ibérica; que son responsables de dichos delitos en
concepto de autores los procesados Enrique Adroher Pascual, Juan
Andrade Rodríguez, Pedro Bonet Cuito, Julián Gómez García y
Jorge Arquer Saltó, y como cómplice Daniel Rebull Cabré; y
solicitó para los cinco primeros procesados la pena de treinta
años de internamiento en campo de trabajo y para el Rebull la de
quince años de la misma pena, costas, y que se decrete la
disolución del Partido Obrero de Unificación Marxista, así como
la de su filial la Juventud Comunista Ibérica, dando a los
bienes de ambas asociaciones el destino legal. Retiró la
acusación para el José Escuder Poves, interesando su inmediata
libertad, para lo que el Tribunal libró el mismo día el
mandamiento de libertad de este procesado.
TERCERO
RESULTANDO: La defensa, al formular asimismo sus
conclusiones definitivas, estimó que los hechos realizados por
sus patrocinados no constituían el delito de que les acusaba el
Fiscal ni ningún otro, por lo que interesó la libre absolución
de los mismos.
PRIMERO
CONSIDERANDO: Que con arreglo al Decreto de veintidós de
junio de mil novecientos treinta y siete, es competente este
Tribunal para conocer de aquellos actos u omisiones que
tiendan a perjudicar gravemente la defensa de la República,
el normal funcionamiento de sus servicios de guerra o
civiles, quebrantar la disciplina social en grado
susceptible de debilitar la autoridad del gobierno o la
eficacia de sus resoluciones o que puedan comprometer los
intereses o el prestigio de la República en sus relaciones
internacionales, bien se encuentren aquellos específicamente
comprendidos en la propia disposición, bien se trate de
delitos definidos primeramente en cualesquiera otras leyes
penales vigentes; y en este aspecto de fijar la jurisdicción
del Tribunal, comprende en sus preceptos el conocimiento de
las causas incoadas por delitos que anteriormente fueran de
la competencia de otra jurisdicción, siempre que las
infracciones perseguidas sean susceptibles de producir los
efectos antes expresados y sea cualquiera la fecha en que
hayan ocurrido, ya que la legislación orgánica tiene en todo
caso carácter retroactivo.
SEGUNDO
CONSIDERANDO: Que por el contrario, los preceptos de
carácter penal sustantivo contenidos en el mencionado
decreto de veintidós de junio de mil novecientos treinta y
siete, solo surten efectos retroactivos en caso de que
favorezcan al reo y como en el presente caso no se da esa
circunstancia y los hechos enjuiciados tuvieron lugar en
fechas anteriores al veintidós de junio de mil novecientos
treinta y siete, ha de acudirse para su calificación y
sanción a las disposiciones penales vigentes en la fecha en
que han acaecido.
TERCERO
CONSIDERANDO: Que el Decreto-Ley de trece de febrero de
mil novecientos treinta y siete no es de aplicación al caso
de autos por cuanto define y sanciona de modo exclusivo
actos de espionaje y de los hechos que se declaran probados
no se desprende que los mismos puedan hallarse comprendidos
en los números dos, tres y cuatro del articulo primero de la
indicada disposición, por los que acusa el Ministerio
Fiscal, ya que ni se trata de actividades realizadas con
carácter secreto o reservado, ni existe auxilio de ninguna
clase a organizaciones o grupos sociales sometidos a la
influencia de Estados extranjeros que favorecen la guerra
contra el gobierno legítimo, ni con el propósito de secundar
designios de nacionales o extranjeros en armas contra la
República se realizaron los actos objeto de sanción.
CUARTO
CONSIDERANDO: Que los hechos relatados en el primer
resultando son constitutivos de un delito de rebelión
comprendido en el articulo doscientos treinta y ocho, número
cuarto, del Código penal común, y sancionados en el articulo
doscientos treinta y nueve de la propia disposición, en
relación con el artículo noventa y uno del Decreto de siete
de mayo de mil novecientos treinta y siete, ya que en su
conjunto tendían a instaurar en Cataluña, y a ser posible en
el resto de la España leal, un régimen político y económico
distinto del actual, tratando de sustraer parte de la nación
o toda ella de la obediencia al gobierno, y si bien los
hechos violentos ocurridos en Barcelona fueron en su
principio un movimiento espontáneo de núcleos para impedir
que la autoridad legítima llevase a efecto sus
determinaciones sobre incautación de la Telefónica, tal
situación fue aprovechada y utilizada por alguno de los
acusados para dar realidad a sus propósitos y cima a la
labor preparatoria que venían realizando de sustituir el
régimen constituido por el que propugna su partido, a cuyo
efecto tomaron las disposiciones que creyeron pertinentes, y
el alzamiento público fue ya de abierta hostilidad contra el
gobierno constitucional hasta que, convencidos de la
imposibilidad de conseguir sus deseos, depusieron su actitud
y aconsejaron el cese de la lucha que sostenían en las
calles de Barcelona y otras localidades los grupos obreros y
la fuerza pública.
QUINTO
CONSIDERANDO: Que este delito es de naturaleza formal y
se caracteriza por el mero alzamiento hostil contra el
gobierno constitucional para conseguir cualquiera de los
objetos que determina la expresada disposición, bastando el
alzamiento para la realización de la objetividad jurídica,
aunque no se consume la objetividad ideológica, por lo que
el tipo de delito existe aun cuando los medios de ejecución
al alcance del agente promotor o director no sean
potencialmente eficaces para el logro del fin perseguido o
que de momento se utilicen tácticas que no parezcan
encaminadas directamente al logro perseguido en espera de
otros apoyos materiales o morales, siempre que el propósito
y la intención de dirigir el levantamiento sea congruente
con alguno de los objetivos expresados en el artículo
doscientos treinta y ocho del Código penal.
SEXTO
CONSIDERANDO: Que de dicho delito de rebelión son
responsables criminalmente en concepto de autores los
procesados Julián Gómez García, Juan Andrade Rodríguez,
Enrique Adroher Pascual y Pedro Bonet Cuito, a los que debe
estimárseles comprendidos en las sanciones determinadas en
el artículo doscientos treinta y nueve del Código penal, en
relación con el artículo noventa y uno del Decreto de siete
de mayo de mil novecientos treinta y siete, porque si bien
no iniciaron los actos violentos de que se trata, fueron
promotores de su segunda fase y sostenedores de la misma y,
por consiguiente, no solo los secundaron sino que los
sostuvieron, tratando de encauzarlos hacia nuevos objetivos,
dirigiéndolos en relación con los grupos que les eran afines
políticamente y seguían sus órdenes, y con otros que
igualmente acataban y respondían a éstas, tomando el
alzamiento público en carácter de abierta hostilidad contra
el gobierno con las miras de sus dirigentes, los referidos
inculpados, se proponían, no ya de protesta contra la orden
dada por el gobierno de la Generalidad, sino de restar a la
autoridad del poder público la región catalana, apoderándose
del gobierno de la misma.
SÉPTIMO
CONSIDERANDO: Que es cómplice del mismo delito el otro
procesado Jorge Arquer Saltó, porque si bien no tomó parte
en los actos de violencia, cooperó a los mismos por actos
anteriores, mediante su participación en campañas de prensa
y demás actividades desarrolladas por el Comité ejecutivo de
su partido, que tendían a preparar o a aprovechar para sus
fines actos de rebelión contra el poder público.
OCTAVO
CONSIDERANDO: Que no son de apreciar circunstancias
modificativas de responsabilidad, si bien para graduar el
arbitrio que concede al Tribunal el artículo noventa y ocho
del Decreto-Ley de siete de mayo de mil novecientos treinta
y siete es de tener en cuenta la ocasión en que los hechos
tuvieron lugar, cuando el gobierno se hallaba en uno de los
momentos más difíciles de la guerra y cabía temer se
produjera como consecuencia de lo ocurrido perjuicio a la
República, por naturales e importantes repercusiones en el
orden internacional.
NOVENO
CONSIDERANDO: Que no habiendo tenido participación en
los hechos el procesado Daniel Rebull Cabré, procede
absolverlo libremente con toda clase de pronunciamientos
favorables.
DÉCIMO
CONSIDERANDO: Que retirada la acusación por el
Ministerio Fiscal contra el procesado José Escuder Poves,
debe ser absuelto libremente con toda clase de
pronunciamientos favorables.
UNDÉCIMO
CONSIDERANDO: Que por imperativo del párrafo segundo del
artículo quinto de la Ley de treinta de junio de mil
novecientos treinta y siete, la autoridad judicial deberá
acordar la disolución de las asociaciones legalmente
constituidas cuando dicte una sentencia sobre delitos
cometidos en cumplimiento de los acuerdos de la misma, y
como quiera en el caso de autos, las infracciones que se
sancionan se realizaron por el Partido Obrero de Unificación
Marxista y su filial la Juventud Comunista Ibérica, por
determinación del organismo directivo, que era el Comité
ejecutivo, es forzoso decretar la disolución de ambas
agrupaciones.
VISTAS las
disposiciones legales citadas y las de general aplicación.
FALLAMOS:
Que debemos
condenar y condenamos a los procesados Julián Gómez García,
Juan Andrade Rodríguez, Enrique Adroher Pascual y Pedro
Bonet Cuito a la pena de quince años de separación de la
convivencia social para cada uno de ellos, como reos del
delito de rebelión antes definido, y a Jorge Arquer Saltó a
la de once años de separación de la convivencia social como
cómplice del mismo delito, y los que deberán cumplir en
campo de trabajo, accesorias de suspensión de oficio o cargo
y de derecho de sufragio durante el tiempo de la condena,
siéndoles de abono el tiempo de prisión sufrida; y asimismo
debemos absolver y absolvemos a José Escuder Poves y Daniel
Rebull Cabré del delito de que fueron acusados; póngase a
éste inmediatamente en libertad, por estarlo ya el otro, si
no estuviere privado de ella por otra causa o motivo,
cursando al efecto el oportuno mandamiento al Sr. Director
de la Prisión del Estado.
Se decreta la
disolución de las asociaciones Partido Obrero de Unificación
Marxista y Juventud Comunista Ibérica. Remítase testimonio
por duplicado de esta sentencia al Tribunal Popular de
Responsabilidades Civiles, para que determine las
procedentes, y póngase en conocimiento del ministro de la
Gobernación la disolución de las sociedades referidas a los
efectos oportunos.
Así por esta
nuestra sentencia, definitivamente juzgado, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos: Eduardo Iglesias Portal; Manuel
Hernando; Ernesto Beltrán; Julián Calvo; J. M. Mediano
Flores. Rubricados».
ARRIBA
|